Manuel Avellaneda (San Miguel de Tucumán, 1951) confiesa: “yo soy un bruto de la política del siglo XX”. Ex presidente de la Sociedad Rural de Tucumán y de la filial local del PRO, Avellaneda hoy está fuera de la escena, pero quiere dar su testimonio: “creo que en algún momento uno tiene que decir las cosas. Muchos se van a enojar, pero yo creo que hay que corregir los errores que tenemos. Y si nadie los menciona...”.
Su apellido nunca pasa inadvertido. Manuel es descendiente de Nicolás, el tercero de los presidentes históricos, y su papá, “Manolo”, fue uno de los principales referentes del conservadurismo tucumano de la segunda mitad del siglo XX. Sin embargo, Manuel tiene nombre propio y se define como de centro. En voz queda, con gestos simpáticos, dedica buena parte de esta conversación a la actualidad provincial y nacional, pero también se toma un tiempo para viajar 10 años atrás y recordar el conflicto que enfrentó al campo con el kirchnerismo en 2008.
-¿Qué tan mala era la 125 para el campo?
-Lo que los Kirchner no entendían es que nosotros tenemos años buenos y años malos. En marzo de 2008, cuando estábamos por ir a cosechar en un año bueno, nos dijeron: “che, ¿sabés qué? Te vamos a aumentar los impuestos”. O sea, nos estaban diciendo: “che, ahora tienen una buena cosecha, tienen buen precio, entonces nosotros nos queremos quedar con toda la ganancia”. Y eso lamentablemente la sociedad no lo entendió porque pensó que éramos los oligarcas y no se dio cuenta de que en los cortes estaban todos. ¡Hubo 300 cortes de ruta! Estaban los empleados, el patrón, el contratista... El campo sintió que se había llegado al límite. Antes de ese momento, Néstor Kirchner había subido las retenciones al 35 %. Era una brutalidad. Él las llevó del 20 % al 35 %. La 125, a partir de cierto precio, le entregaba todo al Estado, porque las retenciones iban subiendo escalonadamente en función de los precios y ellos creían que la soja iba a llegar a U$S 800. Entonces dijeron: “a partir de U$S 600 todo es mío. Vos conformate con el costo de producción más las utilidades. Lo demás es mío”. No es cuestión de que en un año bueno te saquen todo, porque al año siguiente podemos estar expuestos a una sequía. Nosotros necesitamos un equilibrio.
-¿Por qué cree que Julio Cobos decidió votar en contra de la 125?
-Porque Cobos en el fondo es radical, y los radicales son gente razonable. Aunque siempre han sido partidarios de cierto nivel de retenciones, en el 2008 se dieron cuenta de que la 125 era un despropósito. Aparte, ¿para qué era? Para que roben. Porque en definitiva es lo que pasó. En cambio, ahora la soja vale U$S 320 y Mauricio Macri puso las retenciones al 30 % porque no tiene alternativa. Si no, ¿de dónde sale la plata? Y sin embargo el campo se quedó callado porque sabe que hay que poner el hombro. El campo siempre pone el hombro cuando es necesario.
-Este año Tucumán recibe al Congreso Mundial del Azúcar. ¿Cómo lo ve?
-Yo veo que en Tucumán hay dos motores principales. Uno es el citrus, que tiene muy buena imagen. Todos hablan de los limones que van a Estados Unidos. El otro es la caña de azúcar, que lamentablemente está desprestigiada. Si uno le pregunta a alguien qué opina del azúcar, habla de la quema de cañaverales, de la vinaza, de la contaminación. Yo creo que eso es injusto porque la actividad azucarera es pujante, invierte. Entonces el Congreso es una oportunidad única para que el azúcar muestre lo que es y sea apreciada. Por lo pronto tengo que rescatar que el Gobierno provincial acompaña y que el ministro de Producción, Juan Luis Fernández, está muy comprometido con el tema. No nos podemos olvidar nunca de que el Gobierno es nuestro. Es parte de nuestra vida.
-¿Cómo ve las elecciones provinciales?
