Persiste el fuego cruzado entre las trincheras de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, lideradas por el intendente, Germán Alfaro, y el Gobierno de la provincia, que actualmente conduce el vicegobernador, Osvaldo Jaldo.
"La gestión de Jaldo se tiene que poner a gobernar. Y gobernar no es aumentar el número de Ministerios, sino mejorar los indicadores sociales y económicos de la provincia. Se están cocinando en la comunidad los peores sentimientos colectivos: bronca, indignación, falta de esperanza, miedo", había lanzado el intendente un par de días atrás.
Inmediatamente salió el tranqueño a responder: "Alfaro se convirtió en el primer intendente invisible de San Miguel de Tucumán, por su no presencia en la pandemia, en la lucha contra la inseguridad y en el flagelo de las inundaciones. Y ni hablar en la no soluciones para los vecinos. Alfaro se desentiende de toda solución en cuanto a servicios tan esenciales el agua y las cloacas", había contestado Jaldo.
Ahora salió el subsecretario de Tránsito y Transporte del municipio, Enrique Romero, a cargar contra el gobernador interino. "Las estupideces del kirchnerista Jaldo cotizan con el índice de la inflación, que en Tucumán es superior al de la Nación. Políticamente incorrecto y técnicamente incompetente dice que Alfaro es el pasado, mientras él esta empotrado en el poder desde 1985, revistiendo distintos cargos: intendente, legislador, ministro, vicegobernador y gobernador", dijo Romero.
Recordó la interna que se dio en el oficialismo tucumano, entre Jaldo y el gobernador -en uso de licencia mientras se desempeña como Jefe de Gabinete de la Nación-, Juan Manzur, durante la campaña proselitista de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias. "Hace seis meses, Manzur y Jaldo solo hablaban de traición debido a la codicia de poder, y mostraban la hilacha para decirse mutuamente que uno era menos malo que el otro, o menos traidor que el otro. En realidad, no tienen piedad por el dolor y la tortura del 44% de los tucumanos, que sumidos en la pobreza quedaron atrapados en una espiral de delincuencia, caos e inflación", señaló el funcionario alfarista.
Y siguió: "Jaldo no nos explica lo que debe hacer para ayudar a las empresas a producir más, diversificar la producción, incorporar valor agregado a la economía, generar empleos y disminuir los índices de pobreza y desnutrición".
Luego, dedicó varios párrafos al tema de los anegamientos en la provincia. "Echarle la culpa a Alfaro por las inundaciones es negar la ausencia de un Plan Hidráulico Integral para Tucumán. Por improvisación e ineptitud, desde las inundaciones de marzo de 2015 no se hicieron obras, ni mantenimiento de los sistemas de desagües y cauces de ríos, a lo que hay que sumar el descontrol de los desmontes, la extracción de áridos, canales colmatados e insuficientes", enumeró Romero.
Además, también refirió al cuestionamiento que mantienen los funcionarios municipales hacia la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT). "Planificaron con la SAT un siniestro plan para destrozar 366 cuadras, 162 veredas, 186 calzadas y 18 cordones. Hicieron 78 aperturas de alto riesgo, y 640 de riesgo peligroso; y existen 285 pérdidas de agua servida, sobre una superficie de 600 cuadras. ¿Donde está el plan y los fondos no reintegrables de la Ley SAT? ¿Desconoce Jaldo del daño ambiental y las roturas del asfalto por tener aguas servidas en la calle todo el año?", preguntó, retóricamente, Romero.
"Jaldo no sabe desarrollar políticas encaminadas a mejorar la eficiencia y transparencia en la Justicia; a eliminar las trabas tributarias a las Pequeñas y Medianas Empresas; a promover la reinversión en el aparato productivo, las industrias creativas y a reducir la desigualdad con metas precisas sobre la pobreza", agregó.
Finalmente, describió lo que, a su criterio, caracteriza a la gestión Manzur-Jaldo: "ha sido una mezcla obscena de despilfarro oligárquico y secular penuria popular. Por eso se rasgan las vestiduras cuando Alfaro dice lo que dice, gestiona y hace obras, frente a un Gobierno que sembró quebrantos y cosecha miserias".