En Yerba Buena pedirán por la pronta santificación de Mama Antula

Luisa Sánchez Sorondo, divulgadora de la obra de María Antonia, asistirá al oficio religioso.

EL VATICANO. En 2013, el Papa Francisco recibió a Luisa Sánchez Sorondo, que viajó a Roma para saludarlo.  EL VATICANO. En 2013, el Papa Francisco recibió a Luisa Sánchez Sorondo, que viajó a Roma para saludarlo.
03 Septiembre 2017

Hace una semana se cumplió el primer año de la beatificación de Mama Antula, pero sus devotos siguen en pie con rezos y oraciones hasta lograr su pronta santificación. En Tucumán, los fieles participarán hoy a las 11.30 de una misa en la Iglesia de Nuestra Señora del Valle, en Yerba Buena. Esa ceremonia religiosa contará con la presencia de Luisa Sánchez Sorondo, una abogada nacida en Buenos Aires, descendiente y divulgadora de la obra de la beata Mama Antula. Hasta ayer, Luisa estuvo en Salta, donde asistió a una celebración en la Virgen del Cerro.

Se llamaba María Antonia Paz y Figueroa, pero se la conocía por su nombre traducido al quechua. Fue declarada “venerable” en julio de 2010 por el entonces papa Benedicto XVI. Luego, el 27 de agosto de 2016, Francisco declaró la beatificación de Mama Antula.

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Cuando Argentina aún todavía era un virreinato, María Antonia, que había nacido en Silipica (Santiago del Estero), fue educada por los jesuitas. Luego se consagró a Dios. Su dedicación la llevó a recorrer más de 4.000 kilómetros para mantener viva la obra de los jesuitas en el Río de la Plata.

El viaje de Luisa Sánchez Sorondo comenzó en Buenos Aires, recorrió Salta y hoy estará en Tucumán. El objetivo es rezar por la pronta santificación de Mama Antula. Al mediodía, luego del oficio religioso, los asistentes compartirán un almuerzo en la sede del Country Jockey Club, en avenida Perón al 4100.

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El beso del Papa

Una de las anécdotas más recordadas por Luisa fue aquella vez que viajó a Roma con su hijo, José María Bossa Sánchez Sorondo, que tenía un año. Francisco, por primera vez arriba del Papamóvil, recorría la plaza San Pedro y con ternura besó a un bebé que manos anónimas le alcanzaron desde la multitud. Casualmente, el bebé era el hijo de Luisa.

El hecho de que el Papa besara a José María fue como un regalo de Dios para Luisa. Hoy en día sigue vivo su anhelo de que Mama Antula se convierta en la primera santa argentina.

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