Hasta Papá Noel le gambetea a la inflación

Los comercios tucumanos se preparan anticipadamente para recuperar ventas hasta la Navidad. Un dato que ya no es curioso para este tiempo: se exhiben pocos precios en las vidrieras

- “Disculpe, ¿hay alguna razón por la que las vidrieras ya exhiben artículos de Navidad? ¿Se anticipó la ornamentación? ¿Hay demanda?”

- Mire, estimado, desde que la inflación llegó para quedarse, la gente trata de ganarle a los aumentos y viene a comprar los productos que pueda. Ayer fue Halloween; hoy es el Mundial y la Navidad y mañana, quién sabe, tal vez Carnaval.

Esta conversación se dio en un local céntrico de esta ciudad, cuando LA GACETA le consultó a un encargado de un negocio que vende por mayor y por menor sobre los motivos por los que las góndolas ya ofrecían los clásicos productos de fines de año. “Generalmente, traemos estos artículos para que los revendedores tengan stock cuando llegue el momento de mayor consumo. Pero, como podrá ver, todo el mundo busca escaparle a la inflación”, agrega otra responsable de un comercio del centro.

En otros comercios ya asoman los pesebres tradicionales y la ornamentación de las mesas navideñas. Un dato que ya no es curioso para este tiempo: se exhiben pocos precios en las vidrieras. Los hombres de negocios llegan golpeados al cierre del año. Las ventas por el Día de la Madre no han sido las esperadas y han sentido el impacto de la falta de recursos y del endeudamiento familiar. Hubo regalos austeros.

Esa es la segunda fecha de mayor nivel de operaciones. La primera, claramente, es la previa a la Nochebuena y a Fin de Año. La gente se para frente al local, mira y compara precios. Muchas veces el bolsillo no le da porque la inflación le ha devorado rápidamente el poder adquisitivo. “Si nos ponemos del lado del consumidor, observamos que muchos resignarán los viajes del verano para quedarse en casa, pero tratando de pasarla bien, sin grandes necesidades. Por eso stockea mercadería y espera, al menos, pasar las Fiestas de la mejor manera posible”, señala a LA GACETA Julio Delgado, titular de la Rama Comercio de la Federación Económica de Tucumán (FET).

Advierte Delgado algo para tener en cuenta: el stockeo de mercadería por parte de los comerciantes. “Antes tenías la posibilidad de adquirir los productos en cuotas; ahora, en muchos casos, las operaciones se hacen de contado o con cheques a 30 o 60 días más los intereses. Es un riesgo elevado el que se corre”, puntualiza el empresario.

En los supermercados, a su vez, desde el mes pasado, se pueden adquirir turrones, pannettones, garrapiñadas, sidras y espumantes. En ese lapso, el precio acompañó a la inflación y, según los comerciantes consultados por nuestro diario, todo hace prever que la suba de precios no se detendrá a medida que se acerquen las tradicionales fechas. Como las guirnaldas, las gaseosas de primera marca de tres litros están ingresando al “club del yaguareté”. Los carteles muestran que la unidad roza los $ 500 (el billete tiene la imagen del animal autóctono). Varias cadenas comerciales lanzan promociones para captar clientes. Incluso los propios consumidores tratan de aprovechar esas ofertas apelando a las tarjetas de esos supermercados para pagar sus compras en tres cuotas. La idea generalizada es que, de esa manera, pueden gambetear a un eventual aumento promedio del 18% (seis puntos por cada mes).

La tendencia a anticipar consumos navideños se evidenció en octubre en varios países europeos. Desde marzo de 2021, la inflación no le ha dado tregua al Viejo Continente, pero no en la magnitud de la Argentina. De uno u otro modo, el recorte del presupuesto ha ido creciendo. En épocas de inflación, el ticket de compra es más pausado y analítico, mientras que los comerciantes deben apelar a distintas estrategias para captar la atención del consumidor.

Neus Soler, profesora de Economía y la Empresa de la UOC y experta en marketing, considera que forzar la Navidad anticipadamente tiene sentido, y más este año. “Es la primera sin restricciones por la pandemia, la gente le tiene ganas”, señala. Además de esto, según Soler, también los comercios y las empresas, han cambiado después de la Covid-19. “Ahora planifican mucho más; el año pasado hubo muchos problemas de suministro, así que la mayoría de tiendas en septiembre ya tenían la mercancía y con los proveedores pagados es normal que quieran darle salida a este material”, detalla la experta sobre los nuevos hábitos de consumo en Europa.

Para Soler estos dos factores han jugado un papel clave en el adelanto de la Navidad en los lineales. Además, considera que si la campaña es más larga, más posibilidades de compra tiene el consumidor. “En este momento ya se ven turrones en los supermercados y muchos lo comprarán ya. Probablemente el dulce no llegue a Navidad, entonces el consumidor deberá comprar otro, y es aquí donde está el negocio. Sale rentable adelantar la festividad”, explica la especialista.

Otro punto clave de este avance de temporada es el pesimismo de la sociedad ante el panorama económico actual. “Hay mucha incertidumbre con el tema de los precios y eso genera preocupación al conjunto de la población, como cada mes que pasa suben, muchos piensan que anticipar las compras es un acierto”, subraya Soler.

Y en diciembre, como es habitual, los productos se encarecen. “Si el consumidor ya compraba los regalos o la comida con antelación, este año mucho más”, comenta. Pero el adelanto de la Navidad no beneficia únicamente al bolsillo de las familias, también al de la empresa con su campaña publicitaria. “Cuanto más cerca de las fechas clave publicitarias, más cara es la publicidad”, añade Soler.

Y es que el sector, de la misma manera que el turrón, también tiene su propia inflación. Además, la campaña de Navidad ya no es una opción, sino un mandamiento, tenerla es necesaria y como remarca la experta “en las condiciones comerciales de los últimos años, podría ser la diferencia entre sobrevivir o cerrar una tienda”.

El precio de los arbolitos: van desde $ 1.400 a $ 6.000

Los árboles de Navidad van desde los $ 1.400 y llegan hasta los $ 6.000, según el tamaño y la calidad. Las tradicionales guirnaldas y las boas para ornamentar aquellos árboles, cuestan desde $ 500. Las luces LED son las más buscadas: van desde los $ 1.100 y llegan hasta los $ 7.000, también según la calidad.

Aprovechar la ola consumista: el Estado inyectará $ 21.000 millones por la suba salarial

El comercio local intentará aprovechar la ola consumista que dejará el incremento salarial anunciado por el Gobierno provincial y que implicará una inyección de unos $ 21.000 millones hasta los primeros días de enero, según anunció el vicegobernador en ejercicio del Poder Ejecutivo, Osvaldo Jaldo. A este panorama financiero hay que agregarle otros $ 80.000 millones, aproximadamente, que se volcarán al circuito financiero y comercial tucumano por el pago de los sueldos públicos y privados y de las jubilaciones y pensiones

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