La Justicia Federal sigue sumando indicios para sospechar que el empresario tucumano acusado de dirigir una organización narco había montado una importante estructura con la que obtenía ganancias de $3 millones semanales.
El viernes 6 de octubre fue detenido en Santiago del Estero Francisco Maximiliano Ruoti, junto a Julio Abel Argañaraz y Juan José Romano. Los efectivos de la Policía Federal encontraron unos 50 kilos de cocaína ocultos en un vehículo. En esta provincia los uniformados realizaron cuatro allanamientos, donde detuvieron a una mujer y dos hombres. Además, en las medidas judiciales incautaron más de $400.000 y unos U$S500.000.
Todos los acusados pasaron delante de Pedro Simón y Guillermo Molinari, fiscal y juez federal de Santiago del Estero, respectivamente, que llevan adelante la investigación del caso. Pese a que se negaron a declarar, el juez Molinari decidió procesarlos a todos. “Es una investigación importante, con muy buenos resultados, ya que nos encargamos de desarticular una banda grande”, dijo el magistrado.
Los investigadores estiman que la organización podría haber traficado hasta 50 kilos de cocaína por semana. Sospechan que habrían comprado la droga a un cártel internacional en Bolivia. En principios, siempre de acuerdo a la versión, habría destinado unos $3 millones para adquirirla y luego la revendían a unos $6 millones, lo que le habría generado una ganancia de $ 3 millones. Claro que de esa suma deben restarse todos los costos que normalmente afrontan los traficantes (traslado, seguridad y sobornos).
Los roles
A Ruoti lo acusan de ser el líder de la organización, mientras que a las dos personas que terminaron detenidas con él fueron sindicadas como presuntos transportistas de la droga. Su especialidad habría sido la de trasladar el estupefaciente hasta Buenos Aires porque ellos eran los que tenían los contactos en ese lugar.
En el barrio Juan XXIII (llamado “La Bombilla”) fue detenida Emilce Lorena Menceguez, que, además de colaborar con la organización, habría tenido un quiosco de venta de droga en su domicilio. Su pareja, según confirmaron fuentes judiciales, fue detenida en Jujuy en enero pasado. “Toto”, el perro de Gendarmería Nacional, descubrió que llevaba seis kilos de cocaína ocultos en los paneles de la puerta de un Ford K. Para los pesquisas este es un indicio de que el grupo ya habría estado operando desde hace más de un año. Además, Ruoti lo habría visitado en más de una oportunidad en el lugar de encierro, según constataron al analizar el registro de nombres de las personas que ingresan al penal.
En el barrio Oeste II, los federales arrestaron a Nestor Jiménez, que habría sido el responsable de adquirir la cocaína en el Norte y de trasladarla hasta esta provincia. Y también aprehendieron a Walter Jiménez, que habría sido el responsable de llevarla a Córdoba.
También se cree que en la casa que tenía Ruoti en Yerba Buena, donde encontraron más de $8 millones, era punto central: allí habrían enfriado la droga, es decir, la mantenían oculta antes de distribuirlas a otras provincias. La vivienda tiene tres entradas. Dos para vehículos y una para personas. Esta última está coronada por una impactante cámara de seguridad que permite observar los movimientos de quienes tocan el timbre o que caminan por la vereda. Las paredes del frente tienen más de tres metros de alto; hay por lo menos 10 lámparas de iluminación (todas con focos de bajo consumo) y los ingresos tienen portones de chapa que son impenetrables hasta para proyectiles de pistolas nueve milímetros.
El dinero
La Justicia y los investigadores están ahora tras los pasos de la línea económica de la banda. En total fueron más de $ 9,4 millones. Las empresas en las que Ruoti habría sido socio quedaron en la mira. Lo mismo ocurriría con algunos de sus familiares y las personas que habrían realizado negocios con él.
El fiscal federal Simón ya había anticipado que pedirían la colaboración de la Unidad de Información Financiera y de la Procelac (Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos) para que lo ayuden a indagar sobre la ruta del dinero de esta organización.
Por ejemplo, se habría establecido que el empresario tenía tres camiones, tres camionetas Toyota Hilux, un VW Vento, un Mercedes Benz Sedán y una moto Suzuki de alta cilindrada que hasta el momento no pudieron incautar. La esposa del procesado también habría tenido a su nombre otros cuatro vehículos.
Ruoti, además de ser candidato a legislador para el Frente de la Victoria en 2011, pertenecía al partido “Comunidad Organizada”, que apoyó al Acuerdo para el Bicentenario en los comicios de 2015. Desde la Justicia se confirmó que investigarían si no realizó aportes políticos para ambas campañas.
Por otra parte, se sabe que entre 2003 y 2011, el acusado de ser líder de la organización creó varias sociedades que no duraron mucho tiempo. Varias ellas estaban dedicadas a la venta de insumos tecnológicos, venta de bienes muebles e inmuebles y financiera que operaban en el NOA y en el NEA. Según confirmó una ex empleada en una demanda laboral, la firma se dedicaba al préstamo de dinero a pequeños comerciantes de ambas regiones.
Los investigadores creen que esa sería la vía que utilizó para blanquear el dinero proveniente de la droga. Por ese motivo, comenzarán a indagar sobre los movimientos de efectivo en las cuentas de los allegados al sospechoso.