Ellas merecen otra clase de atención

IZQUIERDA: el festejo de Boca campeón. ARRIBA: Banini, figura de la Selección. instagram boca juniors IZQUIERDA: el festejo de Boca campeón. ARRIBA: Banini, figura de la Selección. instagram boca juniors

A veces preferimos que las cosas fueran blanco o negro. Como que así se nos haría todo más fácil. Fulano es el bueno y Mengano es el malo. Nos evitaría el esfuerzo de pensar. De dudar. Pero sabemos que la vida suele ser algo más compleja.

Con toda justicia, Boca quedó en el centro de las críticas estos últimos meses por cuestiones de género. Primero fue su protección a su jugador estrella Sebastián Villa, finalmente sancionado por el club solo después de que la Justicia lo condenó en fallo que, es cierto, todavía no está firme. El atacante colombiano, que está a la espera de un segundo juicio aún más difícil (violación), inició una demanda por la sanción que le impuso el club.

Boca fue apuntado luego por su silencio de casi un año ante la denuncia de una funcionaria de prensa del fútbol femenino contra el técnico del equipo femenino, Jorge Martínez, que estaba firme en el cargo porque la escuadra, como finalmente sucedió el viernes por la noche, se encaminaba al tricampeonato. Boca lo consiguió en cancha de Independiente, al vencer por 1-0 a UAI Urquiza en el partido desempate por el título.

Y es ahí donde comienzan a jugar otros factores. El tricampeonato (más aún, el récord de 27 títulos de Liga conquistados) son el más claro ejemplo de que Boca es tal vez el club que más valor le da a su fútbol femenino. Su modelo, me cuentan especialistas, es más de comprar los pases de jugadoras ya hechas, menos formativo que el de UAI, que capta buenas jugadoras del interior, les ofrece beca de estudios en la Universidad Abierta Interamericana y jugar además en su equipo de Primera división. No es casual que Boca haya alineado el viernes a jugadoras formadas en UAI. Tampoco es casual que ambos equipos sean buena parte de la base de la Selección argentina que debutará en el Mundial el 24 de julio contra Italia. La Copa se jugará en Australia y Nueva Zelanda y será la cuarta participación de Argentina, cuyo principal objetivo será avanzar a segunda ronda.

Estos dos últimos datos (cuarto Mundial, avanzar a segunda ronda) marcan la diferencia de nuestro fútbol femenino respecto del masculino. Bien, la coronación de Boca muestra otro más. Aun siendo casi el equipo que destina en su presupuesto oficial más dinero a su equipo femenino, la diferencia respecto del que destina al fútbol masculino es abismal: 111 millones de pesos para las mujeres, 3.700 millones para los hombres. Abismal es poco.

La Selección argentina se renovó y creció desde la designación del DT Germán Portanova. Hablamos de jugadoras que hace sólo cinco años salían a la cancha haciendo el Topo Gigio. No reclamaban ganar igual que Juan Román Riquelme. No. Pedían condiciones básicas de trabajo. Se mejoró en estos años. Pero si ahora en el Mundial la selección no lograra avanzar a segunda ronda seguro que se abrirá el debate. Y en ese debate estará el poco espacio que recibe en nuestros medios la información cotidiana del fútbol femenino. Invito a revisar cuánto espacio tuvo el anuncio de la final femenina entre Boca y UAI. Fue casi nulo. Los habituales programas de tele dedicaron casi todo su tiempo a especular sobre si Boca y River podrían enfrentarse en octavos de final de la Libertadores en el sorteo que se realizará el miércoles en Asunción. La final se jugaba en sólo horas más. Pero nada. Somos parte del problema.

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