Villa Amalia: por los robos, espera armado con un cuchillo el colectivo

La calle Inca Garcilaso parece una de las preferidas por los motochorros. Un vecino tomó la determinación después de haber sido asaltado.

ZONA ROJA. “En las paradas de colectivos no le perdonan ni a las mujeres con bebés en brazos”, contó el vecino. la gaceta / foto de franco vera ZONA ROJA. “En las paradas de colectivos no le perdonan ni a las mujeres con bebés en brazos”, contó el vecino. la gaceta / foto de franco vera

Por la cantidad de ataques que se registran en las paradas de colectivos, la calle Inca Garcilaso parece una de las preferidas por los motochorros que operan en algunos barrios del sur de la capital. Los casos se multiplican a lo largo de esa arteria. En cada refugio hay un usuario de que fue víctima o testigo de un robo. La mayoría de esos hechos se registraron en Villa Amalia y en barrio Terán.

Uno de esos casos es el de Héctor Gasser. “El Tano”, como lo conocen en la zona, reside en inmediaciones de Inca Garcilaso y Congreso. Le contó a LA GACETA que hace dos días sufrió un violento robo en la parada. Desde ese momento, espera el colectivo con un cuchillo a la altura de la cintura.

“Yo había ido a cargar la tarjeta Ciudadana para poder viajar. Pero en ese momento vi que llegaron dos tipos y asaltaron a una mujer. Entonces yo intervine para defenderla. Uno de ellos me puso una pistola en la cabeza. Fue un momento terrible”, recordó.

Por esa esquina circulan tres líneas de colectivos: por calle Congreso van las líneas 1 y 10; y por Inca Garcilaso, el 6. “Esta es una de las esquinas más peligrosas para esperar”, dijo Gasser.

“Creo que no queda otra que defendernos entre nosotros. Esto no pasaría si hubiera más controles. Los motochorros hacen lo que quieren por esta zona. Se suben a la vereda y atacan con total impunidad. No les perdonan ni a las mujeres con bebés en brazos”, señaló.

Gritos en la noche

Lucía Juárez, otra vecina de Villa Amalia, confirmó que los motochorros operan intensamente por esas calles. “Los asaltos son permanentes, a toda hora. Por la noche, desde mi casa, escucho cómo gritan pidiendo auxilio las mujeres cuando las asaltan”, señaló.

“Por suerte yo vivo al frente de la parada. Espero el colectivo en la puerta de mi casa y salgo corriendo cuando veo que viene. A última hora de la tarde es lo peor. A mí no me queda otra que salir porque tengo que buscar a mis hijos de la escuela”, agregó.

A golpes

La semana pasada, una estudiante de 20 años fue víctima de un brutal ataque de motochorros mientras esperaba el colectivo en Inca Garcilaso y 9 de Julio, en Villa Amalia. En esa esquina, días antes, un comerciante fue encañonado cuando estaba a bordo de su camioneta. Dos de los motoarrebatadores fueron atropellados cuando escapaban, hacia Jujuy.

“Ella esperaba el colectivo. Siempre lo aguardamos en la puerta de la casa. Al verlo llegar, ella cruzó corriendo a la parada y de repente aparecieron dos encapuchados en moto. Ella gritaba. La tiraron al piso y le pegaron para arrancarle la cartera”, explicó Marcela Aguirre, madre de la joven.

“Zona desolada”

Esperar el colectivo se volvió un riesgo en barrio Terán, sobre todo en las paradas de Inca Garcilaso, entre avenida Alem y calle Libertad. “Es una zona desolada. La parada más cercana a la avenida está al lado de un descampado que usan como chancha de fútbol. Ahí atacan mucho a la siesta. Roban y huyen hacia las vías de calle Bernabé Aráoz”, explicó Mabel, una comerciante.

“Tenés que esperar el colectivo medio escondido para que no te roben. No te podés descuidar. A primera hora de la mañana es terrible. Te aparecen de la nada y te atacan. Tuve que salir corriendo con mi vieja el otro día, porque eran tres en una moto”, contó Marcelo Jiménez mientras aguardaba el colectivo en un refugio de calle Inca Garcilaso al 1.500, frente a la iglesia San Benito de Nursia, en el barrio Juan B. Terán. Por esa arteria circulan las líneas 11 y 17.

“A veces roban en los colectivos. Antes de descender atacan a algún pasajero y bajan corriendo. Un cómplice los espera en una moto. Así escapan. Por lo general, hacia avenida Alem”, señaló Noemí Robles, mientras esperaba junto a su esposo en una parada de Inca Garcilaso al 1.600.

“Vivimos encerrados porque en la calle roban todo el tiempo. No podemos salir tranquilos con nuestros hijos. Hay que andar con mucho cuidado”, dijo Romina Gómez.

Denuncias por WhatsappLA GACETA cuenta con un canal de comunicación directo para que los lectores puedan difundir los hechos de inseguridad de los que fueron víctimas y que fueron denunciados. Los datos (que también pueden estar acompañados por imágenes y por videos) deben ser enviados a través de WhatsApp al número de teléfono 381-6311910.

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