El mejor Pella de la historia

El bahiense dio otro golpe y se metió en cuartos de final.

PRÓXIMO RIVAL. Bautista Agut le ganó ayer a Benoit Paire, 6-3, 7-5 y 6-2. reuters PRÓXIMO RIVAL. Bautista Agut le ganó ayer a Benoit Paire, 6-3, 7-5 y 6-2. reuters

Nunca se sabe cuándo el destino decide actuar. A veces luce traicionero y, por la espalda, nos golpea sin previo aviso. Y otras veces, también sin insinuarse, nos regala momentos absolutamente inolvidables. Desde el año pasado, Wimbledon parace ser un lugar de complicidad entre Guido Pella y su destino.

“No puedo creer que estoy en cuartos de final. Y haberlo conseguido así, de esta forma, cuando parecía que estaba todo perdido, lo hace aún más especial. Me cuesta recordar una sensación parecida a la que tengo en este momento”.

La sonrisa de Guido denunciaba una alegría singular, esa que le generó el triunfo más importante de su carrera. En la combinación de rival, instancia, torneo y desarrollo, la victoria sobre Milos Raonic por 3-6, 4-6, 6-3, 7-6 y 8-6 tiene todos los condimentos para reclamar un lugar entre esas muy importantes de la historia del tenis argentino. Y en la mirada del bahiense, a poco de conseguida, tiene una explicación principal.

“Confié en todo momento, eso fue determinante. Cuando él sacó como los dioses tuve paciencia, estaba convencido que no podía hacerlo todo el partido como en los dos sets iniciales. Y cuando le quebré en el tercero, esa confianza empezó a tener verdadero sentido.

- Igual, en el cuarto set se puso bastante oscuro...

- Claro, pero yo seguí confiando. Incluso cuando él me quebró y sacó para ganar, no me preguntes cómo, mantuve la confianza. Y pasé ese momento. Y en el quinto estuve más cerca desde el arranque.

Ese set final tuvo pronóstico favorable desde mucho antes de empezar el juego. En las charlas con su coach sobre el diseño del plan estratégico, la opción “partido largo” era favorable en función de una prestación física muy confiable en Guido y con algunas dudas en su rival. Ya pasadas las tres horas de desarrollo, la victoria asomaba no sólo posible sino también probable.

“Lo sentía ahí, un poco más lento para subir detrás del saque y del revés con slice, más forzado con sus fierrazos de drive. No era una gran diferencia, pero ese poquito significa mucho para alguien como yo, que debo trabajar tanto mis partidos.

- Lo cerraste en el quinto match point. ¿Qué pasó por tu cabeza en los cuatro que se te fueron?

- Lo peor. Es muy duro estar a solo un punto y ni poder tocar la pelota. Él mostró en esos momentos que no se iba a entregar y el saque le volvió a rendir a pleno. Juro que no es fácil seguir concentrado, enfocado, que no te gane el fastidio. Tuve ganas de llorar cuando me metió esos saques, uno detrás de otro.

Pero Guido no lloró, al menos en ese momento. Otra vez tragó fuerte, pensó solo en lo que faltaba y se dispuso a generar nuevas oportunidades. La última pelota, la que Raonic dejó en la red, desató el delirio de su gente.

FELIZ. Tras el éxito, Pella mira a Stephanie Demner (novia) y José Acasuso (coach). FELIZ. Tras el éxito, Pella mira a Stephanie Demner (novia) y José Acasuso (coach).

Stephanie, su novia, Chucho Acasuso, Juan Galván (PF) y Mariano Ink (manager) salieron sacudidos de sus asientos. Entonces sí, sellada la victoria y tras saludar a su rival y a un público que lo ovacionó de pie, se sentó, se cubrió la cara con las dos manos y soltó sus lágrimas felices. “Se me juntaron muchas cosas. El sacrificio, lo que se deja de lado, mi gente, el esfuerzo de cada uno. No pude ni quise contenerme”.

- ¿Habrá que pellizcarte para que lo creas? Quizá te ayude recordar que es la tercera vez que remontás un partido después de perder los dos primeros sets.

- Me los acuerdo, uno a Darcis, en Australia, y el otro contra Cilic, aquí mismo, el año pasado. Pero eso no cambia en nada lo que siento. De verdad, jamás creí que los cuartos de final de un Grand Slam fueran para alguien que juega al tenis como juego yo. Siempre lo vi como imposible. Quizá sea la primera vez que me siento importante como jugador de tenis.

Y vaya si tiene razones para sentirse así. En el torneo más grande del mundo, en el más prestigioso, en el que todos quieren dejar su huella, en el que aún siguen Novak Djokovic, Roger Federer y Rafael Nadal, Guido es uno de los ocho que jugarán el día miércoles. Su duelo contra Roberto Bautista Agut es un privilegio que se ha ganado con todas las de la ley. Al fin y al cabo, en el tenis, nadie regala nada.

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