El control de las orugas en los cultivos de la región productiva de Tucumán es un mecanismo conocido por productores y técnicos agrícolas. La Eeaoc recomienda prestar atención al complejo de orugas asociadas a malezas, entre las que sobresalen las siguientes especies: Achira (ex Loxostege) bifidalis, de hábito defoliador y asociada a malezas como el yuyo colorado y la verdolaga; y la Spodoptera frugiperda, de hábito cortador y defoliador, asociada a malezas de tipo gramínea.
Para iniciar el control, los especialistas sugieren la revisión de aquellos lotes enmalezados y en donde el barbecho se efectué próximo a la siembra del cultivo o inmediatamente después, para determinar la presencia de estas larvas. El objetivo de esta tarea es incluir un insecticida a la hora de efectuar el monitoreo, y evitar que las orugas pasen a la soja en emergencia.
En los casos de la oruga bolillera o helicoverpa gelotopoeon, esta plaga ataca cuando se ve favorecida por la presencia de malezas. En etapas vegetativas iniciales, produce el corte de brotes con la ruptura de la dominancia apical y la consecuente ramificación y modificación de la estructura de las plantas. Esta situación se agrava en materiales de grupo de madurez corto y con hábito de crecimiento indeterminado. En lo referido al manejo, se recomiendan monitoreos frecuentes a partir de V1/V2, con la precaución de revisar los brotes para constatar la presencia de huevos y/o larvas de los primeros instares. Entre las alternativas para su controlo se encuentran los piretroides, fosforados, carbamatos, reguladores del crecimiento (IGR) o diamidas, considerándose que la persistencia de control de estos insecticidas en etapas vegetativas estará condicionada por las nuevas infestaciones de la plaga sobre brotes tiernos. Los puntos claves para lograr un manejo eficiente son la detección temprana a partir del monitoreo, la aplicación oportuna de la alternativa seleccionada y el seguimiento para determinar el momento en el que ocurran las nuevas infestaciones.
Para el complejo de orugas defoliadoras que está integrado por Anticarsia gemmatalis y las medidoras Rachiplusia nu y Crysodeixis (ex Pseudoplusia) includens es importante no perder área foliar por el daño de estas orugas, sobre todo en situaciones en donde el desarrollo de la soja se vea afectado por condiciones ambientales adversas. Por estas razones, se recomienda el uso de alternativas como los IGR o las diamidas, que han manifestado controles aceptables cuando son aplicados en etapas próximas al cierre del cultivo y con predominio de larvas chicas. También se deberá tener en cuenta factores que contribuyan a mejorar la calidad de aplicación de estos insecticidas.