El crimen de Luis Espinoza: la prueba “Blue Star” fue la primera en complicar a los policías

Las pericias en los vehículos de los imputados produjeron algunas evidencias que los vincularían con el crimen de El Melcho

UN INDICIO. Las pruebas de luminol y de “Bluestar” dieron positivo en el baúl del auto del subcomisario.  UN INDICIO. Las pruebas de luminol y de “Bluestar” dieron positivo en el baúl del auto del subcomisario.

“¿Recuerda sobre la pericia de recolección de rastros realizada a los vehículos?”, esa fue la primera pregunta que le hizo la auxiliar fiscal Lucía Doz Costa. La consulta era para el perito en Criminalística Esteban Augusto Aybar Critto, el investigador del ECIF que tuvo la tarea de supervisar esa inspección, y otras dos medidas que se realizaron por el crimen de Luis Espinoza. “Me acuerdo... primero buscamos elementos biológicos y encontramos pelos y manchas pardo rojizas en uno de los autos. Usamos luminol y creo que dio positiva esa prueba o la de ‘Bluestar’”, recordó el especialista, que fue citado a declarar como testigo.

Crimen en El Melcho

Espinoza fue asesinado de un disparo en el omóplato el 15 de mayo de 2020, cuando efectivos de la comisaría de Monteagudo intervinieron para disolver una carrera cuadrera que se estaba corriendo en el paraje El Melcho (Simoca). Los autores del crimen trasladaron luego el cuerpo hasta Catamarca y lo arrojaron a un precipicio.

Por esos hechos fueron imputados los policías Rubén Héctor Montenegro (subcomisario), José Alberto Morales (quien sería el autor del mortal disparo), Gerardo Esteban González Rojas, Mirian Rosalba González, Claudio Alfredo Zelaya, Carlos Lisandro Romano, José María Paz, René Eduardo Ardiles, Víctor Manuel Salinas, el vigía Héctor Fabio Villavicencio y el civil Álvaro Gonzalo González.

Peritaron los autos

No sería la primera vez que la pericia de luminol complica a algún sospechoso de un crimen. La prueba, que consiste en aplicar un producto químico que reacciona a restos biológicos (como sangre, saliva, esperma, etc.) que pudieran haber sido limpiados de una superficie.

Doz Costas y el fiscal federal Pablo Camuña le pidieron a Aybar Critto que explicara en que consistía la prueba de “Bluestar”. “Utilizamos ese reactivo que dio positivo (a restos biológicos) en el baúl de un auto Volkswagen Fox. Usamos esa prueba porque es más moderna y efectiva que el luminol, que sólo puede usarse de noche y que puede dar un falso positivo”, aclaró el perito.

El auto en cuestión es el del subcomisario Montenegro, quien estaba a cargo del operativo. Según lo que se viene planteando desde la acusación, luego de que Espinoza fuera mortalmente herido, fue trasladado en ese vehículo hasta la comisaría de Monteagudo y posteriormente -ya sin vida- hasta el límite con Catamarca, donde se encontró su cuerpo por la confesión de Zelaya.

Aybar Critto supervisó además las pericias que se hicieron en el cuerpo de la víctima en la morgue judicial. Sobre esa tarea describió que el cadáver había sido hallado envuelto en una bolsa de granos, junto a sogas y un cable coaxial. “Ese tipo de cable que tenía el cuerpo coincidiría con el que se encontró dentro de un auto Volkswagen Suran que estaba estacionado en el patio interno de la comisaría de Monteagudo”, agregó. Ese vehículo, según los dichos de algunos de los acusados, pertenecería o estaría vinculado a Ardiles.

Pruebas de ADN

La cabo María del Valle Díaz, quien se desempeña para el laboratorio de la Policía Científica, contó que el 16 de mayo recolectaron muestras de sangre en el lugar del hecho. Ese material quedó a disposición de la Justicia.

Otro especialista que declaró ayer fue el bioquímico y genetista del ECIF Miguel Ángel Rubio Más, que explicó que su informe constó en determinar con las pruebas de ADN si el cuerpo encontrado era de Luis. “Para esa tarea comparamos el ADN que sacamos de la base de un diente con unas muestras de los hijos de la víctima. Y hubo coincidencias”, argumentó.

Hoy está previsto que se presenten a declarar más testigos que se encargaron de realizar las pericias.

El libro de guardia

El efectivo Juan Rubén Dadín, quien era el segundo jefe de la Brigada de Investigaciones Sur cuando se cometió el hecho, también declaró ayer. Explicó que al día siguiente del hecho, lo enviaron a Simoca donde secuestraron las armas y las prendas que habrían usado los acusados y el libro de guardia de la comisaría de Monteagudo.

Los acusadores le consultaron qué se registra en esos cuadernos. “Todos los movimientos de la comisaría. El ingreso y la salida de los oficiales, de las visitas, se registra el ingreso y el egreso de los detenidos y también las salidas preventivas que realiza el personal”, señaló Dadín.

Según su propia declaración, el día del operativo en El Melcho, Mirian González estaba a cargo del libro, pero no habría informado la salida ni el regreso de los efectivos. Tampoco detalles de lo ocurrido durante el procedimiento porque Montenegro se lo ordenaba y porque el subcomisario habría amenazado a todos de muerte si no obedecían. A su vez Morales, en su declaración, indicó que su superior no quiso documentar lo que había ocurrido con Luis. Zelaya, González Rojas, Ardiles y otros de los imputados también coincidieron en escudarse declarando que el subcomisario había amenazado a todos para que cooperaran con su plan de “hacerlo desaparecer (al cuerpo de Luis)”.

Al testigo Dadín le consultaron también si hay un encargado del libro o si lo pueden utilizar todos los empleados policiales. “El oficial de guardia se encarga de documentar todo en el libro”, respondió el policía. También le preguntaron qué pasaría si un superior le pide al encargado del libro que no registre algo. “Dependiendo de lo que sea, es algo que ya queda a criterio del oficial de guardia”, añadió.

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