Relato en el que el mundo está al revés

La confirmación de la exquisitez de un lenguaje.

16 Octubre 2022

Por Marcos Rosenzvaig

La publicación de Terminal de Noé Jitrik -quizá uno de los últimos maestros de la literatura argentina- retoma el ingenio de Macedonio Fernández con el estilete filoso del humor actual: se trata de un relato en el que el mundo está al revés.

Una prostituta de apellido Escalada (que bien podría ser una descendiente de la progenie de Remedios) asesina a su cafisho y luego huye, atraviesa calles en las que los grafitis de las paredes señalan la marca de la historia, no sin antes pasar por su hotel, recoger una valija y buscar a su hija Carmen. Todo pareciera tratarse de un policial hasta que las dos mujeres entran en un bar llamado Lento Transcurso. Allí el tiempo se extiende, como si fuese otro mundo dentro de éste.

En ese mismo bar, dos hombres –un escritor y un policía- intercambian ideas, mientras la mesa acumula cáscaras ansiosas de maníes. El escritor Donadei recita un soneto de Lugones al policía Graziadío, un entusiasta de la lírica que reflexiona acerca del envejecimiento: “Nuestras células no nos son fieles, van cambiando de forma sin que nos demos cuenta y un buen día son otra cosa y con su cambio nosotros somos también otros, irreconocibles, temblorosos”…

Los seres que pueblan este universo jitrikiano resultan para nosotros irónicos, entre ellos habita el candor y la simpleza. Si algún lector busca personas con quienes departir acerca de la naturaleza del hombre y del sabor de la poesía, aconsejo, sin pensarlo dos veces, acuda usted al bar el Lento Transcurso, lo encontrará caminando el Bulevar de la Susceptibilidad y, de un solo chasquido, regrese a la polémica y a la aventura intelectual de un época dorada que definitivamente no regresará: “Perón vuelve”.

© LA GACETA

NOVELA: TERMINAL / Noé Jitrik (Voria – Buenos Aires)

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