Los progenitores del niño intoxicado con droga plantearon diferentes versiones para no ser procesados. Pero los testimonios de los vecinos, y fundamentalmente de la abuela materna, terminaron siendo clave para que se le dicte la prisión preventiva al padre y dejar en libertad a la madre. Además, el juez Alejandro Tomas resolvió que se envíe una copia de todo lo actuado a la Justicia Federal, ante la sospecha de que habría un caso de comercialización de droga.
En la audiencia realizada ayer, el auxiliar Gonzalo Zavalía, con instrucciones del fiscal Pedro Gallo, contó que el pequeño consumió la droga de manera accidental cuando se encontraba con sus padres en la vivienda. “Ambos plantearon diferentes versiones con la que pretenden tergiversar lo que realmente ocurrió”, dijo.
El auxiliar fiscal argumentó su planteo al afirmar que la acusada C. L dijo que la droga se le podía haber caído a un tal “Tito” o a un ayudante para que podaran un árbol del frente de la vivienda. Zavalía indicó además que el padre, A. J., había asegurado que no se encontraba en el domicilio cuando el niño ingirió la cocaína.
Luego citó los testimonios de los vecinos para desvirtuar esas versiones. Entre otras cosas, dijeron que el único que había podado el árbol ese día era el acusado; que se trataba de una familia conflictiva y que los habían señalado como los vendedores de droga de la cuadra. “Hasta hubo una persona que contó que la pareja, junto a un tal Luna, estaban estirando la sustancia cuando ocurrió el lamentable episodio”, indicó.
Por último dio a conocer la declaración de M. V., la madre de la acusada. “Desde un año y cinco meses que están juntos. Me oponía a esa relación porque sabía que vendía drogas. Él llevó a esa vida a mi hija”, habría atestiguado la mujer. “Después me enteré de que él le pedía a ella que se hiciera cargo de todo porque no podía afrontar otro proceso penal. También le dijo que él se haría cargo del abogado y que la sacaría rápido”, añadió.
Ese dato habría quedado probado con el envoltorio con restos de cocaína que fue encontrado por los policías en la vivienda del barrio El Palomar. Para los especialistas, allí podrían haber guardado hasta 250 gramos de esa sustancia. Zavalía anunció que los acusaba de abandono de persona doblemente agravado por generar un grave daño a la víctima y por ser cometido por sus padres.
Las defensas
Ambos acusados declararon en la audiencia. La madre insistió con la versión de la tercera persona, pero después dijo que la droga era de su pareja porque es consumidor. “Lo dije por miedo, tengo miedo”, declaró sin explicar a qué temía. “Mi chiquito estaba jugando con ‘Hércules’ que es su perrito. De pronto, lo observé en la cama, como si estuviera machadito, Le vi las manitos un polvo blanco, pensé que era harina”, añadió.
“Estoy desesperada, no como desde que me detuvieron. No sé nada de mi chiquito y de mi otra hija de nueve años. Necesito estar al lado de mi hijo”, finalizó.
Luego habló el padre. “No estuve en la casa. Fui cuando me avisaron que algo malo había pasado. Tampoco consumo drogas porque ya tuve problemas para ver a mis hijas que tuve con otra pareja”, señaló.
Aníbal Paz, defensor de la madre, y Matías Díaz Molina, representante del padre, rechazaron la acusación al considerar que nunca hicieron abandono de persona, ya que ellos fueron los encargados de trasladar al pequeño al centro asistencial.
El artículo 106 del código penal sostiene que será acusado de este delito “el que pusiere en peligro la vida o la salud de otro, sea colocándolo en situación de desamparo, sea abandonando a su suerte a una persona incapaz de valerse y a la que deba mantener o cuidar o a la que el mismo autor haya incapacitado”- Por esa razón, el juez Alejandro Tomas aceptó la imputación que recibieron los progenitores del niño.
El auxiliar fiscal solicitó que se les dictara la prisión preventiva a ambos por seis meses. Los defensores se opusieron y el magistrado dictó la medida cautelar en contra del padre por 45 días y ordenó la libertad a favor de la mujer, pero le ordenó que cumpliera una serie de conductas para que evitara entorpecer la investigación. El representante del MPF y el defensor del padre impugnaron la medida.