El nuevo escándalo que se cierne en el “mundo Boca” se expande mucho más allá de la avenida General Paz. Trasciende fronteras y pega con fueza también en Colombia, patria de tres de los cuatro protagonistas de esta historia.
Wilmar Barrios, Edwin Cardona y Frank Fabra son piezas fundamentales en el esquema táctico de Guillermo Barros Schelotto en el “Xeneize”. Y también lo son en el de José Pekerman y la selección “cafetera”, que necesita de ellos en el Mundial de Rusia 2018. Incluso, el DT argentino de los “cafeteros” se habría contactado con Miguel Ángel Pierri, abogado de los futbolistas, para ponerse al tanto de lo sucedido y para tratar de que los jugadores no queden más expuestos de lo que ahora están.
Pero, ¿qué pasó? O, al menos, ¿cuál es el relato de los involucrados? Barrios y Cardona comentaron que el lunes fueron a cortarse el pelo a un departamento de Puerto Madero. El estilista (y amigo de ambos), conocido como Yaca, estaba con dos mujeres. Los hechos que sucedieron luego son por demás confusos. “Los delitos que se les imputan a Barrios y a Cardona son privación ilegítima de la libertad, lesiones y amenazas”, afirmó Juan Martín Cerolini, abogado de una de las víctimas.
Barrios se defendió. “Estamos tranquilos porque nada es cierto. Todo lo que dicen de drogas, armas y amenazas es mentira”, sentenció el volante central.
El presidente de Boca, Daniel Angelici tuvo que cortar sus vacaciones para estudiar los pasos a seguir. “Si están las pruebas, no nos temblará el pulso para actuar”, aseguró. “Si aparecen las denuncias, el club va a estar respondiendo. Este año Boca se juega mucho en lo deportivo y estos rumores molestan, pero mientras no existan evidencias no vamos a dar ninguna opinión” , dijo.
Barrios y Cardona se reunieron con Barros Schelotto, y los referentes Fernando Gago, Carlos Tevez y Pablo Pérez. Fueron desafectados para el partido de anoche. Fabra y el juvenil arquero Manuel Roffo fueron citados a declarar como testigos.
Boca parece no tener paz. Siempre pasa algo que corta en seco la tranquilidad, pero esta vez también sufren en Colombia. El escándalo está en su punto máximo.