28 Diciembre 2016
AGRADECIDO. Pena confesó que guarda una imagen imborrable del cariño que la gente le brindó en La Ciudadela. la gaceta / foto de Analía Jaramillo
Aunque no pudo conseguir los resultados deportivos que deseaba, el paso de Sebastián Pena por La Ciudadela dejó una huella importante. “Tomatito” fue el técnico que formó el plantel que luego, bajo la conducción de Diego Cagna, consiguió el ascenso a la B Nacional.
A la hora de los reconocimientos, el hincha de San Martín recuerda el paso de Pena porque contribuyó para que el “Santo” viviera uno de los mejores años de los últimos tiempos.
Pronto a partir desde Buenos Aires hacia Mar del Plata para pasar la fiesta de fin de año, LG Deportiva tuvo la posibilidad de dialogar telefónicamente con el entrenador. Pena se sintió reconfortado de poder estar nuevamente en contacto con la gente que tan bien lo trató cuando trabajaba en Tucumán.
- ¿Qué sentís cuando escuchás o leés que el plantel siempre te recuerda con cariño?
- Me pone contento que sea así. Siempre prioricé, a la hora de recomendar jugadores, la parte humana ante lo deportivo. En todo momento, mientras estuve en el club, ese grupo me demostró ser excelente. Me siento orgulloso de haberlo dirigido.
Un agradecido
- ¿Qué análisis te dejó la desvinculación del club?
- Lo raro es que perdí sólo dos partidos y me tuve que ir. Pero en esos momentos prioricé el club ante todo, por el respeto que los directivos, los jugadores y los hinchas tenían conmigo. Lo que tengo bien en claro es que por ese club me tengo que sacar el sombrero. Si tomé la decisión de irme fue porque vi que algunas cosas en lo deportivo no marchaban bien. Por eso preferí dar un paso al costado para que luego viniera alguien que encarrilara la situación.
- Los hinchas todavía reconocen tus méritos en esa consagración.
- Yo me rompí el alma durante las vacaciones para formar ese equipo y gracias a Dios vino Diego (Cagna) y lo pudo enderezar. Fue mérito de él poder conseguir el ascenso, algo que me puso muy feliz. Me siento sumamente halagado de que la gente me recuerde con el mismo cariño que yo siento por todos ellos.
- ¿Te quedó alguna materia pendiente por cumplir?
- Fui a Tucumán junto a mis colaboradores con el único objetivo del ascenso. No soy una persona de buscarle excusas a los momentos negativos en lo deportivo, pero no me cabe duda de que si el torneo hubiera tenido otro formato en estos momentos estaríamos hablando en otros términos.
- ¿Qué sensación sentiste cuando San Martín ascendió a la B Nacional?
- La misma alegría y satisfacción que sintieron todos los hinchas. Lo que también me alegró es que hayan sido Diego y Mariano Passini, quienes son amigos personales, los encargados de lograr esa ansiada meta. Aunque haya sido a la distancia, celebré humildemente esa consagración que despertó tanta algarabía en la familia “Santa”. Aunque para muchos sea una frase hecha, en mi vida nunca terminaré de agradecerle a la gente de San Martín todo el cariño que me dieron mientras estuve allí.
- Por la forma que te fuiste, dejaste la puerta abierta para volver algún día.
- Creo que sí. Primero como jugador y ahora como técnico, uno siempre quiere volver a donde lo trataron bien. Ahora estoy trabajando en Guaraní Antonio Franco, un club que está tratando de mantener la plaza en el Federal A, pero algún día me gustaría volver e intentar conseguir cosas importantes con San Martín.
- Cuándo escuchás el nombre de San Martín, ¿que es lo primero que se te viene a la mente?
- Su gente. La hinchada es maravillosa. Eso es algo que remarco en cada lugar que me preguntan por las vivencias que me dejó trabajar en San Martín. Lo primero que resalto es la pasión de los hinchas. El cariño y el apoyo que tienen para hacerse sentir, tanto de locales como de visitantes. Seré un eterno agradecido por la forma, desde lo humano, que me trataron desde el primer día que llegué hasta que decidí irme de Tucumán. En ningún momento, a pesar de que algunas veces no se dieron los resultados futbolísticos, sentí algún insulto de la gente. Son inigualables.
Antes de despedirse, “Tomatito” quiso levantar imaginariamente la copa para brindar por la felicidad de la familia “Santa” y que el 2017 sea una prolongación de un año que resultará difícil olvidar.
