En las últimas dos semanas, Juan Manzur trazó un cerco tan hermético que prácticamente ni sus más allegados dirigentes pudieron atravesar. Es el “modo Manzur”, ese que el actual gobernador suele poner en práctica tiempo antes de tomar impulso hacia una nueva meta política. El triunfo de Osvaldo Jaldo en la provincia y el de Rossana Chahla en San Miguel de Tucumán subió las acciones del sanitarista que ahora quiere pegar el salto hacia las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Una muestra de esa intención han sido las visitas que el domingo pasado, en oportunidad de las elecciones provinciales, ha recibido en la Casa de Gobierno.
Cuatro gobernadores fuertes de la región, el formoseño y decano del PJ Gildo Insfrán, el santiagueño Gerardo Zamora, el catamarqueño Raúl Jalil y el riojano Ricardo Quintela constituyeron una de las columnas con la que se quiere reflotar el viejo proyecto “Juan 23”. Por si esto fuera poco, ese mismo día llegó el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, lanzado a la carrera presidencial. Y, en la misma semana, llegó el mismísimo Alberto Fernández que, aunque debilitado, sigue siendo el presidente de los argentinos. En el medio hubo varias llamadas de la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner, que lo tiene como alternativa en la nómina de posibles candidatos.
Manzur se instaló estos días en Buenos Aires. Mientras Patricia Bullrich, precandidata presidencial por Juntos por el Cambio se reunía con la cúpula de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), el tucumano buscaba apoyos en el Grupo de los 7, esos empresarios influyentes que inesperadamente lo visitaron en Tucumán en abril pasado. “Sigo en carrera. Todo salió perfecto y renové el carnet de conducir al PJ”, les transmitió con sonrisa ganadora. Lo mismo hizo con los popes de la CGT. Fue a pedirles que lo acompañen.
“Ando con ganas de postularme”, reconoció Manzur, cuando LA GACETA le consultó acerca de sus intenciones de meterse de lleno en la pelea interna de la ahora alianza Unión por la Patria. Otra carta en la manga del gobernador tucumano es el pronunciamiento de 13 de sus pares que a principios de mes fijaron una posición en una cumbre en el Consejo Federal de Inversiones (CFI). “Exigimos unidad y consenso”, indicaron los mandatarios oficialistas, algo que el chaqueño Jorge Capitanich lo reforzó cuando dijo que era un imperativo que un gobernador integre la fórmula. “Coqui” hoy está fuera de la carrera electoral por la situación sociopolítica que se vive en su provincia, mientas que Uñac -otro con aspiraciones de sumarse a la puja nacional- se quedó en boxes, luego de que la Corte Suprema de Justicia de la Nación le dijera que no a su candidatura. Manzur se sobrepuso a esa situación. Y está convencido de que el planteo del Partido de la Justicia Social (PJS) en su contra terminó de favorecerlo.
“Me dieron por muerto y aquí estoy, subido a una probable postulación. Habrá un amigo o una amiga que me promoverá. Eso está por verse en los próximos días”, indicó. Pero la mojada de oreja a la oposición no termina allí. Manzur no deja de repetir que, por primera vez, una peronista será intendente de San Miguel de Tucumán. “Es la primera vez que ganamos en la Capital porque antes (durante la gestión de José Alperovich), tanto Domingo Amaya como Germán Alfaro usaron al partido, pero terminaron en los brazos de Mauricio Macri”, ironizó. Amaya es actualmente diputado nacional por Juntos por el Cambio; Alfaro, en tanto, transita por los últimos meses de gestión, bajo el ala de Horacio Rodríguez Larreta. “Me dieron por muerto; me tiraron con todo. No pudieron y aquí estoy discutiendo candidaturas”, señaló. Manzur está en conversaciones con distintos espacios del ex Frente de Todos para “escuchar ofertas”. Varios referentes lo ven como potencial candidato a vicepresidente. Él, entre broma y algo de seriedad, respondió que anda buscando compañero de fórmula.
¿Otra visita?
El manzurismo encuentra dos ámbitos propicio para el refugio político. La Legislatura será conducida por uno de los más estrechos colaboradores del mandatario provincial:el actual ministro del Interior, Miguel Acevedo. El municipio capitalino, a su vez, también tendrá orientación manzurista.
Mientras mira y sigue de cerca las conversaciones a nivel nacional, Manzur prepara la transición. Es probable que los días de gestión de Osvaldo Jaldo en la Casa de Gobierno se prolonguen en la medida que su compañero de fórmula se ausente. “Vamos a andar bien, porque Osvaldo es un caballero y nos complementamos en la gestión”, responde ante la consulta sobre el período que se abrió hasta el recambio institucional del 29 de octubre. Por de pronto, Manzur espera otra visita de Alberto Fernández, prevista inicialmente para el jueves o el viernes de la semana que viene. Habrá renovación de anuncios y probablemente nuevos cantos de victoria peronista.
La inauguración oficial del primer tramo del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner en Neuquén no modificará el calendario de celebraciones del Día de la Declaración de la Independencia en Tucumán, el 9 de julio próximo. “Vienen todos a Tucumán”, afirma Manzur cuando se le consulta si es que habrá presencia presidencial. ¿Quiénes son todos? Desde el jefe de Estado, pasando por gran parte de su gabinete, hasta los precandidatos presidenciales de Unión por la Patria. “Mirá que casualidad: en Tucumán nació la patria”, recuerda como en cada discurso que pronuncia para esa fecha. Será el último acto oficial como gobernador en este segundo mandato próximo a concluir.