-La elección va a estar entre ‘el mejor gobernador de la historia’ (por José Alperovich, a quien Osvaldo Jaldo llamó así al jurar como diputado en 2013) y los sucesores del ‘mejor gobernador de la historia’ (por Jaldo y Juan Manzur). El peronismo va a volver sacar el 70 %. Podrán estar divididos y Alperovich sacará 35 % y Manzur sacará 35 %, pero Cambiemos desaparece.
-¿Por qué?
-Porque no hay ninguna posibilidad de que Cambiemos derrote al peronismo sin un candidato. Es un panorama tristísimo.
-¿Qué pasa con Alfonso Prat-Gay?
-Prat-Gay es un hombre de mundo. Cuando uno ve su formación, su trayectoria, se pregunta: “che, ¿este señor será capaz de caminar Tucumán, de aguantar?” Cuando vos venís acá, si querés ser gobernador, es para agarrar un problema espectacular. No es fácil. Además, Prat-Gay sólo podría pelear la gobernación si todos nos juntáramos y dijéramos: “Prat-Gay es el candidato. Este es nuestro candidato y nos jugamos por este y le apostamos a este”. Pero evidentemente no están dadas las condiciones para que eso pase. Y si no fuera Prat-Gay, habría que generar las condiciones para que sea (José) Cano, (Domingo) Amaya o Silvia (Elías de Pérez). Pero yo no veo esa posibilidad.
-¿Por qué dice que Tucumán es un problema espectacular?
-Por ejemplo, uno ve el conflicto del transporte. (Germán) Alfaro dice que es un problema político, pero no cuesta tanto saber cuánto cuesta un boleto. Uno se sienta, hace la estimación de cuánto vale un ómnibus, cuánto vale el gasoil, cuánto vale la mano de obra, y calcula: “seguro que $ 15 no cuesta. Cuesta más, mucho más”. Y si la gente no lo puede pagar, habrá que ver de dónde salen los fondos para pagarlo. Pero no puede ser una pelea entre los empresarios y el Gobierno. Tiene que haber un término medio donde digamos: “bueno, sacrifiquemos cada uno un poco y veamos cómo solucionamos”. Además, uno también ve lo que pasa con la Justicia, lo que pasa con la Legislatura, lo que pasa con el mamarracho de Constitución que hizo Alperovich. La Constitución nuestra dice que el gobernador y el vicegobernador son los dueños de la provincia.
-¿Por qué considera que pasa esto?
-Es producto de un sector político que cree que las cosas son fáciles, que la naturaleza te da todo. A nosotros en 2008 nos dijeron: “usted está ganando mucha plata, denos la mitad de la plata”. ¿Por qué? ¿Quién va a invertir así, si no hay seguridad jurídica? La Argentina es un país rico. El problema de la Argentina no es económico, es institucional. Y en las provincias pasa lo mismo. A las provincias hay que rediseñarlas, hacerlas más federales.
-¿Falló el Plan Belgrano?
-El Plan Belgrano era una buena idea. Tenía obras de infraestructura, viales, ferroviarias, sociales, turísticas… Abarcaba mucho y cada ministerio se ocupaba de hacer su parte. Venía un gerente, que era Cano, y de ahí se iba armando todo. Lo que le faltó fue concretarlo en un plan. Que la gente vea. La gente no podía apreciar lo que realmente era, el mismo Cano no sabía cómo mostrar bien lo que estaba haciendo. Podría haber dicho: “nosotros vamos a empezar con los ferrocarriles”. Y después mostrar cuál era el avance en los ferrocarriles. Especificar cada obra en un plan. Me parece que lo que le pasó a él fue eso. Pero de todos modos el Plan Belgrano no es federalismo.
-¿Por qué?
-Porque el Plan Belgrano es la visión de un presidente, no es lo que hacemos nosotros. Por eso (Rogelio) Frigerio se equivoca cuando dice que este es el Gobierno más federal. Respetar la coparticipación no es federal. Eso es una ley. El federalismo viene de Estados Unidos. Ellos eran Estados independientes, por eso después se llamaron Estados Unidos. Nosotros lamentablemente éramos las Provincias Unidas del Río de la Plata. (Por Hernán Miranda)