El “paraguas nuclear” para Macron

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El “paraguas nuclear” para Macron
07 Abril 2025

Carlos Duguech

Analista internacional

“Los paraguas de Cherburgo”, esa comedia musical de los años 60 aporta la imagen amable y pintoresca de los parapluies. Sin embargo, el paraguas nuclear con el que insiste Emmanuel Macron desde el Palacio del Elíseo para cubrir los cielos de los países de la UE (Unión Europea), no cumplirá el fin proclamado. Una idea arriesgada. Peligrosa. No protegerá la vida ni los bienes de los europeos. A contrario sensu, asegurará que los arsenales nucleares de Francia (el único país nuclear de la UE, ahora, luego del Brexit que originó que el Reino Unido, también nuclear, se fuera de la coalición europea) y cualquier otro país nuclear dispararán sus vectores de destrucción y muerte. Lo harán hacia todos los cielos, ya transfigurados en lo que suponemos -y nos lo vienen diciendo los textos sagrados- hacia el Infierno. En infierno nuclear se objetivarán los nueve círculos dibujados por Dante Alighieri. En el que se volcará el fuego atómico sobre la “selva oscura” que representantes de la raza humana -en funciones de gobierno de naciones- generaron con sus decisiones, omisiones y torpezas. Las devenidas de las desmesuras del ego. De ese ego de quienes se asumen titulares de la vida y bienes de sus semejantes, donde quiera que ellos vivan y aspiren a seguir viviendo. Francia, al igual que los otros ocho países nucleares (EE.UU., Reino Unido, China, Israel, Pakistán, Corea del Norte, Rusia e India) no son parte del Tratado de la ONU sobre la Prohibición de Armas Nucleares (TPAN) adoptado en 2017 por 122 países y en vigencia desde enero de 2021 con la ratificación del país número 50, Honduras. ¡Argentina no es parte! Mientras los nueve países poseedores de armas nucleares sigan absteniéndose de participar en tan potencialmente valioso instrumento, el “Invierno nuclear” del que tanto advirtió el astrónomo Carl Sagan, podría desplomarse con una contienda nuclear. Porque es necesario ponerlo en claro, sin eufemismos: una guerra nuclear involucraría a todos los arsenales nucleares. Porque todos -entre ellos- están interconectados, quiérase o no. Por aquello de la MDA (Mutua destrucción asegurada). Digámoslo , entonces, en términos sencillamente dramáticos y antihumanitarios: suicidio colectivo de la especie humana.

El único “paraguas”

Si los nueve países nucleares suscribieran y ratificaran el tratado (TPAN) se conformaría el verdadero “paraguas” que tanto se menciona. El único y eficiente sistema de seguridad nuclear será – por elemental que resulte cualquier análisis de las perspectivas de tanto arsenal nuclear- el de la inexistencia de armas nucleares. Borradas del mapa, para siempre. Sencillo es explicarlo y comprenderlo. Todos los otros artefactos contra la “lluvia nuclear” no servirán de nada. Sería una yuxtaposición de paraguas estadounidenses, rusos, franceses, chinos, israelíes, indios, pakistaníes, británicos y norcoreanos empeñados en el recurso estratégico de la “disuasión”. Con perdón de los poetas: lo de disuasión, “puro verso”.

