Entrevista a Felipe Pigna: “La lucha de Güemes fue de un alto sacrificio”

Felipe Pigna. Felipe Pigna.

La tapa del libro “Los Güemes y la guerra de los infernales” (Ed. Planeta) muestra a un joven Martín Miguel de Güemes observando al lector, desafiante. La tapa del nuevo libro de Felipe Pigna realizada por el ilustrador Alfredo Sábat representa la lucha por la independencia que realizó el héroe gaucho junto a toda una comunidad.

El historiador Felipe Pigna dedicó gran parte de su carrera a divulgar el otro lado de la historia. Su serie de libros “Los mitos de la historia Argentina” buscaron acercar la historia de nuestra república a todos los rincones. Con respecto a la figura de Güemes, Pigna siempre fue uno de sus mayores defensores. “Güemes es uno de los héroes más grandes de la Argentina”, repite a quien quiera escucharlo. Su curiosidad por la historia viene desde muy chico.

“Tenía 5 o 6 años y empecé a escuchar esas historias increíbles sobre los personajes de la historia argentina, especialmente Güemes y creo que mi pasión por esta figura viene desde ahí”, recordó el historiador en diálogo con LA GACETA. El escritor llegó a la Salta para presentar su libro y vivenciar, una vez más, la devoción de la provincia por el héroe gaucho.

-Además de defender la frontera norte, Güemes libró una lucha interna contra la oligarquía salteña a la cual su familia pertenecía.

Por parte de padre y madre, Martín Miguel de Güemes pertenecía a la aristocracia salteña. Su padre, Gabriel de Güemes Montero ,era un hombre ilustrado que cumplía funciones de tesorero de la Real Hacienda de la corona española. Su madre, María Magdalena de Goyechea y la Corte, era de origen jujeño y de ascendencia española y portuguesa. Eran gente muy rica, con muchas propiedades y tenían privilegios y lujos. Por eso es más sobresaliente su caso porque con ese origen dedicó su vida a la revolución, a la independencia.

-¿Cómo fue la lucha de Güemes, en lo personal y en lo social?

-La vivió con un alto nivel de sacrificio porque apenas podía ver a su mujer y a sus hijos, quienes cambiaban de domicilio frecuentemente por su seguridad porque eran blanco también del enemigo.

Su entrega a la causa fue extraordinaria y también se transmitió en su política impositiva y su lucha a favor de los derechos de los gauchos que se materializó, por ejemplo, en el Foro Gaucho, una institución jurídica que los protegía de las denuncias por abandono de tareas que tenían porque ellos dejaban sus tareas para luchar y eran denunciados por sus patrones.

-¿Es muy difícil investigar la vida y obra de Güemes?

-No, hay mucho archivo. Hay un trabajo excelente de Luis Güemes que se llama “Güemes documentado” en donde hay una recopilación de todo el acervo documental de Güemes que se publicó a principios de los 70. También uso mucho el archivo de Buenos Aires en torno a personajes muy cercanos como Manuel Belgrano y José de San Martín con quienes tenía una estrecha amistad. Con Belgrano intercambió más de 300 cartas. Belgrano estaba a cargo del Ejército del Norte y siempre trató de ayudarlo. Buenos Aires se negaba rotundamente y tenía esta especie de fantasía de que podía surgir un nuevo Artigas en el norte, entonces hacían lo imposible por no empoderarlo, no mandarle armas ni dinero. Por eso San Martín habla de la guerra de recursos porque Güemes combatía con las pocas armas que le podía tomar al enemigo. Entre San Martín y Güemes hay un vínculo muy interesante que comienza en 1812 cuando Güemes está en Buenos Aires y se conocen. San Martín queda muy impresionado con la capacidad militar de este muchachito que había tomado, durante las invasiones inglesas, un barco a caballo, el famoso “Justine”. Por eso San Martín viaja con él al norte y le da la defensa de este territorio complejo.

-Güemes murió joven, a los 36 años (1785–1821), ¿qué hubiese sucedido de no ser así?

-Cuando Güemes siente ese balazo mortal, creo que debe haber lamentado no poder concretar su sueño de conducir un importante ejército al sur del Perú para ayudar a San Martín a terminar la guerra y que no tenga que recurrir a Bolívar. Hubiera cambiado la historia, sin ninguna duda. La muerte de Güemes complica muchísimo la concreción de ese proyecto.

-¿Heredamos la visión de federalismo de los héroes como Martín Miguel de Güemes?

-El federalismo está en nuestra Constitución Nacional, con lo cual no deberíamos discutir el modelo federal. Lo que sí sucede es que no se condice con práctica porque somos un país muy centralista, unitario, con la concentración de poder, riqueza, población y hegemonía informativa concentrada en Buenos Aires y no en las provincias. A veces pareciera que las provincias existen solamente cuando hay una catástrofe como un terremoto o inundaciones. Parece que no pasara nada positivo en las provincias a nivel cultural o de producción artística, por ejemplo. Es decir, el federalismo sólo esta proclamado. Personalmente no me gusta decir “en el interior” porque ¿desde dónde es “el interior”? Es como esa frase horrenda que dice “el último pueblo de Argentina” cuando, en realidad, es el primero porque está en la frontera.

-En sus libros y exposiciones siempre destaca la figura de la mujer ¿cómo fue evolucionando esa mirada con los años?

-El nombre de “Los Güemes” es para incluir también a las mujeres. En Salta creo que se va difundiendo mucho al respecto, veo escuelas con los nombres de Macacha Güemes o Martina Silva de Gurruchaga. Güemes cuenta esa lucha en comunidad en sus cartas que va enviando a sus lugartenientes. Habla de los dispositivos, la colaboración de niños y ancianos, cada uno hacia lo que podía de acuerdo a su condición. La historia sigue siendo muy machista, contada siempre a partir de los logros de los varones como únicos protagonistas.

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