Insólita petición de Israel a EEUU

19 Septiembre 2022

Carlos Duguech

Columnista invitado

La política internacional depara –a veces - que lo que debe esperarse de ella no se concreta en realidad. Entonces sobrevienen sorpresas que un buen entendedor no podrá entender. Y no lo hará a menos que consienta en que los países poderosos pueden comportarse a su solo arbitrio, aun utilizando como alfombra desgastada el tan llevado y traído derecho internacional. Hace unos días el primer ministro de Israel Yair Lapid volvió a pedirle al presidente Joe Biden -¡nada menos!- que se retire de las negociaciones sobre energía nuclear con Irán. No le pide que presione a Irán para que “no” progrese con sus preparativos que se alistan para obtener un arma nuclear. No, le pidió –indirectamente- que deje que Irán obtenga al fin armamento nuclear. ¡Que se retire de las negociaciones! ¿Qué otra cosa puede colegirse de esa posición del primer ministro de un poderoso estado de la región?

Un singularísimo acuerdo

No pocos polos de análisis de políticas internacionales entre estados han visto en el acuerdo en Viena (2015) llamado Plan de Acción Integral Conjunta (PAIC), y en inglés JCPOA) una verdadera proeza de la diplomacia. Irán con 5 +1. Este columnista denominó siempre “Diplomacia creativa” a los acuerdos de este tipo. Claro, no es usual que, nada menos que los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (ellos mismos poseedores de arsenales nucleares “permitidos” por el Tratado de No proliferación Nuclear (TNP) vigente desde 1970) suscribieran, junto con Alemania, un acuerdo con Irán para impedir que esta república islámica alcance a producir armas nucleares. Ese acuerdo de Viena es casi una “rara avis” que sobrevuela entre los halcones y las palomas. Nunca antes en la historia de los tratados, acuerdos y/o convenios relativos al armamentismo nuclear se suscribió un documento de esta naturaleza y con tales participantes. Todo ello le otorga una casi inusitada particularidad que entusiasma destacar.

¡Cuándo no, Trump!

De quien se dijo que era el más imprevisible de los presidentes previsibles de los EEUU se podía esperar casi cualquier dislate de política internacional. Uno de ellos fue la determinación de abandonar “con bombos y platillos” el acuerdo que obligaba a Irán a utilizar la energía nuclear sólo para fines pacíficos y bajo el estricto control de la OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica). Dicho y hecho, el más cuestionable modo de proceder del hombre de la Casa Blanca generó dos consecuencias inmediatas: reanudación de las sanciones económicas impuestas a Irán por los EEUU y la consecuente posición del gobierno de Irán de ya no sentirse obligado ni controlado en su gestión de asuntos nucleares. Vale tener presente que John Biden, cuando se suscribió este singular acuerdo para el uso pacífico exclusivo de la energía nuclear por parte de Irán, era vicepresidente de Obama (2015). Hoy, devenido en el titular del poder desde Washington intenta reasumir el protagonismo de su país en el acuerdo.

En ese trámite se está, con la recomposición de las piezas sueltas que dejó el estrepitoso alejamiento de los EEUU vía Trump, que, además, configuró una traición a los otros miembros del acuerdo de Viena (2015). Mucho tiene que ver con el rearmado del grupo y la aceptación de Irán -luego del zarpazo a traición de los EEUU de Trump- el accionar de la OIEA de la mano de su director general, el diplomático argentino Rafael Mariano Grossi, con quien este columnista mantiene contacto como fuente de información directa.

Hay nueve países con armas nucleares. Ellos son: EEUU, Rusia, Reino Unido, Francia, China, los del CS como miembros permanentes ¡desde hace 77 años! más India, Israel, Pakistán y Corea del Norte. Estos últimos cuatro países no suscribieron el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y por ello se permiten poseer arsenales nucleares. Aunque conviene aclarar que Corea del Norte sí era parte hasta el 2003 en que se abandonó el TNP para hacerse “potencia bélica nuclear”. Y, aunque parezca extraño por la visión que se tiene de Irán, sí forma parte del TNP como un país que solamente desarrolla su plan nuclear con vistas a su utilización no bélica a lo que se volvió a comprometer en forma directa con el tratado de Irán con 5 + 1

De los cuatro países que no suscribieron el TNP sólo tres de ellos no ocultan su condición de poseedores de arnas nucleares. Sólo Israel, en tema de tanta importancia para la humanidad toda necesitada de que se cumpla su derecho a la verdad, más en esta materia tan delicada, tiene una posición de hierro sobre este asunto. Cada vez que le requieren información sobre sus supuestos arsenales nucleares y, al estilo Bussi (cuando le preguntaron sobre su cuenta en Suiza al general del terrorismo de Estado) el premier israelí, cualquiera de ellos, responde como un cliché: “ni niego ni afirmo”. ¿Para qué más?

Asesinato, “por encargo”

Cinco irníes, elegidos, entre los técnicos y científicos nucleares. Se colige, sin esfuerzo imaginativo alguno, que el sospechado en esas desapariciones tiene demasiado interés en que Irán no progrese en lo nuclear. El gobierno de Irán, a su tiempo, señala a Israel como instigador de estos asesinatos, interesado como está en que Irán no desarrolle su programa nuclear que, como lo describió Benjamín Netanyahu desde su puesto de primer ministro durante tanto tiempo, está destinado a la fabricación de bombas nucleares. Surge la tentación de aquella frase lograda de Alejandro Dumas, de su novela “Los mohicanos de París (1854) “Cherchez la femme”. Expresión que nos lleva a “Cherchez l’ennemi”. “Buscar al enemigo” no le resulta difícil a Irán. Lo tiene ligado todo el tiempo desde la instalación de la revolución que acabó con el Sha de Persia, Rezha Pahlevi, gran aliado de EEUU. Y desde que instaló la República Islámica de Irán.

Dijimos insólita, pero peor.

Que el primer ministro de Israel pide como lo hace es en sí mismo una impertinencia y un extrañísimo modo de procurar la tan necesaria y urgente paz en la región y en el mundo. Sólo en el ”Reino del revés” (Te extrañamos María Elena Walsh) puede darse esta situación tragicómica. Con nada más que analizar la “fórmula” arribamos a un patio de luz para que nuestra inteligencia no se oscurezca ni perturbe por “paquetes” de decisiones de los Poderosos que pretenden empaquetarnos. Veamos: en julio último y aprovechando su gira por el M.O. el presidente Biden estampó su firma en un documento que consistía en una Declaración en el que se comprometía EEUU a frenar la proliferación nuclear de Irán. Que no alcance a conseguir su bomba nuclear. Aunque Biden anticipó que prefiere la vía diplomática dijo -que de ser necesario- está dispuesto a usar la fuerza. Y, para tener en cuenta, viene bien recordar que Israel hace 41 años (7 de junio de 1981) con una flota de 8 cazas F-16 de su Fuerza Aérea bombardeó una central nuclear en construcción (el reactor de Osirak) cerca de Bagdad a 17 km. Víctimas de las 12 bombas lanzadas fueron 10 soldados iraquíes y un ingeniero francés de la empresa de Francia que construía la central, obviamente para usos pacíficos. Francia, miembro del CS de la ONU y uno de los países nucleares autorizados en el TNP a poseer armas nucleares, ¡mal podría construir centros de producción de esas armas!

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