Monstruosidad rusa

No es exageración y ni siquiera por la utilización del calificativo de este subtítulo: un desafío para alguien, de alguna academia de letras o de derecho, que se allane a explicar -sin eufemismos ni toma de partido- el hecho concreto que generó unilateralmente el presidente de Rusia el 24 de febrero de 1922 al invadir militarmente territorio soberano de Ucrania, país limítrofe. No respondía a una amenaza ucraniana. No. Lo explicó Putin con un aire de docencia desde la propia cumbre que erigió para sí mismo. En sus expresiones incorporó conceptos y apreciaciones de la situación como si fuera el líder inconmovible del universo: su “misión en Ucrania”, casi de estructura religiosa, en estado de aherrojamiento por la voluntad política a ultranza, retroalimentada desde la conquista por la fuerza de la península de Crimea (2014). La guerra fría había calentado sus bordes con el apoderamiento manu militari de la estratégica península ucraniana. Claro, lo de manu militari Putin metamorfoseó en “consecuencia de un referéndum” en el que la población se manifestó a favor de uno de los lados del esquema: el de pertenecer a Rusia. El otro era el de quedarse como ucranianos. L a repulsa mundial se expresó condenando ese apoderamiento ilegal y por la fuerza. Y, para más, con un referéndum sin control alguno por terceros países que hubieran podido hacerlo. No se invitó a ningún control porque el proyecto fue el de conseguir el objetivo: capturar Crimea para la Rusia postsoviética, a cualquier precio. En febrero de 2022 la “misión armada” de Rusia en Ucrania fue presentada en sociedad como “operación militar especial”. Borró de un zarpazo la palabra “guerra” para el conocimiento del mundo, como si fuésemos (obligado es que nos consideremos también destinatarios de semejante “doctrina” burda y elemental) alumnos de primer grado escolar. Quienes osaran utilizar la palabra “guerra” sufrirían las consecuencias del mandamás ruso. Algo de eso le ocurrió al medio periodístico Novaya Gaceta, de Moscú. Suspendió sus ediciones. Seis de sus periodistas y colaboradores habían muerto por atentados que nunca se permitió sean investigados. El mérito de su principal periodista, Dimitri Muratov fue reconocido con el Nobel de la Paz en 2021. Desde 2022 el diario se edita en la capital de Letonia, Riga para poder continuar con libertad de prensa.

¿Ucrania en la OTAN?

Esta fue una de las teclas que Putin no consentía que se pulsara en el tablero de las posibilidades y deseos de Zelenski. Y también, en un tiempo, de la UE. Irritaba a Putin que la UE, a la que se suponía se podría anexar Ucrania, que ello le significaría tener al oponente europeo como lindero. Y con el agravante supuesto de que en territorio ucraniano se instalaran bases de misiles orientados a Rusia. Ni hace falta estar tan cerca. Con los misiles crucero y otros sistemas operativos, las distancias dejaron de ser factor tan importante. Desde Teherán hasta Tel Aviv, por ejemplo, los 1.911 km. que separan a esas ciudades no obstaron para que los misiles de crucero iraníes llegaran a suelo Israelí.

Fronteras UE y Rusia

Sin embargo, Rusia, que tanto le teme a la cercanía de la frontera con la UE para el caso de que Ucrania fuera aceptada por la coalición europea ya tiene algo más de 500 km. ligados a dos de sus miembros: Letonia (217 km.) y Estonia (294 km). ¿Entonces, por qué tanto despliegue armado contra Ucrania desmembrada de la URSS desde 1991? Es que Ucrania, siendo país granero, de ubérrimas tierras, es fruto tentador para el “imperialismo putinesco” que, con argumentos de corte estratégico-militar, justifica su desenfadada agresión militar generadora de sangre derramada y escombros en otro país. De la noche a la mañana como dueños de casa, generando muerte y destrucción. La repulsa universal se concretó en la respuesta a como pudo Ucrania con la asistencia de una treintena de países soberanos que le proveyeron armas, municiones y asistencia financiera. Pero hoy, hoy mismo, con Trump, Putin y sin Zelenski, todo se metamorfoseó en un preciado botón político-económico de pura especulación, donde las palabra paz tiene una muy relativa incidencia en las “negociaciones”. Y el pobre Zelenski entre dos aguas y, a veces, en una soledad de abandono. Y hasta de desprecio, lamentablemente.

Malvinas (ONU)

El “Comité de Descolonización” (ONU) alberga en su seno 16 casos. El de Malvinas, uno de ellos. En su carta fundacional (1945) está prevista la descolonización de territorios “no autónomos”, como Malvinas. Lo expresado por el presidente en el acto conmemorativo reciente contradice abruptamente la gestión ante ese Comité. Gravísima “jugada” política. Demasiado imprudente. Muy peligrosa. Torpe “diplomacia”. Ventaja inesperada para el Reino Unido.

ONU: Secretario General

Mariano Grossi, director general (segundo mandato) de la OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica, en Viena) manifestó su interés en postularse para Secretario General de Naciones Unidas para 2026. Nadie, nadie más intensamente capacitado que él para ese cargo en estos tiempos donde tanto y tanto se habla de armas nucleares. Sería el más eficiente y verdadero “paraguas nuclear humano”. Por sus conocimientos y larga experiencia.

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