Atlético Tucumán se aleja del abismo con una escalera de puntos

Jugó un partido inteligente, derrotó con autoridad a Gimnasia por 2-0, embolsó los últimos nueve puntos en disputa y sumó aire en la tabla.

VELOCIDAD. Ruiz Rodríguez escapa ante la marca de dos defensores; el monterizo entró y le aportó mucho vértigo al equipo, pero luego se fue diluyendo en su juego. la gaceta / fotos de diego aráoz VELOCIDAD. Ruiz Rodríguez escapa ante la marca de dos defensores; el monterizo entró y le aportó mucho vértigo al equipo, pero luego se fue diluyendo en su juego. la gaceta / fotos de diego aráoz

La llovizna intensa, los fuegos artificiales, la camiseta gigante, el griterío multitudinario presentaban un escenario ideal para un partido de fútbol. Los equipos no llegaban como en aquel julio de 2022, cuando ambos se disputaban la cima de las posiciones; el presente es mucho más modesto para los dos, pero Atlético necesitaba ganar -por ser local y por llegar con dos victorias seguidas- para acomodarse en la tabla, empezar a mirar de reojo la zona baja e ilusionarse con las copas.

Si bien fue dueño del juego desde el primer minuto, recién llegó con verdadero peligro a los 24 minutos con Nicolás Romero, quien probó desde el punto penal y su remate se fue elevado. Fue la más clara del partido hasta ese momento: la gente se encendió y el equipo se contagió.

La presión en el medio durante el primer tiempo fue clave, Sánchez, Acosta y Pereyra aportaron el despliegue necesario para que la tenencia del “lobo” fuera apenas de unos pocos segundos.

Una escalada de Guillermo Enrique por la derecha dejó un espacio que en retroceso Gimnasia no pudo cubrir y en tres toques Guillermo Acosta llegó al fondo, intentó un centro y la pelota se fue al córner.

La cancha estaba rápida. Atlético intentaba jugar asociadamente, pero cuando no se puede, la pelota parada es la mejor aliada. Y así se abrió el partido. El local ya había insinuado por arriba y esta vez acertó. En la salida de ese tiro de esquina, Pereyra encontró la cabeza de Bruno Bianchi, que peinó la pelota para que Marcelo Estigarribia marcara un gol bien de centrodelantero.

Ya con el 1-0, el partido se convirtió en un monólogo tucumano. Iban 28 minutos y las esperanzas de Gimnasia estaban depositadas en Benjamín Domínguez. Si el pibe no frotaba la lámpara, el “lobo” era inofensivo. “Benja”, de 19 años y pretendido por Racing, fue preso del contexto; nunca pudo mostrar lo suyo.

Y si con el empate parcial a Gimnasia le costaba hacer pie, con el resultado en contra perdió la brújula y quedó a merced de Atlético, que olfateó sangre y fue directo a la yugular.

INTENSIDAD. Orsi y Gómez estuvieron prácticamente los 90 minutos de pie.  INTENSIDAD. Orsi y Gómez estuvieron prácticamente los 90 minutos de pie.

A los 37’ con otra transición rápida Sánchez, Pereyra y Coronel tocaron de primera y encontraron a Matías Orihuela como extremo; el lateral tiró un centro rasante que Enrique terminó llevándose por delante y dejando sin chances a Tomás Durso. 2-0.

Gimnasia estaba groggy y Atlético insaciable. A los 40’ Durso se hizo gigante para impedir que el “decano” sacara ventaja de tres, lo que hubiera sido exagerado. Atlético fue mejor que su rival, pero en la Liga Profesional pocos equipos están tres o cuatro goles por encima de su rival. De todas maneras, el local redondeó un gran primer tiempo para encaminarse al triunfo.

En el complemento Sebastián Romero hizo casi todas las variantes juntas. A los 15’ ya había agotado los cambios y el equipo mejoró notablemente. Maximiliano Comba y Agustín Ramírez le dieron otra velocidad al ataque de los platenses, que cambiaron el sacrificio y el valor posicional de Franco Soldano por la juventud y la gambeta de los que ingresaron.

El dúo técnico local mandó rápido a la cancha a Ramiro Ruiz Rodríguez (que celebraba haber superado los 100 partidos en Atlético) porque el partido estaba a pedir de la velocidad del monterizo. Daba la sensación que una pelota bien filtrada para “RRR” podía sentenciar la historia.

El esquema inicial de Sergio Gómez y Favio Orsi mutó del 4-3-1-2 a un 4-4-2 más aguerrido y apostado para contragolpear. La idea se acentuó con los ingresos de Di Franco, Kociubinski y Maestro Puch. Había que sumar piernas frescas para marcar y salir rápido.

Esta vez Atlético no sufrió. Con los cambios el equipo se acomodó y si bien no acertó de contra, recién en tiempo de adición Atlético va por buen camino y los resultados acompañan con nuevo cuerpo técnico sumó 6/6 y por primera vez en el torneo ganó tres partidos consecutivos.

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