Arranca el nuevo esquema cambiario que marcará el final del cepo al dólar

El tipo de cambio flotará en una banda de entre $ 1.000 y $ 1.400 por unidad. El Gobierno insiste en que no hay devaluación, sino una flotación controlada. ¿Qué pasará con las tasas de interés?

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Más cerca del piso que del límite superior. Ese es el objetivo que la gestión gubernamental de Javier Milei se ha puesto con el nuevo esquema de flotación entre bandas del dólar. Ese esquema cambiario, que hoy debutará en lo que el Gobierno ha denominado el día del fin del cepo, tendrá un piso de $ 1.000 y un techo de $ 1.400, con la característica de que serán divergentes: el piso de la banda decrecerá 1% mensual y el techo aumentará 1% cada mes. El respaldo de este nuevo marco provendrá de una importante inyección de financiamiento externo por U$S 23.100 millones hasta diciembre (con U$S 12.000 millones del FMI que el propio organismo confirmó que ingresará mañana como parte del Programa de Facilidades Extendidas). Además de la eliminación del dólar “blend”, las empresas tendrán un tratamiento diferencial entre flujos y stocks. Respecto a los flujos, a partir de hoy se podrán pagar las importaciones a partir del registro aduanero y, si bien no se elimina la restricción cruzada, todas las empresas podrán acceder al Mercado Único Libre de Cambios durante toda la jornada. Desde el lado de los stocks, el Banco Central (BCRA) emitirá una nueva edición del Bopreal. Una lectura rápida de todo esto es que el esquema de bandas adoptado condiciona -aunque no anula- el proceso de desaceleración de la inflación, aunque la batería de medidas podría ser bien vista en clave electoral, brindando una imagen resolutiva y de normalización dada la eliminación de las restricciones cambiarias para los individuos, aclara un reporte de Ecolatina.

Hacia adelante, el proceso de desinflación descansará cada vez más en la credibilidad fiscal y monetaria. Con un esquema de bandas amplío y divergente, será importante sostener la disciplina fiscal y que el BCRA siga ganando reputación, poder de fuego, y trace un sendero nominal que luzca creíble y sostenible en el tiempo.

“Se rompió el último eslabón de la cadena económica, eliminamos el cepo para siempre”, había dicho el Presidente durante la cadena nacional realizada el viernes, luego de que el ministro de Economía, Luis Caputo, detallara las medidas cambiarias. El reporte del FMI establece que la Argentina se encaminará hacia un régimen de mayor flexibilidad cambiaria, que conducirá hacia un régimen de flotación mucho más libre para el tipo de cambio.

El incremento de la brecha cambiaria puso nerviosos a los operadores del mercado que temían por una devaluación, más aún cuando la inflación de marzo fue mayor a la prevista por propios y extraños: un salto del 3,7%. Las expectativas estarán centradas en las pizarras del Banco Nación, con la cotización testigo del dólar. En la Casa Rosada sostienen que ese valor puede ser la referencia del mercado, en el libre juego de la oferta y la demanda. Hasta el viernes, el dólar oficial cotizaba a $ 1.075, aunque el mercado se movía al ritmo del “blue”. Los analistas creen que la divisa puede ubicarse entre los $ 1.205 a $1.300, lo que implicaría un salto cambiario cercano al 14%, una cotización por debajo de las cotizaciones financieras.

Frente a las críticas sobre una supuesta devaluación encubierta, el director del Banco Central, Federico Furiase, fue enfático: “no hubo devaluación. El dólar oficial venía pisado desde diciembre y hubo un fortalecimiento del peso. Ahora lo que hay es una flotación controlada. Decir que esto es una devaluación es desconocer el nuevo régimen”. Apuntó que que la banda inferior es más baja al valor que tenía el dólar oficial al cierre de la semana pasada. Y acotó que con la recapitalización del Central, con los aportes del FMI y otros organismos el respaldo en dólares de la base monetaria más la emisión de Lefis resulta en un dólar de conversión a $ 911, también inferior al tipo de cambio oficial del viernes.

Responsable de la inflación

Una postura similar adoptó el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, que paralelamente afirmó que “el tipo de cambio no es responsable de la inflación”. A través de las redes sociales, el funcionario posteó que la relación que se ve “entre el dólar y los precios es una correlación, pero sin que una afecta a la otra, sino porque ambas responden a la emisión monetaria”.

“Esto es importante porque la Argentina inaugura mañana algo inédito, un sistema monetario con la situación monetaria totalmente controlada y superávit fiscal que da credibilidad a ese control”, señaló. “Obviamente, los argentinos tienen motivos para dudar, desconfiar, no creer. Los políticos los saquearon por décadas. Pero eventualmente va a ir quedando más claro, como ocurrió hace 35 años en Nueva Zelanda, Chile o Israel (allí también llevó un tiempo hasta que se entendió)”, escribió Sturzenegger.

En el mercado aguardan que la autoridad monetaria tome una determinación respecto de las tasas de interés que, a juzgar por las opiniones, creen que se elevarían con el fin de sostener la demanda de pesos y evitar una fuga al dólar.

El precio de equilibrio es fundamental para esta semana corta del debut del nuevo régimen cambiario. Los funcionarios del Palacio de Hacienda analizan que un precio relativamente bajo implicaría una explosión en la demanda de divisas por la vieja costumbre argentina de cobertura de sus ahorros.

Las medidas que entran en vigencia

- El dólar flotará en una banda entre $1.000 y $1.400, con ajuste mensual del 1%.

- El Banco Central intervendrá solo si se toca el piso o techo.

-  Se elimina el “dólar blend” y el “parking” para personas humanas.

-  Se permite la libre flotación dentro de las bandas sin esterilización.

-  Se eliminan restricciones para personas humanas (fin del cupo de U$S 200).

-  Los ahorristas podrán comprar divisas sin límites desde el home banking. Pero aquellos que quieran adquirir por ventanilla sólo podrán acceder a U$S 100.

-  Sin retenciones impositivas por compra de dólares (excepto turismo y tarjetas).

-  Empresas podrán pagar dividendos al exterior desde balances 2025.

-  Flexibilización de pagos de importaciones y servicios.

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