Jaldo y Chahla: equilibristas sobre un mar de incertidumbre

Jaldo y Chahla: equilibristas sobre un mar de incertidumbre

Osvaldo Jaldo y Rossana Chahla son dos figuras políticas muy distintas, pero que tienen mucho en común. Las coincidencias más obvias son que pertenecen a Unión por la Patria (UxP) y que están en la antesala de asumir frente a los dos espacios de poder más importantes de la provincia. Son temperamentales, se muestran incansables y un dato de color para los que creen en el horóscopo: ambos son arianos, el signo de los “guerreros”. A esto se añaden otros puntos en común, pero más subterráneos y son los que tienen que ver con las relaciones políticas. El vicegobernador y la diputada están inmersos en entramados de vínculos internos y externos que ansían condicionarlos; abundan aquellos que se autopostulan como sus futuros funcionarios y sus entornos transitan por una espera por las definiciones. Hay un tópico que además comparten: la duda sobre qué rol tiene el gobernador saliente Juan Manzur en este capítulo ¿Tendrá algún tipo de injerencia en las gestiones o en los armados de los equipos? El porvenir del mandatario está atado al del senador Pablo Yedlin. Si la lista de candidatos del PJ repite o mejora su performance, Yedlin será electo diputado nacional. Si eso sucede, se allanará el camino para que Manzur lo reemplace como senador en diciembre (le quedarían cuatro años en esa banca).

La casualidad que se suma -y que azuza algunos de los asuntos antes mencionados- es que los dos optaron por una misma estrategia en la previa de sus asunciones. A un mes de que inicien sus mandatos como gobernador e intendenta, mantienen en estricta reserva sus gabinetes. Las dudas comenzarán a despejarse el lunes 23, el día después de las elecciones nacionales generales, y una semana antes de que juren en sus nuevos cargos. El mutismo es lógico: no hay por qué apagar las expectativas de la dirigencia en plena campaña electoral ni generar posibles disgustos internos.

Los dos protagonistas mantienen una excelente relación y tienen reuniones periódicamente para dialogar y tender lazos de cara a los desafíos comunes que tendrán. Desde hace más de ocho años que la Provincia y el Municipio no congeniaban del todo por las diferencias políticas entre sus gobiernos. San Miguel está gobernada por Juntos por el Cambio desde finales de la última gestión de Domingo Amaya y las dos de Germán Alfaro.

Las transiciones no son por ese motivo idénticas, pero sí transcurren en un contexto de profunda incertidumbre para el oficialismo provincial. Puertas adentro maneja encuestas que, al menos por el momento, darían indicios de que es probable que el próximo presidente no sea de su mismo signo. Los guarismos con los que cuenta beneficiarían al libertario Javier Milei, un dirigente con el que no tienen lazos. Ese posible escenario les genera preocupación, sobre todo, en materia de recursos, en un contexto económico y social dificilísimo.

Los grupos de ambos esperan que el candidato a presidente de su espacio, el ministro de Economía, Sergio Massa, pueda repuntar y lograr los votos suficientes para poder anotarse en un eventual balotaje.

Entre elecciones y el armado de gestión

En el jaldismo creen que la transición en la Casa de Gobierno ya comenzó y que su máximo referente se ocupa de resolver conflictos a diario, como el paro del transporte público o el conflicto entre taxistas y choferes que emplean aplicaciones.También se estaría ocupando de la puja entre la Uocra y los empresarios de la construcción. En el entorno de Jaldo perciben que el saliente Juan Manzur está en retirada y abocado a la campaña de Massa y a su propio futuro. Cuentan que tendría acordado con el ministro de Economía que, de ser electo, sería parte de su Gabinete.

Aseguran que Jaldo sostiene un buen vínculo con su antecesor y que busca no generar ningún entredicho interno.

Los más cercanos al titular de la Legislatura consignan que al tiempo que le queda después de ocuparse de asuntos urgentes lo dedica a reuniones políticas, a la diagramación del nuevo organigrama del Ejecutivo (pretende achicar el Estado, sobre todo los cargos políticos y secretarías y direcciones) y a la selección de quienes lo acompañarán en la Casa de Gobierno. También se está tomando espacios para la recuperación de su salud (se sometió recientemente a una operación compleja) para llegar totalmente a punto para el arranque de su mandato.

Jaldo no suelta prenda sobre su Gabinete ni entre sus dirigentes más allegados. Aseguran que, tal como él adelantó en una entrevista con LA GACETA, hará una renovación casi total y anunciará su equipo el 23.

Las especulaciones abundan y hay quienes vislumbran que el tranqueño viene dejando algunas pistas en sus reuniones públicas. En su entorno más cercano, advierten que nadie está confirmado, pero que a algunos de ellos les habría dicho “preparate que jurás el 29”, sin precisiones de puestos. Todo puede cambiar en cualquier momento, dicen.

Varios mencionan que hay varias personas para cada cargo. Coinciden, sin embargo, en que hay dos que prácticamente están asegurados: Darío Monteros, uno de los hombres de mayor confianza de Jaldo y que mejor conoce los municipios y comunas, como ministro del Interior y Eugenio Aguero Gamboa, un funcionario capacitado y que respondió muy bien mientras el vice estuvo de interino, en Seguridad. Si bien en un momento se decía que el área que encabeza podría unificarse con Gobierno y Justicia, esa idea habría perdido fuerza. Para Gobierno se escuchó el runrún de que se habría pensado en el juez federal de Cámara, Ricardo Sanjuán, o en el legislador Javier Morof. En las dependencias de ese ministerio está la Secretaría de Trabajo y varias fuentes ubican en ese cargo al líder del gremio de Camioneros y uno de los secretarios de la CGT tucumana, César Torres. Jaldo recibió al gremialista el jueves en la Cámara.

