Lejos de servir para propiciar un acercamiento, el adelantamiento de las elecciones en Tucumán puso a Juntos por el Cambio nuevamente a centímetros de una ruptura. Tan cerca de una eclosión ha quedado la alianza opositora en esta provincia que la gravedad del asunto ya despertó, seriamente, la atención de los líderes nacionales de JxC.

En reuniones particulares o grupales, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta (PRO), Alfredo Cornejo y Gerardo Morales (UCR) ya se refirieron al caso tucumano. Conscientes de que hasta aquí la opción del consenso para definir las postulaciones no dio resultados, con mayor o menor énfasis todos sugirieron la idea de elecciones internas. El asunto es que esa alternativa tampoco convence a los dirigentes locales y la marcha de la coalición varía según los estados de ánimo, los caprichos y las ansiedades de cada uno de ellos.

Como espacio, Juntos por el Cambio en Tucumán es tan irracional como inmaduro para tomar decisiones. Así, cada paso queda supeditado a las emociones y a los impulsos particulares del momento. Un día se exigen internas y al otro se prefiere el consenso. Así, aunque suene contradictorio y adolescente, la resolución de cualquier conflicto se asemeja más a una disputa estudiantil que a una opción que aspira a gobernar la Provincia.

Aunque esperado y reclamado por todos los miembros de Cambiemos, el breve café que compartieron en Buenos Aires Germán Alfaro y Roberto Sánchez generó un tembladeral interno. Lo curioso es que no se trató de una charla profunda que haya arrojado definiciones concretas. Todo lo contrario, el regreso del intendente y del diputado, los dos referentes que pretenden liderar la fórmula, aumentó los trascendidos, los recelos y las preocupaciones. Así, se generó un desparramo de angustias. En ese diálogo, después de haber apostado durante meses a la bendición nacional, el peronista le planteó la opción de resolver las candidaturas –todas- mediante internas. El radical, que no suele ser demostrativo ni contundente con sus palabras, le respondió casualmente con un dubitativo “veamos”. Sí, coincidieron en la necesidad de mostrarse más juntos, aunque pocas ganas de hacerlo trasmitan.

El primer ruido se generó por las condiciones del encuentro. Si bien de un lado y de otro venían reclamando una reunión a solas, en el radicalismo creen debería haberse dado en otro contexto y que Sánchez, en definitiva, terminó expuesto por un exceso de improvisación o de buena fe. ¿Por qué? Porque Alfaro acudió con una picardía que su interlocutor no esperaba: al “apurar” a su rival a resolver el liderazgo y el resto de las postulaciones mediante internas cerradas lo deja expuesto. ¿Qué pasaría si ahora es el radical el que rechaza los comicios? Ayer, por lo pronto, el diputado respondió con evasivas cuando se le preguntó por esta cuestión. “No, estamos trabajando y es una posibilidad. Es una alternativa, hemos tenido un inicio de conversación y lo vamos a seguir haciendo”, contestó.

Alfaro, por el contrario, fue más desafiante en su respuesta. “Le planteé que lo mejor para dirimir todas las candidaturas, no solo la de gobernador y vice, era la interna. Le dije que vayamos a internas cerradas; es lo más democrático”, expuso. Es decir, dejó en manos de Sánchez la responsabilidad de rechazar ese convite y de cargar con el costo político. Esto, porque de uno y de otro lado saben que la realización de internas suma riesgos para la estabilidad y el futuro de Juntos por el Cambio.

La ley de Partidos Políticos en Tucumán no admite demasiadas interpretaciones. Si eventualmente se llegara a aplicar una interna cerrada entre los afiliados a los partidos que integran JxC, Alfaro debería encabezar una fórmula y Sánchez otra. En ese caso, la coalición se quedaría sin el perdedor para la elección provincial. Es decir, no contaría con uno de sus dos referentes para enfrentar al oficialismo. Además, sólo expondría un puñado de votos totales y una montaña de acusaciones cruzadas de clientelismo. En definitiva, un escándalo asegurado.

Pensar en que luego de una eventual interna el binomio que competirá en las generales se conforme con el ganador y el perdedor implica abrir una ventana a las impugnaciones. El artículo 42 de la Orgánica de Partidos Políticos fija que tanto para alianzas como para partidos, una vez oficializadas “las candidaturas y/o listas de candidatos resultantes de la elección interna o la lista única, no puede presentarse candidatura o lista alguna distinta con posterioridad, en la elección general”.

Tampoco sería posible convocar sólo a una elección interna para definir gobernador y vice. La misma norma prevé que se haga la convocatoria debe concretarse para todas las categorías. Este mismo problema tiene el Frente de Todos, en donde algunos referentes de San Miguel de Tucumán piden internas para resolver la postulación a intendente. ¿Cómo evitar que se abran luchas en cada una de las comunas y de los municipios de la provincia? Un enredo que llevaría tiempo y un desgaste de energía innecesario.

La arremetida de Alfaro motivó una reunión de urgencia entre los radicales. Ayer al mediodía, Silvia Elías de Pérez recibió a Sebastián Salazar y a Mariano Campero para escuchar de boca de Sánchez los detalles de la reunión con Alfaro. Allí, el diputado reiteró que no acordó ninguna modalidad con el intendente y que todo estaba abierto. El jefe municipal de Yerba Buena fue el más enfático en sus reproches al capitalino. “Alfaro fue hostil con Sánchez y va a ser el responsable de romper Juntos por el Cambio”, dijo. También cuestionaron la actitud –la tildaron de desleal- del líder del Partido por la Justicia Social: “en la primera reunión para empezar a conversar le pegó una “piña” a Sánchez”, rezongaron.

La contrapropuesta que se arrojó en esa mesa fue la de proponer internas abiertas para que puedan participar todos los ciudadanos que así lo deseen y saltear el cerrojo de los aparatos partidarios. Sin embargo, esa idea choca con la ley 5.454: establece claramente que esos comicios deben ser cerrados a los afiliados de los partidos que integran el frente electoral. Aunque saben que esa propuesta seguramente será rechazada desde la vereda de enfrente, buscan devolverle la gentileza a Alfaro.

Con un escenario de alternativas poco viables para resolver las postulaciones y con una desconfianza y niveles de tensión en aumento, la posibilidad de un quiebre dentro de Juntos por el Cambio es cada vez mayor. En rigor, no es casual la irrupción de afiches con los rostros de Sánchez y de Elías de Pérez en territorio capitalino ni tampoco el intempestivo pedido de Alfaro por internas cerradas. A la encerrona que planteó el intendente peronista, este grupo de radicales está dispuesto a responder con una mayor agresividad política en San Miguel de Tucumán. “Que no se haga el vivo porque salimos solos y le vamos a tomar la capital. Va a perder todo”, fue la arenga bélica que resonó ayer en el búnker que la ex senadora nacional tiene en Maipú al 1100.

Comentarios