Maradona: "Blatter, Grondona y Deluca me borraron del fútbol argentino"

El flamante DT de Gimnasia de La Plata habló con la prensa sobre su vuelta al fútbol nacional.

El estadio de Gimnasia, repleto para homenajear a Diego. El estadio de Gimnasia, repleto para homenajear a Diego. Reuters.
08 Septiembre 2019

Tirando besos a las tribunas, tomando una bebida energizante, agitado de emoción y golpeándose el pecho para los miles que le gritaban ¡Diego! ¡Diego!

Pura emoción fue la primera práctica de Diego Maradona como entrenador de Gimnasia y Esgrima de La Plata, que se convirtió en una tarde histórica porque marcó el regreso del 10 al fútbol argentino. 

El entrenamiento, televisado en vivo y con el estadio lleno, fue espectáculo gigante, como si fuera el partido del campeonato del equipo platense. En realidad, el grito de los hinchas fue la esperanza de rescatar al club del descenso.

En un paso fugaz por el área de prensa, y con mucha dificultad para hablar, Maradona hizo algunos disparos.

"Cómo puedo explicar con palabras las sensaciones de lo que pasa a uno en el cuerpo. Lloré, apareció mi vieja y me calmó. Pensé en todos mis hijos, que les dejo un legado grandioso y algo también para el deporte argentino", fue su primera declaración, cuando le preguntaron cómo lo hizo sentir el recibimiento

"Por supuesto que quería dirigir en Argentina. Después de la Selección, en el 94 me borraron, (Joseph) Blatter (expresidente de la FIFA), junto con Eduardo Deluca y Julio Grondona, me hicieron la cruz y apuraban a los presidentes de los clubes para que no me contraten", lanzó Diego.

Los periodistas le preguntaron sobre la situación de Gimnasia y le recordaron que hace algunos días había dicho que el no podía hacer magia. "A los pibes sólo los vi entrenar en un rondo. Mañana nos juntamos con el 'Gallego' (Sebastián Méndez, su ayudante) y el martes vamos a ver cómo queremos jugar", dijo.

"¿Se salva Gimnasia?", le preguntaron. "Si Dios quiere sí", contestó.

Finalmente, le hicieron pensar qué diría su padre si estuviese ahí, viéndolo. "¡Caminá mejor, carajo!", bromeó.

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