Cuando la delegación de San Martín de Tucumán comenzó a salir en fila india desde el vestuario visitante rumbo al ómnibus, los gestos de los futbolistas hablaban por sí solos. Hubo mucha bronca, por el resultado y por haber quedado más lejos de la cima de la zona A; pero sobre todas las cosas por el rendimiento que había mostrado el equipo en cancha de Almagro.
Nahuel Banegas y Emanuel Dening levantaron el pulgar, sonrieron tímidamente y explicaron que no querían tener contacto con la prensa. Los que sí se detuvieron, se lamentaron y sacaron a la luz el sabor amargo por el resultado. “No jugamos bien, entramos en el juego que querían ellos y dejamos pasar una chance para ganar y seguir prendidos”, lamentó Leandro Ciccolini. “Vamos a tener que encontrarle la vuelta a este tipo de partidos. Lamentablemente no pudimos imponernos”, agregó el volante Leonel Bucca.
Pablo Frontini también admitió que su equipo mostró, en ofensiva, la cara más deslucida de su gestión. “Sacando algunas jugadas esporádicas del primer tiempo no tuvimos buenas cosas. Ofensivamente fue el partido más flojo. Obviamente es mérito del rival, pero es responsabilidad nuestra doblegarlos”, apuntó.
El DT intentó mirar el vaso medio lleno. “El resultado fue justo. No perdimos pese a haber jugado mal y eso es positivo. Los jugadores tienen en claro que no hicimos bien las cosas y que tenemos que revertirlo el próximo partido. Hay que seguir trabajando”, enfatizó.