NOVELA
EL LIBRO DEL VERANO
TOVE JANSSON
(Naviera – Buenos Aires)
Una abuela y su nieta Sophia emprenden, en esta novela episódica de la finlandesa Tove Jansson, la aventura de descubrir la maravillosa realidad que las rodea en una isla del archipiélago finlandés. Pero lo hacen, a veces a regañadientes, desde la mirada de la otra. No es una relación idílica. Son dos personas de carácter explosivo y que no reconocen voluntad que las someta. Son independientes y no se conforman con respuestas ajenas.
Sophia es curiosa e intempestiva. El no tener a su madre pareciera que la ha llevado a desarrollar una especie de sabiduría temprana y sus resoluciones y afirmaciones tienen la contundencia del que bebe el mundo a bocanadas furiosas. En el otro extremo, la abuela. Una vida que se va marchitando y que debe aceptar reglas impuestas. Pero es una rebelde nata: fuma a escondidas, irrumpe en propiedad ajena y se aventura en los peligros de la naturaleza aunque sus piernas doloridas y su bastón traten de impedirlo. No acepta dejar de saborear la vida.
Como si se tratase de un ciclo natural, la vida que termina y la que empieza se encuentran en el mismo plano y una ayuda a la otra a seguir su curso. El entorno natural, que cobra un protagonismo con belleza propia, es el escenario perfecto para que esas dos vidas fluyan y se enriquezcan mutuamente. Y un personaje como el padre de Sophia, que parece silencioso, apenas una sombra, les provee la seguridad material de un buen jardinero.
El mundo natural es vigoroso y vital en la obra de Jansson. Su prosa pulcra y poética (que nos llega con una limpia y formidable traducción de Christian Kupchik) nos trae la belleza de un retoño, de un pantano y de una tormenta en alta mar. Podremos oler en el aire los signos de una tempestad, o sentir el cálido roce del pasto en los pies a medida que la autora nos sumerge en su historia.
© LA GACETA
Juan Francisco Baroffio