La polémica por los bautismos y el caso de Atlético Tucumán

18 Febrero 2023

Desde hace tiempo se habla en el fútbol argentino de los brutales ritos de iniciación a los que son sometidos los juveniles que llegan a Primera. Pero el caso de Gimnasia y Esgrima La Plata fue mucho más allá, porque involucra una causa judicial y hasta presuntos abusos sexuales. La historia es que en el plantel había un grupo -autodenominado Los Ninjas- que se encargaba de recibir a los jóvenes propinándoles golpes y toda clase de humillaciones. Se sindicaba como líder a Brahian Alemán (hoy en Banfield). Esto habría ocurrido durante la gestión de la anterior directiva. De todos modos, la actual conducción de Gimnasia emitió un comunicado en el que niega que los casos hayan llegado a esos extremos.

Lo cierto es que hay una tradición instalada en los clubes respecto de los bautismos. Y justamente, ¿qué sucede en los equipos tucumanos? En el caso de Atlético, durante la última pretemporada Lucas Pusineri promovió a cuatro juveniles: Maximiliano Alanis, Joaquín Ávila, Moisés Brandán y Rodrigo Morales. A ninguno de ellos se le cortó el pelo, como es usual en otros planteles.

“Nosotros hace bastante que optamos por otras alternativas para el bautismo. Ahora en la primera cena de pretemporada los hacemos cantar y contar chistes”, revela Cristian Menéndez. Él y Bruno Bianchi son los subcapitanes del equipo. La idea del bautismo, añade Menéndez, es que los juveniles rompan el hielo y se puedan acoplar de la mejor manera al grupo. “Que quede la anécdota es lo más lindo”, indica.

Con 34 años, Menéndez es uno de los jugadores más experimentados del “decano”. Debutó en 2008 ante Arsenal. Ese año debió acudir al peluquero y pedirle que le pasara la maquinita por la cabeza. “Antes era así, en la primera pretemporada o debut se pelaba a los jugadores. A mí me tocó esa vez; estaban Maximiliano Velázquez, “Chiquito” Bossio, José Sand... Es el corte de pelo más lindo de tu vida”, recuerda.

“Pero los tiempos cambian y las generaciones son distintas, hoy estamos optando por buscar otra cosa -advierte Menéndez-. Que sea un momento divertido. Es menos agresivo, pero el fin es el mismo: darles la bienvenida a los chicos. Respetamos a todos los compañeros y no pasamos los límites”.

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