LA GACETA en Qatar: las 10 razones que explican por qué Argentina recuperó el terreno perdido

Las claves de la gran victoria del equipo de Scaloni ante Polonia.

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1) Varios apelativos van apareciendo a medida que se desmenuza el partido con los polacos. Se habla de baile, de lección de fútbol, de paliza. No son exagerados, lo que pasa en estos casos es que convocan un exceso de triunfalismo que siempre vale la pena morigerar. La estrategia del rival fue no perder, se refugió en su cancha con la única intención de cortar el juego argentino. El 0-2 le permitió a Polonia acceder a la próxima fase, una clasificación indigna por el amarretismo que demostró. Allá ellos. Aquí nos importa el futuro de la Selección y todo lo bueno que hizo en la noche de Doha. Que fue mucho. Al cerrar las cuentas, queda anotado que Argentina alcanzó el objetivo y cumplió con lo que se esperaba de ella: ganar el grupo. Parecía lejano tras la debacle del debut; terminó siendo merecido y hasta holgado. Así son los Mundiales.

2) ¿Qué cambió en la Selección? Para empezar, la intensidad del juego. En ese rubro Argentina empezó a empardar lo que están mostrando los rivales más calificados de la Copa. El equipo confundido y frenado que se había visto contra Arabia y, en especial, durante el primer tiempo contra México, modificó el chip. La Selección le puso ritmo a la posesión de pelota, no vértigo porque no lo tiene, pero sí más libertad y riqueza de movimientos. Aquel equipo estático quedó atrás, reemplazado por este mucho más dinámico. Y se notó sobre todo en la capacidad para presionar y recuperar rápido la pelota. Es la clase de intensidad imprescindible para aspirar a cosas mayores.

3) Y Argentina fue también mucho más precisa para manejar la pelota. Las pérdidas fueron poquísimas. Esa prolijidad estuvo acompañada por un sentido muy claro para jugar, haciendo circular la pelota de izquierda a derecha y viceversa, hasta cambiar por un pase vertical o abrir la cancha por los laterales. Con paciencia, retrocediendo pero sin abusar del toque atrás. De esa manera llegó el gol de Julián Álvarez, al cabo de una acción larga, efectivizada cuando Enzo Fernández metió el estiletazo al corazón del área. Así se consigue someter a los rivales. En el caso de Polonia, terminó siendo un adversario apabullado y sumiso, incapaz de salir de ese atolladero pletórico de fútbol con que Argentina lo derrotó.

4) Para vulnerar defensas aplicadas y cerradas es clave que los volantes quiebren las líneas y hagan un desparramo. En la medida en que Enzo y Mac Allister se decidieron a ir a fondo y pisar el área Polonia se abrió como una flor y aparecieron los espacios. Fue el caso de Mac Allister y su gol, entrando a toda máquina para aprovechar la asistencia de Di María. La Selección necesita soltar mucho más a hombres de buen pie y capaces de gambetear, mutiplicando las opciones de pase que permanentemente busca Messi. Los tiene, empezó a utilizarlos, deberá hacerlo con más decisión.

5) A Scaloni el plan le salió perfecto porque los cuatro cambios le funcionaron. Molina está claramente por encima de Montiel en el lateral derecho, esta vez usufructuó bien su oportunidad. Enzo Fernández pedía a gritos titularidad y el DT le hizo caso. Lo que está aportándole al equipo es notable desde varios puntos de vista: gran manejo de pelota, despliegue, calidad en espacios reducidos, anticipo, fuerte personalidad en zonas neurálgicas de la cancha… Y hasta un exquisito pase gol como el que le brindó a Julián Álvarez. A eso se suma que tiene ángel: el estadio coreó su nombre cuando lo reemplazaron. Argentina ha sumado un jugador top a su andamiaje. La salida de “Cuti” Romero del equipo se había debido a una cuestión exclusivamente física. Volvió con la solvencia de siempre, en el tándem consolidado con Otamendi. Y lo de Julián se coronó con un golazo, de esos que tanto festejaban los hinchas de River. Póker de cambios, mano ganada con amplitud por el entrenador.

6) Fue tan injusto que el primer tiempo haya terminado 0 a 0 que no podía faltar una sombra de preocupación de cara a la segunda parte. Los goles errados, las atajadas de Szczesny, tanto insistir, tanto desgaste, hasta el penal que falló Messi… Nada de eso se sintió en el complemento, en especial porque Argentina lo definió rápido gracias a Mac Allister. Y eso que el volante del Brighton inglés no agarró bien la pelota, pero el remate mordido terminó favoreciéndolo porque la pelota se abrió lejos del arquero. En la sumatoria fue una docena de situaciones clarísimas de gol, un rosario de oportunidades que daba para goleada y que no se concretó por imponderables de toda clase. La crónica del partido se resume a eso: Argentina yendo para adelante, atacando, encontrando profundidad. Un monólogo.

7) ¿Y Polonia? Planteó un 5-4-1 que por momentos fue 6-3-1. Un planteo ultradefensivo como pocas veces se vio en el Mundial. Le sirvió para aguantar durante el primer tiempo, después el técnico fue haciendo cambios inútiles. Los polacos sólo querían que el partido se terminara rápido, rogando para que México no marcara más goles. Jamás pudieron dar más de tres pases seguidos, ahogados por la presión argentina. La soledad de Robert Lewandowski dio pena. Le sobra clase, se nota en la forma en que protege la pelota e intenta girar. Lewandowski miraba al banco, implorando por ayuda. Lo dejaron librado a su suerte y la defensa argentina lo devoró.

8) El boletín de calificaciones sólo registra buenas notas. Algunas buenísimas. Gran partido de Otamendi y de “Cuti” Romero; bien los laterales, lo ya apuntado de Enzo Fernández, de Mac Allister y de Julián Álvarez. En franco ascenso Di María y mejor De Paul en el segundo tiempo, con una trayectoria de menor a mayor en la Copa que invita confiar. Paredes sumó preciosos minutos; los necesita para entrar en ritmo. Hizo su debut mundialista Thiago Almada, con todo lo que eso significa, y Lautaro Martínez tuvo un mano a mano, pero el disparo le salió desviado. “Olé, olé, olé… Toro, Toro”, lo saludó la tribuna. Una muestra de apoyo para un jugador que la Selección necesita entero. El que todavía no pisó la cancha en el Mundial es Paulo Dybala, ¿le llegará la chance?

9) Lo que falta para el partido con Australia no se mide en días, sino en horas. La situación es la misma para el rival, de acuerdo, no hay ventajas en ese sentido. Pero para un plantel que alberga a los ya famosos “tocados”, lo que equivale a un equilibrio físico que dista de ser el mejor, el escaso período de descanso es una contra a tener en cuenta. Esta Selección necesita tiempo para terminar de acomodarse y los octavos de final no se lo confieren. Deberá ser muy fina la puesta a punto, a la espera de un partido que, según se presume, puede salir bastante parecido a lo visto en la noche de Doha.

10) El capítulo Messi siempre es el de cierre, el más particular. Ya había errado un penal en Rusia 2018, contra Islandia. También otros, en circunstancias varias, algunas decisivas. A este Messi ese contratiempo no lo bajonea, mucho menos lo inhibe. Lo que interesa es verlo recuperado en lo físico para lo que viene. Contra Polonia le sobró con sus arranques, su clarividencia, su infinita calidad, para marcar diferencias. Siempre se esperan proezas del capitán. Tranquilos, va por lo suyo.

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