En Atlético, nada de magia: de clase trabajadora

Zielinski ha hecho lo que mejor sabe como entrenador: darle una identidad e idea de juego al “Decano”.

En una de las tantas charlas sin demasiados micrófonos dando vueltas por Ojo de Agua, Ricardo Zielinski argumenta por qué mucho no le gusta hablar en cámara: siente vergüenza, además de no estar cómodo en un hábitat que no es el suyo. Alguna vez a LG Deportiva también le habló sobre el famoso encasillamento donde su apellido había caído en el fútbol profesional: el defensivo. “¿Por qué debería dejarte que me hagas goles? Eso no te lo voy a regalar, ¿eh? Ganátelos vos”. En esa simple y sólida respuesta, el técnico de Atlético pudo haberlo dicho todo, porque a partir de esas líneas uno puede focalizar y comprender lo que los equipos del “Ruso” ofrecen generalmente en sus espectáculos: un 11 compacto, difícil de vencer y preparado para ganar. Siempre.

Eso es lo que ha logrado en la mayoría de los clubes donde dirigió, caso Belgrano, por ejemplo. En Córdoba lo extrañan horrores. Desde que se fue, el “Pirata” sacó 93 puntos de 261 posibles. Hoy pelea por no irse a la B Nacional, categoría en la que deambulaba hasta que, precisamente, el “Ruso” lo condujo a Primera, dejando en el camino de la Promoción nada más y nada menos que a River, y habiendo tomado ese plantel en la última posición de la tabla.

Se dice que es un técnico resultadista, sumapuntos. A las pruebas hay que remitirse. Al “Decano” llegó para acomodar el desorden de la primera participación en la Copa Libertadores 2017, el torneo que dio a conocer al mundo a Atlético por su estilo, pero que le costó hasta hace un tiempo un gran dolor de cabeza, por la pésima campaña que había realizado el club (con Pablo Lavallén al mando) en el entonces torneo de Primera de la AFA. Jugaba lindo, pero ganaba poco y nada. Y esa no va.

Zielinski no sólo acomodó los tantos, sino que paralelamente fue insertando su propio manual de estilo. Su principal mandamiento no es “cuidar”; es “ganar siendo inteligente”. Y así, sin importar el esfuerzo, el equipo pudo encarar tres torneos a la vez sin resentir la estantería en ninguno de sus frentes de ataque. “No creo que esté en el mejor momento de mi carrera, siempre fue muy pareja. Hemos hecho muy buenos trabajos, pero como no estamos en Buenos Aires no se nota. Prefieren hablar de cinco o seis equipos”, eso le respondió Zielinski a Diego Latorre y colegas en el programa radial “La Oral Deportiva”, de Buenos Aires. Humildad aparte, los números mandan y los del “Ruso” en Atlético son realmente brillantes.

En este campeonato ha sumado 31 ya. Ha logrado sacarles una luz de ventaja a los que antes del comienzo de la temporada 2018/19 eran rivales directos. A Tigre, 27; 20 a Belgrano y a Patronato, su rival (y ex club) de mañana. Así las cosas, el “Ruso” ha cosechado una efectividad de casi el 69%, una locura. “Creo que ya estamos salvados, y creo que tiene que pasar algo catastrófico para que nos caigamos. Si pensamos en lo de arriba, lo de abajo va a ir desapareciendo”, sostiene Favio Álvarez, uno de los jugadores que encontró en el “Decano” su lugar en el mundo, el del éxito y exposición deportiva. En parte, de la mano de Zielinski, el hombre que convence a cada uno de sus futbolistas de que en este arte, ganar puede ser sencillo si todos ponen lo que hay que poner.

Lo que viene es otro desafío para la mano trabajadora del “Ruso”. Romper una racha extraña contra Patronato, al que Atlético no puede vencer desde septiembre de 2013. Y como se sabe, nada es imposible para Zielinski y sus “decanos”.

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