Dos allanamientos terminaron confirmando varias de las sospechas que tenían los investigadores sobre el robo de bicicletas de alta gama. Por la mañana, policías aprehendieron a dos jóvenes que están sospechados de formar una banda integrada hasta por niños de 12 años que ingresaban a los countries para robar los rodados. Por la siesta, con el arresto de una mujer, se logró esclarecer el ataque que sufrió una bicicletería de Yerba Buena y ahora podrían seguir una línea sobre cómo opera el mercado negro de estos bienes.
El domingo a la madrugada, un grupo de jóvenes ingresó al country Alto Verde I, después de haber cortado la tela metálica. Se llevaron cuatro bicicletas. Las cámaras de seguridad del lugar tomaron imágenes del momento en que ingresaban los ladrones.
Personal de la Brigada de Investigaciones de Yerba Buena, al mando de los comisarios Héctor Marín y Nicolás Marchán, se presentó ante el fiscal Diego López Ávila para comentarle que habían identificado a los autores del robo y que podrían estar vinculados a otros hechos similares ocurridos en los barrios cerrados Las Yungas, Jockey, San Pablo y La Arboleda.
Con antecedentes
Según los pesquisas, el grupo sospechado es conocido como “La Banda del Rubio”. Está integrada por jóvenes cuyas edades van desde los 12 hasta los 19 años. Todos habitarían en el barrio San Miguel, ubicado al sur de la capital y los más grandes ya habrían sido detenidos por cometer robos, pero en los últimos tiempos se habrían volcado a esta modalidad delictiva.
“El trabajo que hizo la Policía fue brillante. En menos de 48 horas no sólo identificaron al grupo, sino que encontraron pruebas para vincularlos a otros hechos de estas características”, explicó el fiscal López Ávila. “Creemos que ellos podrían haber sido contratados por mayores para que cometieran robos”, agregó el funcionario.
Se cree que la banda recibía información precisa para cometer el ilícito. Una vez que obtenían el botín, se lo entregaban a un comprador que luego las revendía en esta u otras provincias.
Los hombres de la Brigada de Investigaciones de Yerba Buena se presentaron ayer en el barrio San Miguel y arrestaron a Leandro “Rubio” Guevara (18), el supuesto líder del grupo, y a un tal “Facundito” (17).
En los allanamientos realizados se secuestró una remera que Guevara tenía puesta el día que cometieron el ilícito, una pinza que habría sido utilizada para cortar la tela metálica y un celular que podría aportar importante información.
Esta no es la primera vez que un integrante de “La Banda del Rubio” tiene problemas legales. El 23 de febrero el grupo había sido sorprendido cuando sustraían al menos seis bicicletas del country La Arboleda. Los sospechosos escaparon por los cañaverales dejando las motos en las que se desplazaban y las bicicletas abandonadas.
Los policías lograron arrestar a un menor de 14 años (nunca fue procesado por ser inimputable) y a Maximiliano Zihjke (18), a quien, por pedido del auxiliar fiscal Rodrigo Bilbao, se le dictó la prisión preventiva por 30 días. El fiscal Pedro Gallo está al frente de la investigación de este hecho.
Aún no se sabe qué medidas se tomarán en contra de los menores que fueron identificados, que son inimputables. Tampoco se confirmó si el Ministerio Público Fiscal decidirá acumular todas las causas para acelerar los procesos judiciales en contra de los acusados.
El otro golpe
Horas después, los hombres de la Brigada se presentaban en un domicilio del barrio 2 de Septiembre de Yerba Buena, donde detuvieron a Marta Elizabeth Romero (27), pero no pudieron arrestar a su pareja, conocido como “Moto Ale”. Los dos están acusados de haber participado en el robo de una bicicletería ubicada en avenida Aconquija al 1.300.
Eso ocurrió el lunes, también a la madrugada, cuando desconocidos ingresaron al local y se llevaron tres bicicletas valuadas en más de $1,5 millón. Después de que se analizaran las cámaras de seguridad privadas de la zona, se logró identificar al “Moto Ale” como uno de los autores del hecho.
Mientras los policías realizaban las gestiones para allanar la casa de los sospechosos, un amigo de la víctima les mostró cómo estaban ofertando los rodados en una red social. Los pesquisas no sólo confirmaron la información, sino que además sumaron más indicios en contra de los acusados.
“No puedo dejar de destacar la colaboración que recibimos por parte de la víctima. Hizo la denuncia correspondiente, les dio a conocer algunos detalles a los investigadores y aportó pruebas fundamentales para dar con los autores del hecho. Si todos los casos fueran así, siempre las investigaciones se simplificarían mucho. Todos debemos trabajar de manera conjunta”, explicó López Ávila.
Romero será acusada de haber realizado maniobras para vender el botín, mientras que su compañero será acusado como autor material del hecho. La mujer no quedó tras las rejas porque tiene un niño de dos meses y -como lo estipulan las leyes- debe cuidarlo y alimentarlo. Pero deberá afrontar el proceso que se le inició y que no sería excarcelable.
En ninguno de los allanamientos se pudo encontrar las bicicletas robadas. Para los investigadores esa es una prueba importante para entender la velocidad con la que actúan las organizaciones que se dedican a introducir los rodados al mercado negro. La investigación continúa y promete arrojar más sorpresas.