La hepatitis aguda infantil tiene en vilo al mundo. A medida que pasan los días aumentan los casos sospechosos en Argentina mientras la Organización Mundial de la Salud intenta encontrar una explicación al aumento exponencial en todo el mundo.
Si bien aún se desconoce el origen de las inflamaciones que sufren los pequeños en el hígado, la comunidad médica y científica trabaja contrarreloj, con el objetivo de calibrar el diagnóstico y, de esta manera, especificar cuáles podrán ser los tratamientos más adecuados.
Según informó el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades, los síntomas más comunes que identificaron en niños, niñas y adolescentes afectados fueron la diarrea y los vómitos, acompañados por dolor abdominal, ictericia (coloración amarilla en la piel) y niveles elevados de enzimas hepáticas.
Por su parte, la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido manifestó que el COVID-19 podría tener responsabilidad en algunos casos. En apoyo de esta hipótesis, está el reporte de cuatro niños que dieron positivo por coronavirus y que habían sido infectados con variantes del SARS-CoV 2. Dos tenían un linaje Ómicron, otros dos fueron vinculados a la BA.2, detallaron. “A mediano y largo plazo, la covid podría generar un cuadro hepático como producto de una reacción autoinmune”, explica Mario Lozano, virólogo del Conicet y de la Universidad Nacional de Quilmes, en Página 12.
Tampoco hay pruebas que señalen una conexión de la extraña afección con la inoculación de la vacuna anticovid. Según el Instituto Superior de Sanidad Italiano (ISS), que examina los casos de aquella nación, la mayoría de los individuos afectados no había sido previamente inmunizado con la vacuna contra el Sars CoV-2.
Por otro lado, el informe del Reino Unido también plantea la hipótesis de que la hepatitis pediátrica aguda también puede ser causada por “un medicamento, una toxina o exposición ambiental, o una nueva variante de adenovirus o una mayor susceptibilidad a las infecciones normales por adenovirus”.