Lidia Kelly

AGENCIA REUTERS

SAN PETERSBURGO, Rusia.- El G-20 aseguró que la economía global está mejorando, pero remarcó que es demasiado temprano para declarar el final de la crisis, pues los mercados emergentes enfrentan una creciente volatilidad. Los líderes de grupo -que nuclea a países desarrolladas y emergentes que representan el 90% de la economía global- reconocieron los problemas que viven algunas naciones en desarrollo, pero señalaron que es responsabilidad de las autoridades ordenar sus asuntos internos. La posibilidad de que la Reserva Federal de Estados Unidos (FED, por su sigla en inglés) reduzca sus políticas monetarias expansivas ha provocado agitación en algunas economías emergentes, que habían gozado de un crecimiento acelerado gracias a una catarata de dólares baratos.

Las economías que integran el G-20 tuvieron problemas para encontrar coincidencias respecto de la turbulencia desatada por la posibilidad de que Estados Unidos reduzca su impresión de dinero. El comunicado final de la cumbre de dos días se alineó bastante con el que publicaron en julio los ministros de Finanzas, en el que dijeron que los cambios a la política monetaria deben ser "calibrados cuidadosamente y comunicados claramente". El G-20, que se formó en 2009 en respuesta a la crisis global, ahora vive una recuperación a diferentes velocidades, con la economía de Estados Unidos que empuja hacia adelante, con Europa, tal vez, en contrando un piso propio, y con las economías emergentes sufriendo a partir de una inminente reducción de estímulos de la FED. Mientras era emitido el comunicado final del encuentro, los mercados estaban concentrados en el reporte mensual de empleo del Gobierno norteamericano, que fue más débil que lo previsto, lo que complica la decisión de la FED respecto a reducir este mes su enorme asistencia económica.

Las demandas encabezadas por Alemania, de establecer metas vinculantes para extender los objetivos de reducción de deuda acordados en una cumbre en Canadá en 2010, cayeron en saco roto debido a que el foco ha cambiado hacia la promoción del crecimiento. "Las estrategias fiscales a mediano plazo serán implementadas en forma flexible para tomar en cuenta condiciones económicas de corto plazo, así como para apoyar el crecimiento económico y la creación de empleos, mientras se pone a la deuda como proporción del Producto Bruto Interno (PIB) en un camino sostenible", declaró el G-20.

El debate sobre la salud de la economía mundial presidido por el presidente de Rusia, Vladimir Putin, fue difícil y reflejó preocupaciones sobre una desaceleración del crecimiento en el mundo desarrollado. "Las discusiones más difíciles estuvieron vinculadas con la evaluación de la situación de la economía global", comentó Andrei Bokarev, jefe del departamento internacional del Ministerio de Finanzas ruso, quien estuvo involucrado en la redacción del comunicado.

El grupo BRICS de grandes economías emergentes, como Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, acordó inyectar U$S 100.000 millones en un fondo de reserva para ayudar a contrarrestar una posible crisis de la balanza de pagos. Pero este fondo es una gota de agua en el océano comparado con los billones de dólares negociados diariamente en los mercados cambiarios. Además, es posible que no sea implementado antes del próximo año. "Ante una mayor volatilidad financiera, los mercados emergentes concuerdan en tomar las medidas necesarias para respaldar el crecimiento y para mantener la estabilidad, incluidos los esfuerzos para mejorar los fundamentos económicos, para aumentar la resistencia a shocks externos y para fortalecer los sistemas financieros", agregó el comunicado del G-20.

En la reunión de los líderes BRICS, China se comprometió a aportar U$S 41.000 millones, Brasil, India y Rusia pondrán U$S 18.000 millones cada uno, y Sudáfrica, U$S 5.000 millones.

Las incipientes señales de recuperación en Europa, tras una crisis de deuda y una caída de la actividad, mantuvieron a los líderes de la región fuera del área de fuego por primera vez en tres años. "Quiero decirles que en esta reunión del G-20 ya no fuimos el centro de atención", expresó el titular de la Comisión Europea, José Manuel Barroso. (Reuters)