En el país, la venta minorista de drogas funciona a través de una compleja estructura de personas que cumplen distintas tareas. Se la conoce como narcomenudeo
Dentro de este negocio en expansión, se conoce como “soldaditos” a quienes vigilan el traslado de la droga y cuidan los quioscos de venta. También a quienes son utilizados para cobrar, para lo que a veces usan armas y, si es necesario, motos, que son provistas por líderes narcos.
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Esta noche, durante la emisión del tercer programa de este año de “Panorama Tucumano”, el programa de televisión de LA GACETA, se emitirá una entrevista con “M.” -se preserva su identidad por seguridad-, una persona que hasta hace muy poco tiempo cumplía ese tipo de tareas en un barrio de la capital.
El programa podrá verse desde las 21.15 por Canal 10, por lagaceta.com y por los canales de Youtube y Facebook de nuestro diario.
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En el diálogo, el entrevistado cuenta en qué consiste ser un “soldadito”, cómo llegó al negocio de venta droga y cómo se lo vive por dentro, cuáles eran sus miedos y sus ambiciones, y la trama de complicidades que permite que el negocio funcione, entre otras experiencias.
Crecimiento exponencial
La venta minorista de drogas aumenta en el país, en particular a los niños y jóvenes.
Entre 2010 y 2017, el consumo de estupefacientes en chicos de entre 12 y 17 años se triplicó, de acuerdo con el Estudio 2017 de Consumo de Sustancias Psicoactivas de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas (Sedronar).
Los “soldaditos” de los “transas” “venden droga como caramelos”
En lo que va del año, se secuestraron más 1.200 kilos de cocaína en distintos procedimientos realizados en toda el NOA, según un informe estadístico sobre la cantidad de droga incautada por personal de Gendarmería Nacional.
En la frontera, por donde ingresa, tiene un valor de $76,5 millones, mientras que en Buenos Aires alcanza los $217 millones. Más del 50% del decomiso se realizó a más de 30 kilómetros de la frontera y el tráfico interprovincial crece semana tras semana.