El partido entre San Martín y Belgrano: ¿debió jugarse o no?

La decisión de que el partido con Belgrano se disputara generó opiniones muy polarizadas: para muchos fue naturalizar la violencia; para otros, el crimen fue ajeno al partido y al club

EXPECTATIVA. El partido con Belgrano era el más esperado por los hinchas. Las autoridades de seguridad deportiva aseguraron que había garantías para jugar. EXPECTATIVA. El partido con Belgrano era el más esperado por los hinchas. Las autoridades de seguridad deportiva aseguraron que había garantías para jugar.
14 Septiembre 2022

El contraste fue demasiado contundente para quienes presenciaban la escena desde la calle: a poco más de una cuadra de donde yacía el cuerpo sin vida de Manuel Alejandro López, el estadio de La Ciudadela estallaba en una explosión de cánticos y fuegos artificiales para acompañar la salida del equipo a la cancha. No era un partido más: era el que San Martín y sus hinchas habían estado esperando desde hacía mucho tiempo, la visita de Belgrano, el puntero, el dueño provisorio del ascenso directo que el “Santo” quiere para sí. Sin embargo, lo que había ocurrido fuera del estadio poco antes era imposible de soslayar. Por un momento sobrevoló la incertidumbre acerca de si el partido se jugaría, hasta que finalmente se confirmó que sí, que a pesar de todo habría fútbol.

La gran pregunta entonces pasó a ser: “¿debió haberse jugado?”. La respuesta puede parecer obvia (y hasta ofensiva la sola pregunta) para quien tiene una postura tomada, pero lo cierto es que las opiniones al respecto estuvieron muy divididas. Para muchos, que se haya jugado fue una falta de respeto hacia el dolor de los familiares de la víctima y un gesto de naturalización de la violencia en el fútbol. El famoso “el show debe continuar”, incluso ante la muerte. Algunos señalaron también el riesgo de que la sangre llegara desde la calle hasta las tribunas, donde se juntan las diferentes facciones que componen la barra brava.

Del otro lado, estuvieron los que respaldaron la decisión de que se jugara, por considerar que el crimen se había producido fuera del anillo de seguridad del evento, y que responde a luchas de poder de bandas que no pertenecen al club y que lucran gracias a él. Más aún: hay quienes remarcan que los “barras” no son ni merecen ser llamados hinchas.

Entrevistado por LG Play, el ministro de Seguridad de la provincia, Eugenio Agüero Gamboa, fundamentó la decisión de que el partido se jugara en que el hecho se produjo “fuera de los anillos de seguridad que marcan y controlan el ingreso de personas. Luego dentro de la cancha, todo se manejó con normalidad. Hubo una reunión entre el árbitro, el encargado de seguridad deportiva, dirigentes y miembros de la AFA. Las garantías estaban dadas, por eso se jugó”.

Agüero Gamboa subrayó que fue un hecho ajeno al partido mismo. “Podría haber pasado a dos metros de la cancha como a dos kilómetros. Fue una cuestión de las facciones de la barra, algo fuera del partido. Si hubiera habido un fallo de seguridad dentro de la cancha, estaríamos hablando de otra cosa”, comparó.

El legislador Ricardo Bussi, por el contrario, había repudiado la decisión de que se jugara y criticó directamente al ministro de Seguridad. “Le pregunto si tomó dimensión de que, con esta decisión desacertada, se arriesgó aún más el operativo (si es qué existe uno), porque si esa violencia se hubiera replicado adentro del club, hubiese sido catastrófico”. “¿O debo recordarle que este fin de semana se vivieron hechos de violencia en otro partido; más precisamente, entre Jorge Newbery y Sportivo Guzmán?”, planteó Bussi.

Al respecto, Agüero Gamboa contestó que respeta la opinión de aquel, pero no la comparte. “El plan de seguridad estaba diagramado con antelación a este partido. Se aplicó y no hubo fallas dentro de ese plan. La seguridad fue garantizada para todos los espectadores”, aseguró.

“¿Cómo es posible que el Ministerio permita que el partido de fútbol se dispute cuando a menos de dos cuadras mataron a una persona?”, interpeló el legislador José Ricardo Ascárate. “Falla en la prevención y el perímetro de seguridad que debe implementar la policía ante disputas de eventos deportivos. Nos acercamos a la violencia sin control que pone en jaque al gobierno provincial, que hace anuncios pero la violencia, las muertes, las drogas y las armas en poder de civiles evidencian la falta de conducción de la fuerza policial”.

Carlos Salado, director del Colegio de Árbitros, consideró que jugar fue la decisión más acertada. “Fue un hecho ajeno al partido. Sí creo que debería haber una logística para controlar a los hinchas antes de los partidos. Muchas veces el hecho de que ruede la pelota ayuda o contribuye a evitar que haya respuestas de venganza en el momento y se pueda armar una estrategia de control por parte de la policía para con esos barras”, explicó.

El cuestión llegó incluso a medios extranjeros, donde publicaciones de la talla de Marca y Mundo Deportivo señalaron como algo insólito que el partido se haya jugado de todas formas.

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