23 Febrero 2020

Atrapante ficción con la impronta de un presidente

Inmersión en los secretos y en las tensiones de la cocina del poder

THRILLER

EL PRESIDENTE HA DESAPARECIDO

BILL CLINTON Y JAMES PATTERSON

(Planeta - Buenos Aires)

Se trata de un  thriller de primer nivel que atrapa al lector desde las primeras páginas. Dos observaciones. La primera, que está escrita por un ex presidente de EEUU, es decir, alguien que vivió realmente la experiencia -reservada a muy pocos- de ser uno de los hombres más poderosos del mundo durante casi diez  años. La segunda es que, si bien como toda buena novela policial es una inteligente ficción, flota en sus páginas algo que la hace fascinante; el lector se pregunta…¿será pura ficción?. Yo apostaría a que no… o en todo caso que la línea que separa realidad y ficción, por momentos, es imperceptible.

Narrada en primera persona por un ficticio presidente norteamericano que ha sido soldado y estuvo en la guerra, Jonathan Duncan, al lector le está permitido, por 24 o 48hs, participar de una aventura memorable. La trama gira alrededor del terrorismo de última generación, lo que si no es cierto, se le parece mucho a las amenazas actuales entre los dueños del poder -tanto países como grupos terroristas- que compiten en fuerza, astucia  y medios tecnológicos.

Pero lo más interesante no es el dibujo de la trama, sino la textura nimia con que está tejida. Ella revela la condición humana en esos niveles de decisión y de responsabilidad. Las relaciones entre los personajes que  rodean al presidente están atravesadas por traiciones y  lealtades,secretos de estado, negociaciones espúreas, luchas subterráneas, intentos de destitución, ambiciones desmedidas, etc.

© LA GACETA

CRISTINA BULACIO


Knausgard: al final llegó el final

Se acaba de publicar en español el sexto y último título de la obra Mi Lucha

NOVELA

FIN

KARL OVE KNAUSGARD

(Anagrama - Barcelona)

En la vida del noruego Karl Ove Knausgard todo se vuelve asfixiante y sabe cómo contar esas sensaciones. Después de casi 3.800 páginas divididas en seis libros, que en realidad son una enorme novela titulada Mi lucha, se puede leer en español el título que faltaba, Fin. En este caso, son mil páginas que arrancan con un problema familiar: su tío Gunnar amenaza al autor con una demanda en caso de que mencione el nombre y apellido de su hermano, el padre de Karl Ove, en las historias. El problema es que ese padre resulta fundamental en lo que se cuenta. Porque a partir de su muerte en condiciones anormales toma fuerza lo que sigue.

A lo largo de estos libros, Knausgard repasa su vida con detalles mínimos: si tiene que cambiar los pañales de sus hijos o “soportarlos” en una plaza, por ejemplo, lo grafica textual. Lo mismo hace con los diálogos familiares o con sus primeros amores y hasta que sus inicios en la escritura. Tal vez eso es lo que lo vuelve característico. Aunque en Fin el asunto no sea tan lineal. No nos encontramos ante una historia sino ante un ensayo escrito por alguien obsesionado con el correo electrónico en tiempos en que había que apretar F5 para actualizar los mensajes recibidos. Hoy con teléfonos celulares sería más sencillo y más rápido. Y más enfermizo.

En las primeras páginas lo único que le importa es su tío. Promediando Fin el interés es Adolf Hitler y el nazismo. Entre tanto, menciona a escritores que lo marcaron, como Witold Gombrowicz y Jorge Luis Borges. Y en el final las cosas parecen encaminarse pero no: ya leyeron arriba que en Knausgard todo se vuelve asfixiante. Así que cuando se perfila la normalidad en su vida es su esposa la que sufre depresión y debe internarse. Él se queda solo con los tres hijos. Su vida no es más su vida.

© LA GACETA

ALEJANDRO DUCHINI


Los Nadra y el cierre de ingenios en Tucumán

Investigación sobre una etapa bisagra de nuestra historia

INVESTIGACION

AZUCAR Y POLÍTICA

MARISA GALLEGO

(Maipue - Buenos Aires)

El libro de la historiadora Marisa Gallego relata los últimos 50 años de padecimientos del ingeniero Emile Nadra, reconocido empresario tucumano de la industria azucarera. Los tucumanos sabemos de cuánto daño se le hizo a la provincia (su “destrucción” diría en su esclarecedor libro el historiador Roberto Pucci). Gallego explaya su análisis sostenido por su investigación minuciosa y como bien señala en la introducción “Como punto de partida de la investigación junto al profesor Ignacio Soto acordamos varias entrevistas con el ingeniero Emile Nadra, propietario de la Compañía Azucarera Tucumana (CAT), que con la lucidez de sus 97 años nos introdujo en esta historia de intrigas y guerras económicas en la región azucarera del Noroeste argentino”. Basten señalar los periodos de las dictaduras militares de Onganía (desde 1966) y el equipo económico que determinó manu militari el cierre de 11 ingenios. Suscribe la autora un párrafo que vale transcribir: “Una maniobra legal y “de facto” que inauguró la dictadura militar de Onganía y Levingston y que continuará luego con la trama de poderes económicos y judiciales durante la dictadura del general Videla”. La CAT con sus tres ingenios funcionando (La Trinidad, La Florida y el Santa Rosa) fue deliberadamente “conducida a la quiebra” para su apropiación por parte del Estado. La creación de CONASA se integra con esos ingenios de la CAT. Los otros, Lastenia y Nueva Baviera, con cierre forzoso. Denuncias judiciales de todo tipo finalmente resultó una operación urdida en contra del grupo Nadra. La Corte Suprema de Justicia de la Nación sentenció (21/09/1989) a favor de la demanda de Nadra por la expropiación impaga (desde 1970).

