Historias de viajeros: "Madrid parece una ciudad sitiada"

Un grupo de tucumanos que adelantó su regreso de España relata cómo se vive la crisis sanitaria el Viejo Continente.

“Gastada la acera por la gente al pasar; pies acostumbrados a la velocidad; personas que viven a un ritmo infernal”. La cita corresponde a la canción “Gran Vía”, compuesta en 1988 por el cantante español Antonio Flores (1961-1995). El artista hacía referencia, justamente, a esa emblemática arteria de la ciudad de Madrid, caracterizada por la gran afluencia diaria de peatones. Hoy, en los tiempos del coronavirus, las postales son atípicas. “No es el Madrid que yo conozco, parece una ciudad sitiada. No ver a nadie en la Gran Vía es como no ver a nadie en la calle 24 de septiembre”, compara Constanza Morán, una viajera tucumana.

Desde que llegó a Madrid el martes, el avance de la pandemia ha frustrado por completo las vacaciones que emprendió junto con su esposo, Luis Sánchez. Los destinos eran España e Italia, los países europeos más afectados por la enfermedad viral. Habían planeado regresar el 27 de marzo pero, por emergencia, finalmente será hoy.

“Confirmamos el viaje hace medio mes. Cuando llegamos a Madrid, se veía una ciudad normal. Luego comenzó el desorden”, relata Morán en diálogo con LA GACETA. Su testimonio coincide con el de Franco Tuzza, un joven que también tuvo que adelantar su regreso de Europa, que iba a ser el 18 de marzo. “Llegué el jueves a la tarde y esa misma noche se revolucionó todo”, afirma.

Las complicaciones con los recorridos de los tucumanos comenzaron el jueves, luego de que el presidente Alberto Fernández pidiera que los argentinos que se encuentran en el exterior volvieran antes del lunes por la declaración de la emergencia sanitaria.

CALLES DESIERTAS. La capital española, que concentra la mitad de los casos del país, ofrece postales atípicas por el estado de alerta vigente.  CALLES DESIERTAS. La capital española, que concentra la mitad de los casos del país, ofrece postales atípicas por el estado de alerta vigente.

El viernes por la mañana, los tres tucumanos solicitaron el adelanto de sus vuelos. A Tuzza no le cobraron recargos, pero la pareja tuvo que pagar a Aerolíneas Argentinas una diferencia por haber contratado un paquete promocional. “Casi todo es pérdida, pero lo que importa es la precaución. Esto es muy peligroso”, acota Sánchez. Él y su esposa han permanecido encerrados en la habitación del hotel donde están hospedados. Sólo han salido -indican- para hacer las compras indispensables. “Día a día, se ve cada vez menos gente en la calle”, grafican.

Quejas por la atención consular

Antes de cambiar sus boletos de regreso, Morán, Sánchez y Tuzza intentaron comunicarse con las representaciones diplomáticas de Argentina en España. “Me trataron mal y no me dieron ninguna respuesta. No me querían atender sin cita previa y uno no podía esperar una semana por un turno”, critica el joven, que ha viajado por cinco países europeos durante el último mes. “Jamás nos atendieron. Derivaban las llamadas”, asegura Morán. Y añade: “no conseguimos casi ninguna devolución de todo lo que habíamos planeado en los dos países”.

La vida en Madrid ha cambiado de forma radical luego de que concentrara la mayoría de los casos de coronavirus en España. Ayer, el número de infectados ascendía a 6.000, con casi 200 muertes en todo el país. “Los médicos piden que no se salga la calle. El presidente (Pedro) Sánchez tuvo que declarar el estado de alerta porque mucha gente creyó que las suspensiones escolares y laborales eran sinónimo de vacaciones. No habían tomado conciencia de la gravedad”, expresa la tucumana. Ahora, la Policía española patrulla por las calles para asegurarse de que la población no salga de sus casas.

Ahora, la cuarentena de 14 días

Tuzza llegó anoche a Tucumán luego de dejar Madrid el viernes a la noche. “No tengo síntomas pero volví con barbijo y evité al máximo los contactos. Ni siquiera veremos a nuestras familias”, asevera el joven. Según explica, cumplirá la cuarentena obligatoria de 14 días en una “casa desocupada” de un amigo que también debe cumplir el aislamiento por haber regresado de Europa. “Mis papás tienen más de 60 años, así que son grupo de riesgo. No voy a verlos, no voy a exponerlos”, manifiesta.

Morán y Sánchez también dicen que cumplirán la cuaerentena en otra casa. “Nuestros hijos la acondicionaron y dejaron alimentos para que pasemos los 14 días aislados. Habrá que pasarla lo mejor posible”, se resignan. Antes de finalizar la entrevista, ambos piden dejar un mensaje de advertencia: “tengan mucha conciencia porque esto es muy, muy peligroso. Me gustaría pensar que Tucumán está preparada. Esto es el primer mundo y no dan abasto porque lo subestimaron, como en Italia. Seamos responsables”.

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