River - Boca, ante el partido imprevisible

Desde las 19 juegan en el Monumental un partido al cual los dos llegan bien perfilados.

EL REGRESO. Después de estar ausente en dos partidos, Benedetto vuelve a jugar. EL REGRESO. Después de estar ausente en dos partidos, Benedetto vuelve a jugar.

BUENOS AIRES.- “Este es otro partido. Lo que pasó ya quedó atrás. Con estos partidos siempre se arranca una etapa nueva”. La frase tripartita la pronunció Marcelo Gallardo en rueda de prensa el viernes, y pasó desapercibida entre tantas otras, quizás con más “gancho” para un titular o una polémica.

Sin embargo, encierra una gran verdad: la atracción casi irresistible del fútbol, a diferencia de otros deportes, pasa por la imposibilidad de pronosticar trámites y resultados, su maravillosa e insoportable imprevisibilidad está en la esencia de un juego con los pies y una pelota.

Esa respuesta del “Muñeco” a una consulta relacionada a los últimos superclásicos pone en suspenso lo dicho y escrito en los últimos días sobre el Superclásico de esta tarde en el Monumental: todo puede caer en saco roto en cuestión de segundos a partir de una jugada, un detalle, una decisión (de alguno de los protagonistas, árbitro incluido).

Es lo que se les suele decir a los estudiantes de periodismo deportivo: que busquen, encuentren y cuenten la historia escondida dentro un partido, o mejor aún, las varias historias de los varios mini-partidos que existen dentro de uno de 90 y pico de minutos.

AMENAZA. La presencia de Álvarez siempre genera atención extra en el rival. AMENAZA. La presencia de Álvarez siempre genera atención extra en el rival.

¿Cuáles serán esas historias que se contarán esta noche a partir del pitazo definitivo de Darío Herrera? En el más reciente capítulo de esta larga saga sin fin de superclásicos, figuraron la expulsión de Marcos Rojo, el reemplazo de Edwin Cardona, la irrupción de Julián Álvarez, la goleada de River en el juego y el descuento de Boca en el epílogo.

El libreto de este nuevo Superclásico está todavía por escribirse, más allá de las profecías de chamanes y tarotistas y de que los guionistas -léase Gallardo y Sebastián Battaglia- inciden de antemano: deciden sobre el reparto (los 22 titulares) y la ubicación y movimientos en el escenario (la táctica y la estrategia) de sus actores. Guionistas y directores en simultáneo, los técnicos han hecho su juego en la semana, con la dialéctica como afilada pluma. Hablaron para el afuera (arbitraje), pero sobre todo para su propia tropa.

Battaglia movió las primeras fichas: “nosotros estamos a la par de River. Que ellos se preocupen por nosotros”. No anunció el equipo, lo reveló en los últimos entrenamientos: repetirá con Guillermo “Pol” Fernández como volante central, y Aaron Molinas y Darío Benedetto irán de arranque.

Gallardo retrucó: “Boca jugó bien, pero no somos Estudiantes. Hoy estamos en un buen momento. Tenemos que hacer lo nuestro”. Y sorprendió dando el “11”, con Nicolás De la Cruz adentro y “Juanfer” Quintero afuera, sin que nadie se lo preguntara.

Que comience la función.

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