Con un bastón en su mano derecha y una mochila roja en la izquierda, Carlos Páez Villalba se hizo viral en TikTok. El tucumano de 91 años decidió estudiar inglés y su nieta Lelia Zamora, llena de orgullo, decidió compartirlo en esa red social. El video fue furor entre los usuarios que sorprendidos y admirados por sus ganas de aprender, lo felicitaron con más de 156.000 “likes” y muchos mensajes de apoyo.

“Era una cuenta pendiente”, admite el protagonista de esta historia que dedicó su vida a trabajar; primero para ayudar a sus padres y luego para cuidar de sus hijos, que hoy son quienes lo acompañan en cada de una de sus decisiones.

Así, con las manos con las que un día trabajó en las cosechas de ingenios tucumanos y luego en la Dirección Provincial de Vialidad, hoy sujeta fuerte la lapicera para escribir palabras de un idioma nuevo que quiere practicar para conocer más personas.

Cuando Carlos habla sobre los detalles de su vida a todos los menciona con fecha exacta. Por ejemplo, hace 67 años egresó de la Escuela de Agricultura y Sacarotecnia, de la Universidad Nacion al de Tucumán; el 1 de diciembre cumplirá 30 años como jubilado y hace 31 inviernos que perdió a su esposa.

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“Cuando terminé de estudiar mis padres ya eran adultos mayores, por lo que tomé la decisión de trabajar”, recuerda el hombre que empezó a sentir interés por los idiomas a los 20 años, cuando hizo el servicio militar obligatorio. “Me mandaron a Corrientes; y mis compañeros que vivían allí me enseñaron algunas palabras en guaraní”, cuenta Páez Villalba. Muchos años más tarde su curiosidad por otras lenguas volvió a despertarse en tours de jubilados.

Es que una vez que se jubiló, y con sus hijos ya mayores, él decidió viajar. “Siempre en colectivo, viajé con unas 50 personas a muchas provincias de nuestro país, como Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz e incluso Ushuaia”, enumera.

Carlos no solo disfrutó de descubrir los paisajes de la Argentina, sino también de Uruguay, de Paraguay, de Chile, de Bolivia y de Brasil. En este último destino, el portugués llamó su atención y durante su estadía también se dispuso a aprender algo de ese idioma.

“Mi motivación es poder contactar con otras personas, conversar con ellas. Al inglés lo escuchaba en series y me sorprendía cada vez que en una serie extranjera, lograba captar alguna palabra que había aprendido en el secundario. Con este curso que inicié, mi objetivo es poder compartir y practicar con más gente”, señala Páez Villalba.

Sus nietos le dieron el último empujón para que cumpla su sueño de aprender a hablar inglés. “Ellos estudiaron en la academia de inglés Challenge de Villa Carmela, y vi cómo se abrieron paso con ese conocimiento que sumaron, por lo que me pregunté ¿por qué no empiezo yo”, expresa.

Ahora Carlos espera con paciencia los sábados en los que va a clases, no sin dejar de repasar cada día el vocabulario que aprendió en la lección anterior. En su cuaderno escribe las palabras nuevas, cómo se pronuncian y qué significan, para ampliar todo lo que pueda su vocabulario.

Un orgullo

“No hay nada más inspirador que un alumno con hambre de conocimiento. Como docentes, nos honra tener estudiantes así y nos motiva a mejorar cada clase, al ser conscientes de que tenemos una audiencia ansiosa por aprender más”, revela Vanesa Abregú, la profesora de Carlos que comenta que es su primera vez con un alumno de 91 años, aunque ya había enseñado a otros mayores de 60 con las mismas ganas de estudiar que él.

“En mi clase hay una señora que tiene apenas 65 años y yo apenas tengo 91”, agrega Páez Villalba, entre risas; y termina con la confesión de otro sueño que le queda en el tintero: estudiar música clásica.

“Super-agers”, el concepto neurológico que podría calzarle a Páez Villalba

Aprender un nuevo idioma a los 90 años es un gran desafío, pero no imposible. “Requiere una metodología más compleja que otros entrenamientos cognitivos, como la lectura o los ejercicios de lenguaje. No basta con tener buenas capacidades, también es clave la organización para estructurar el proceso de aprendizaje y retener la información”, describe Federico Nahas, neurólogo.

Claves para aprender idiomas y no desistir en el intento

El médico explica que el lenguaje se procesa en distintas zonas del cerebro, principalmente en la región temporal: allí una parte se encarga del acceso a la información y la otra de las conexiones de significado. Aprender un idioma activa ambas áreas, además de estimular las zonas frontales, encargadas de la toma de decisiones. En las primeras lecciones se suelen aprender indicaciones de dirección en un mapa. Esto refuerza el nuevo idioma y estimula la orientación espacial y el pensamiento lógico.

El neurólogo señala que aunque el aprendizaje de idiomas es un gran estímulo cognitivo, es importante evitar la frustración. “Si una persona mayor comienza con un desafío demasiado grande y se desanima, puede abandonar, Lo ideal es avanzar por etapas y mantener el interés”, remarca.

Y observa: “Si alguien de 90 años logra aprender un idioma, es una señal de que posee una excelente reserva cerebral y cognitiva. Esto significa que su cerebro mantiene buena irrigación y estructura, y que ha estado estimulado a lo largo de su vida con estudios, lectura, aprendizaje”.

Nahas se refirió a los super-agers, esas personas mayores que mantienen una capacidad cognitiva excepcional. “Pueden aprender un idioma con la misma facilidad que alguien mucho más joven. Son motivo de estudio porque han logrado mantener su cerebro en excelente estado”. Los super-agers comparten hábitos para la prevención del Alzheimer: actividad física, buena nutrición, estimulación cognitiva, manejo del estrés y un sueño reparador.