Elecciones en Tucumán: el voto en blanco es “la cuarta fuerza”

Casi el 3% de la población prefirió ese sufragio.

SECCIÓN ELECTORAL OESTE SECCIÓN ELECTORAL OESTE LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL

El hartazgo de la gente en la política y la falta de respuesta de parte de los políticos a los problemas de la gente podrían haber sido motivo de una falta de respuesta de la ciudadanía a la hora de ir a votar, e incluso de castigarlos con el voto en blanco. Sin embargo, nada de eso sucedió. El número de votantes que concurrieron a las urnas se mantuvo en relación con lo sucedido en 2019, cuando se consagró la fórmula Juan Manzur-Osvaldo Jaldo. En total casi un 84% del padrón se presentó en escuelas y colegios para votar, casi el mismo número de hace cuatro años, cuando la participación fue del 84,50% con un leve aumento de los electores de un proceso a otro: 1.225.045 en 2019 contra 1.312.188 de las elecciones de ayer. En cuanto al voto en blanco, en lo que hace al total, la diferencia también fue muy poca: en el 2019 fue del 2,99% (30.954 votos) contra 2,95 % de ayer (26.010 votos).

El consultor Mario Nahuz aseguró que en las encuestas no se advertía un voto hartazgo. “Realmente no se veía bronca, como en muchas partes se decía. Tucumán siempre tuvo elecciones concurridas, y este caso no fue la excepción. Siempre estamos por arriba del 80%”, indicó. “Muchos pensaban que iba a ir poca gente a votar, o al menos menos que en las elecciones anteriores, y eso no fue así. Algo similar pasó con el voto en blanco. Lo que algunos suponían que podía ser una especie de castigo hacia la política, votando en blanco o anulando el voto no sucedió”, agregó el experto.

En algunos distritos, sin embargo, ese número subió. Por ejemplo, en Yerba Buena, para el caso de intendente, el voto en blanco representó el 5,12%, pero descendía al 4,11% para el caso de gobernador. En la capital, en tanto, para el caso de intendente el voto en blanco alcanzó el 2,58%.

Según Nahuz, el triunfo de Jaldo estaba asegurado, pero la diferencia que sacó con Roberto Sánchez fue mayor a la que se preveía. Sin embargo, según él, lo que más sorprendió fue la caída de Ricardo Bussi, a pesar de tener el apoyo de Javier Milei. Y que la “madre de las batallas” se iba a dar en la capital, donde hasta esta madrugada se peleaba voto a voto. Sin embargo, en datos duros, el voto en blanco se transformó en la cuarta fuerza de la provincia ya que quedó por debajo de Fuerza Republicana, pero por arriba de Federico Masso, que al cierre de esta edición tenía 12.910 votos. Hace cuatro años, el voto en blanco “había quedado” quinto, luego del ex gobernador José Alperovich.

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