Los ministerios que sí se fusionarían serían Economía y Desarrollo Productivo. Sonaron varios nombres para la cartera que hoy dirige Eduardo Garvich. Por lo menos hasta ayer, picaba en punta el contador y economista Daniel Abad, director del Centro de Estudios Económicos y Sociales del NOA. De larga trayectoria profesional y de reconocida pertenencia peronista, viene asesorando y colaborando con Jaldo. No habría habido aún un ofrecimiento formal. En secretarías por debajo podrían estar Fernando Solórzano (es actualmente secretario de Hacienda) y Eduardo Castro (se desempeña como secretario de Gestión de Desarrollo Productivo y podría ocupar el máximo cargo de esa cartera).

En el área de Educación podría haber una repitente: la ex ministra Susana Montaldo sería la elegida. Hay muchos otros nombres más que se escucharon como los de Tulio Caponio, Marcelo Caponio,Luis Medina Ruiz, Gilda Pedicone de Valls, Nora Belloni, Federico Masso, Raúl Albarracin, Hugo Cabral, Adriana Najar, Raúl Ferrazano, David Mizrahi, Alejandro Sangenis y Guillermo Gassenbauer, entre otros.

El chahalismo y la planificación

La transición municipal en San Miguel de Tucumán tuvo sus primeras manifestaciones públicas esta semana, cuando un equipo de colaboradores de la nueva intendenta se reunió con secretarios de la gestión de Alfaro. Como era previsible, hubo algunos entuertos políticos. El primer encuentro en la Intendencia fue sobre la temática transporte y movilidad. Todos los ojos estaban en quiénes serían sus enviados, buscando quizás algún adelanto de su Gabinete. El mismo día, ingresó un pedido de información de la próxima jefa municipal sobre el capital humano. Eso irritó al alfarismo, que sugería que los encuentros fueran multitemáticos. No hay fecha para una nueva cita. En el chahalismo darían por cancelado el entredicho y apuntarían directamente a obtener los datos que necesitan una vez que desembarquen en el edificio de 9 de Julio y Lavalle.

La diputada reparte su tiempo laboral entre el Congreso, la planificación de su nuevo gobierno, la docencia universitaria y su consultorio. Mantiene encuentros con especialistas y técnicos diversos para interiorizarse sobre asuntos que van desde la basura y el medioambiente hasta las energías alternativas y la accesibilidad.

En una semana complicada para el transporte público, se reunió en Buenos Aires con el ministro de Transporte de la Nación, Diego Giuliano. Trascendió que dialogaron sobre el sistema y las alternativas para reformularlo; que analizaron cómo acelerar la aplicación de la Tarjeta Sube (mañana Chahla tiene en agenda una reunión con la empresa encargada del sistema) y la implementación de las paradas seguras (programa nacional que prevé instalación de refugios con cámaras de seguridad, botón de emergencia,wifi y puntos de carga de saldos). Las ideas transversales de su plan, mencionan en sus alrededores, son la transparencia, la modernización, la eficiencia y la austeridad. Una de las primeras iniciativas que pretende llevar adelante es evaluar la estructura municipal y la manera de trabajo de cada área. Tiene previsto enviar al Concejo la reformulación del organigrama. El objetivo final es eliminar áreas que no tengan funciones claras y reforzar los espacios de atención a los vecinos.

“Chalha define el Gabinete de Chahla”, repiten en su entorno sobre los dimes y diretes respecto de la llegada a la Ciudad. Entre sus colaboradores más próximos aseguran que ni Manzur, ni Jaldo ni Carlos Cisneros le pidieron espacios. Aseguran que viene armando un equipo que mezcla profesionales de confianza que desde hace años la acompañan y nuevas incorporaciones. Apuntará, cuentan, a conformar un conjunto que priorizará mujeres, y técnicos más que políticos. Este último aspecto, precisamente, mantiene inquietos a varios dirigentes capitalinos del PJ. En general, opinan que debería incluir en sus filas a referentes de experiencia para dar “volumen político” a su arribo.

En la primera incursión al edificio que alberga la administración, sí hubo pistas de su armado: es prácticamente un hecho que Benjamín Nieva encabezaría el área de Transporte y Sebastián Ruiz Toscano, la secretaría de Hacienda. No se avizoran otros nombres, pero sí formaría parte la abogada Eliana Orellana. No descartan que pueda haber sorpresas.

Chalha y Jaldo tienen mucho en común. Ambos tienen que moverse con delicadeza, como equilibristas, para poder comenzar con el pie derecho y sin demasiados contratiempos. Saben que es su tiempo y, si en algo coinciden en sus entornos, es que no permitirán que se los condicione. Avanzan en el trabajo en conjunto, por lo que vendrá apenas asuman, pero con la mirada puesta en diciembre, en el nuevo Gobierno nacional. El contexto político, económico y social los mantiene en alerta y sobre un mar de incertidumbre.

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