Luego de una persecución que se extendió durante más de 60 kilómetros, un conocido bagayero fue aprehendido por transportar mercadería ingresada ilegalmente al país. Pese a que tiene varios antecedentes, la Justicia Federal dispuso que sea liberado, aunque se tramitará una nueva causa en su contra.

El domingo a la madrugada, personal de Gendarmería Nacional realizaba un control de rutina en Trancas. Mientras revisaban un tour de compra, el conductor de un utilitario de carga los descubrió y, después de realizar una maniobra brusca, huyeron hacia el norte.

Los gendarmes decidieron perseguirlo. Según las actuaciones, personal de la fuerza relató que el vehículo de los sospechosos realizó todo tipo de maniobras para detener la persecución. Una de ellas fue la de cruzarse de carril para que los vehículos que venían en sentido contrario embistieran al patrullero.

Los efectivos pidieron colaboración a las policías de Tucumán y Salta. En Cabo Vallejo, los efectivos de esta provincia intentaron detenerlo, pero tuvieron que saltar hacia la banquina para no ser arrollados. Los uniformados salteños se sumaron al operativo y montaron un operativo cerrojo. Así descubrieron que habían ingresado a Rosario de La Frontera.

Luego de un rastrillaje, encontraron al utilitario y a sus ocupantes en un barrio de esa localidad salteña. Revisaron la caja y descubrieron que transportaban 280 cartones de cigarrillos, 120 licuadoras, 60 sombreros y 2.600 juguetes. La carga fue valuada en casi $26 millones. Fueron demorados Luis Ramón “Papi Chulo” Suárez y Luis Naranjo. Luego de varias horas de espera, funcionarios de la Justicia Federal ordenaron que sean liberados.

Con antecedentes

“Papi Chulo” no es un desconocido para las autoridades. En un año, según confiaron fuentes judiciales, se le abrieron cinco causas por contrabando, atentado y resistencia a la autoridad, cohecho y amenazas, entre otros ilícitos. En varias de ellas también aparece mencionada María Cristina Uzieda Lozada, su pareja.

Pero fueron dos los hechos en que la pareja aparece como protagonista. Uno de ellos se registró en julio de 2024, cuando un grupo de bagayeros incendiaron un micro para evitar ser controlados por gendarmes. En la investigación no sólo se encontraron indicios de que en el ómnibus transportaban drogas, sino que además el viaje había sido organizado por Suárez y Uzieda Lozada.

Ese caso aceleró otra causa que estaba investigando el fiscal Agustín Chit. En noviembre, fueron detenidos en esta provincia, Salta y Jujuy gendarmes y varios organizadores de tours de compras. Fueron acusados de haber montado una red de corrupción para permitir el transporte de mercadería de contrabando y droga.

DECOMISO. Entre cartones de cigarrillos, licuadoras y juguetes, estiman que la carga retenida cuesta alrededor de $26.000.000.

Según la acusación, los efectivos recibían dinero a cambio de que no los controlaran. El representante del Ministerio Público probó que los pagos se habrían concretado a través de transferencias bancarias.

Pedidos

“Papi Chulo” fue acusado de ser uno de los organizadores de tours de compras que pagaba coimas. Fue procesado, pero el juez interviniente rechazó el pedido de Chit que siguiera el proceso con prisión preventiva. El magistrado sí dispuso reglas de conductas para que cumpliera, entre ellas, la prohibición de viajar a Bolivia.

Según los investigadores cambió de modalidad. Dejó de organizar viajes porque, al parecer, los dueños de micro se negaban a alquilarle sus unidades. Ante este problema, se habría dedicado a arrendar utilitarios para transportar la mercadería. Los allegados al bagayero dijeron que Suárez no había incumplido la orden judicial, puesto que él no compraba los productos y sólo era un mero transportador.

Fuentes judiciales informaron que, después que se negara la detención de “Papi Chulo” se solicitarían otras medidas más duras. Una de ellas es que se aplique en su caso la figura de reiterancia. Según la nueva norma, a una persona que está imputada de dos o más delitos en diferentes procesos se le puede dictar la prisión preventiva.

La otra, que podría prosperar si es que se rechaza el primer planteo, es extremar las reglas de conducta. En esta oportunidad, se pediría que “Papi Chulo” no pueda cruzar los límites de la provincia.