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CARLOS DUGUECH


Dilemas profundos en clave socarrona

Parménides, un escritor a sueldo y un libro que quizás nunca llegará a existir

Aira escribe una ficción sobre la firma profanando con mucha destreza los albores de la filosofía.

NOVELA

PARMÉNIDES

CÉSAR AIRA

(RandomHouse - Buenos Aires)

Perinola es una joven promesa de las letras que es llamado a escribir para y desde el poderoso Parménides de Elea,  un activo hombre de la política que busca la fama de un tratado petulante. Quiere firmar un libro que se llame “Sobre la naturaleza”.  ¿Cuánto debe cobrar un escritor por un libro que no es suyo, sino de alguien que no tiene idea de lo que quiere escribir, aunque sabe que se trata de la totalidad del ser? La solución llegará mediante un cálculo entre tiempo y resultado, teniendo en cuenta lo que cobra un esclavo y un comerciante. Así comenzará una relación de diez años cuyo fruto es “una obra infinitamente postergada y un hechizo general de espera”. En fin, una feliz vida de escritor.

El lector, como es costumbre en Aira, encontrará en estas páginas dilemas profundos en clave socarrona, sutiles paradojas que acechan: Perinola, Rosetta, la pequeña caverna Afrodita donde el escritor conoce el presente,  o un Zenón que nunca llega. Pero sobre todo un Parménides borroso e indeciso (“bicéfalo” para quienes sepan de filosofía),  que exaspera al escritor porque nunca toma una decisión. Es un flan que acepta todo, sus propuestas “aun si las planteaba como alternativas excluyentes, serían aceptadas con la misma velocidad y entusiasmo”.

Este librito de César Aira condensa los diez años anodinos de esa relación (¿fraterna, comercial?) en los que el escritor usa la máscara que le da Parménides para escribir en verso la música del ser, o mejor dicho el silencio de todo lo posible. Logra así soltar su pluma como jamás lo haría Perinola, como no podría hacerlo nunca su patrón.

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SANTIAGO GARMENDIA


Una inmersión personal en el pasado tucumano

Detalles cotidianos que definían una ciudad

MEMORIAS

RETABLO TUCUMANO

TERESA PIOSSEK PREBISCH

(Crivelli- Salta)

Quien no sienta nostalgia por el Tucumán del pasado debería leer este excelente libro de la destacada historiadora y profesora tucumana Teresa Piossek Prebish. En Retablo Tucumano, Piossek recuerda pasajes icónicos de su niñez en San Miguel de Tucumán, cuando todavía imperaba un nivel de civilidad ya casi ausente de nuestra ciudad.

Con la delicadeza de un pintor naïve, Piossek nos trae a la memoria  episodios característicos de una época pasada. Con lenguaje simple y ameno la autora recuerda episodios de su niñez, transcurridos en el seno de una familia tradicional de la provincia. Por este libro circulan las circunstancias más notables en su vida, y los personajes que más influyeron en ella.

Con pequeños pero significativos trazos, la autora dibuja personajes típicos de la ciudad:  “El loco Lucio”, “La Vino Morau”, los vendedores ambulantes -entre ellos el vendedores de bollos caseros-, el “turco” vendedor de una variedad de mercaderías y el manicero (ya quedan unos pocos), cuya presencia se alertaba por el chiflido de la locomotorcita colocada sobre la armazón del carro, donde se tostaban los maníes, un verdadero manjar para las noches de invierno.

El resultado de las descripciones es una cornucopia de personajes y circunstancias que reviven el Tucumán de otra época. Retablo Tucumano no es sólo un libro para leer. Es un libro para saborear.

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CÉSAR CHELALA


Un país ficticio, sin lectores

Analogía de un país sin poesía ni metáfora

NOVELA

LA GUILLOTINA

MATÍAS SERRA BRADFORD

(Mardulce- Buenos Aires)

El emblemático apellido de cierto revolucionario francés del siglo XVIII llegó a la industria gráfica dando nombre a una herramienta que, además de cortar cuellos, cercena bloques de papel. Es clave en la producción de libros: empareja, provee orden y simetría, hace de cada ejemplar un producto en serie, es decir, “serio”, y así completa la uniformidad de su abundancia. La guillotina expone esa misma voluntad normalizadora, pero aplicada a un país imaginario de ciudadanos escritores (“República de Amnesia”) donde el Estado propicia y regula  la máxima paridad posible en los textos editados. Sin ser una dictadura, Amnesia favorece la continuidad del statu quo frustrante en el que viven autores, editores y críticos, tan ansiosos como impotentes de originalidad. Casi no hay en la población, en cambio, quien lea; sólo unos pocos disolventes conjurados  lo hacen, en secreto. Tampoco existe allí la poesía: acaso la mayor dolencia nacional de Amnesia  no sea exactamente el olvido que invoca su nombre, sino la ausencia alegórica de sus almas. Son hombres y mujeres sin metáfora, atados a lo evidente, al unívoco sentido del lenguaje, aun cuando urden mentiras, infantiles trampas y cándidos subterfugios.

© LA GACETA

GABRIEL SÁNCHEZ SORONDO

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