El 25 de diciembre de 2021 se lanzaba el Telescopio Espacial James Webb (JWST), un instrumento largamente esperado por los astrónomos. El proyecto de inició en 1996 con el propósito de hacer un instrumento que supere tecnológicamente a los telescopios espaciales existentes, entre ellos el Hubble Space Telescope (HST). La NASA, la ESA y la Agencia Espacial Canadiense se hicieron cargo del proyecto, luego se unieron otros países. En total fueron 17 los que participaron en el desarrollo y construcción de las distintas partes del telescopio.

Una mirada al universo: las estrellas tienen una larga vida

Era un proyecto muy complejo porque debía superar tecnológicamente a otros lanzados hacía poco tiempo. Se propuso ponerlo en órbita lejos de la Tierra y no se podrían usar los transbordadores para su traslado. Hubo que diseñarlo de forma que se lleve plegado dentro de un cohete. El espejo primario tiene 6,5 metros de diámetro y está compuesto de 18 piezas. En 2011, debido a problemas presupuestarios, corrió el riesgo de ser cancelado. En 2018 estaba terminado y comenzaron las pruebas. Hubo varios fallos y fue necesario rediseñar algunas cosas. Recién en 2021 estuvo en condiciones de lanzarse.

Su órbita se encuentra en el punto de Lagrange L2, a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, casi cuatro veces más lejos que la Luna. Cuando se lo dejó en ese punto comenzó el proceso de desplegado de las distintas partes, incluidos los espejos. Esta operación fue compleja, ya que la precisión en la posición de las partes es crucial y las maniobras a esa distancia no son sencillas. Varios meses después de su lanzamiento estuvo completamente operativo. Esta posición hace que no tenga ninguna interferencia de la atmósfera terrestre y era esperable que haya resultados impactantes.

Aunque hay mucha información sobre sus descubrimientos, lo que se hace público es una parte pequeña de todo lo logrado. No porque se oculten cosas, sino porque no son de interés para mucha gente. Todos los resultados están publicados en revistas científicas que se pueden consultar.

Una mirada al universo: astronomía, mucho más que mirar el cielo

Logró observar galaxias muy lejanas, que se formaron poco tiempo después de ocurrido el Big Bang. Hay que recordar que cuanto más lejos se observa, más viejo es lo observado. Se pudo saber cómo se formaron las primeras galaxias, cosa que era desconocida. Se puede ver en detalle su estructura, lo que ayuda a estudiar su formación y evolución.

Se observaron zonas de formación estelar, estrellas en formación, nebulosas planetarias, supernovas, etc. Todo esto complementado con las observaciones del HST lleva a una mejor construcción de los modelos de formación y evolución estelar. Tiene espectrógrafos de alta definición, con lo que será posible conocer más de la estructura de las estrellas y los procesos físicos que ocurren en ellas.