“En Tucumán dejé muchos amigos, con los que todavía mantengo contactos telefónicos. Me gustaría que todos tengan un año lleno de felicidad”, señaló el técnico, antes de partir hacia la “Feliz”.
A la hora de los reconocimientos, el hincha de San Martín recuerda el paso de Pena porque contribuyó para que el “Santo” viviera uno de los mejores años de los últimos tiempos.
Pronto a partir desde Buenos Aires hacia Mar del Plata para pasar la fiesta de fin de año, LG Deportiva tuvo la posibilidad de dialogar telefónicamente con el entrenador. Pena se sintió reconfortado de poder estar nuevamente en contacto con la gente que tan bien lo trató cuando trabajaba en Tucumán.
- ¿Qué sentís cuando escuchás o leés que el plantel siempre te recuerda con cariño?
- Me pone contento que sea así. Siempre prioricé, a la hora de recomendar jugadores, la parte humana ante lo deportivo. En todo momento, mientras estuve en el club, ese grupo me demostró ser excelente. Me siento orgulloso de haberlo dirigido.
Un agradecido
- ¿Qué análisis te dejó la desvinculación del club?
- Lo raro es que perdí sólo dos partidos y me tuve que ir. Pero en esos momentos prioricé el club ante todo, por el respeto que los directivos, los jugadores y los hinchas tenían conmigo. Lo que tengo bien en claro es que por ese club me tengo que sacar el sombrero. Si tomé la decisión de irme fue porque vi que algunas cosas en lo deportivo no marchaban bien. Por eso preferí dar un paso al costado para que luego viniera alguien que encarrilara la situación.
- Los hinchas todavía reconocen tus méritos en esa consagración.
- Yo me rompí el alma durante las vacaciones para formar ese equipo y gracias a Dios vino Diego (Cagna) y lo pudo enderezar. Fue mérito de él poder conseguir el ascenso, algo que me puso muy feliz. Me siento sumamente halagado de que la gente me recuerde con el mismo cariño que yo siento por todos ellos.
- ¿Te quedó alguna materia pendiente por cumplir?
- Fui a Tucumán junto a mis colaboradores con el único objetivo del ascenso. No soy una persona de buscarle excusas a los momentos negativos en lo deportivo, pero no me cabe duda de que si el torneo hubiera tenido otro formato en estos momentos estaríamos hablando en otros términos.
- ¿Qué sensación sentiste cuando San Martín ascendió a la B Nacional?
- La misma alegría y satisfacción que sintieron todos los hinchas. Lo que también me alegró es que hayan sido Diego y Mariano Passini, quienes son amigos personales, los encargados de lograr esa ansiada meta. Aunque haya sido a la distancia, celebré humildemente esa consagración que despertó tanta algarabía en la familia “Santa”. Aunque para muchos sea una frase hecha, en mi vida nunca terminaré de agradecerle a la gente de San Martín todo el cariño que me dieron mientras estuve allí.
- Por la forma que te fuiste, dejaste la puerta abierta para volver algún día.
- Creo que sí. Primero como jugador y ahora como técnico, uno siempre quiere volver a donde lo trataron bien. Ahora estoy trabajando en Guaraní Antonio Franco, un club que está tratando de mantener la plaza en el Federal A, pero algún día me gustaría volver e intentar conseguir cosas importantes con San Martín.
- Cuándo escuchás el nombre de San Martín, ¿que es lo primero que se te viene a la mente?
- Su gente. La hinchada es maravillosa. Eso es algo que remarco en cada lugar que me preguntan por las vivencias que me dejó trabajar en San Martín. Lo primero que resalto es la pasión de los hinchas. El cariño y el apoyo que tienen para hacerse sentir, tanto de locales como de visitantes. Seré un eterno agradecido por la forma, desde lo humano, que me trataron desde el primer día que llegué hasta que decidí irme de Tucumán. En ningún momento, a pesar de que algunas veces no se dieron los resultados futbolísticos, sentí algún insulto de la gente. Son inigualables.
Antes de despedirse, “Tomatito” quiso levantar imaginariamente la copa para brindar por la felicidad de la familia “Santa” y que el 2017 sea una prolongación de un año que resultará difícil olvidar.
“En Tucumán dejé muchos amigos, con los que todavía mantengo contactos telefónicos. Me gustaría que todos tengan un año lleno de felicidad”, señaló el técnico, antes de partir hacia la “Feliz”.