Por Juan Gabriel Vásquez
Después de concebirlas como la herramienta para que todos tengan una voz, hoy vemos que el modelo de negocios de las redes tiene que ver con la recopilación de nuestra información para vendernos una versión de la realidad a la medida de nuestros prejuicios, odios y resentimientos. Esto rompe la convivencia.
Antes se podía hablar de una realidad común sobre la que disentíamos según nuestras propias convicciones. Podíamos ver la realidad que nuestro vecino veía y a partir de ello analizar sus actitudes, sus acciones, y de ese modo entenderlo.
Hoy cada uno ve una historia distinta. Y el diálogo se rompe. Porque no podemos ver cómo el otro construye su opinión. Por eso las sociedades se polarizan y en ese río revuelto pesca el populismo.
* Premio Alfaguara de novela.