El Gobierno aseguró que la continuidad de la Educación Sexual Integral (ESI) está garantizada en la provincia. Desde la cartera que conduce Susana Montaldo, publicaron un informe en el que detallaron las actividades realizadas en el 2024 en el marco de la ley vigente desde hace tres años.

Las actividades ESI ya no dependen de un programa específico, pero involucran a los equipos de SASE (Servicio de Asistencia Social y Escolar) y al GPI (Gabinete Pedagógico Interdisciplinario). Desde allí, según el informe oficial, se realizaron capacitaciones para más de 3.500 docentes y hubo intervenciones directas en 791 situaciones complejas vinculadas con la temática.

En todos los niveles educativos se mantiene un parámetro que está fijado por la norma vigente: la participación de los padres en el proceso educativo vinculado con la educación sexual. En el jardín de infantes, la política oficial incluyó la ESI en “todas las actividades diarias”. “Se fomenta el cuidado del cuerpo y el respeto por los demás a través de juegos y diálogos. Se promueve la participación activa de la familia para trabajar en conjunto en la formación integral de los niños”, aclara la publicación a la que tuvo acceso LA GACETA.

En el nivel primario, detalla el documento, se trabajó en el desarrollo de talleres para estudiantes, familias y docentes,. En esos espacios se abordaron temas como el reconocimiento del cuerpo y la prevención del abuso sexual. En el secundario, en tanto, el abordaje de la ESI buscó fortalecer las prácticas de convivencia y el ejercicio democrático. 1171 estudiantes de toda la provincia participaron de la oferta oficial.

En el nivel superior, el abordaje de este área implicó actividades en la formación de docentes. Allí se hace énfasis en las problemáticas vinculadas con el abuso y en la aplicación de la Ley Micaela, la que establece capacitación obligatoria en género para los funcionarios públicos. Según los datos oficiales, en el último ciclo lectivo se llevaron a cabo 66 talleres de formación en ESI.

La ley vigente fija tres objetivos. El primero es “ampliar la información y formación sobre aspectos biológicos y socioculturales en relación con la sexualidad de niños y adolescentes”. El segundo, “promover la comprensión y el acompañamiento en la maduración afectiva del niño y adolescente, preparándolos para entablar relaciones interpersonales positivas”. Y el último, “vincular más estrechamente la escuela y la familia para el logro de los objetivos de la norma”.