WASHINGTON.- Luego de meses de acusaciones y desconfianzas, en los que la relación entre China y Estados Unidos fueron tensándose, los presidentes Joe Biden y Xi Jinping se reunieron en San Francisco, en un encuentro cara a cara, con una agenda que incluía poco más que bajar los decibeles en la competencia entre las dos superpotencias.
Biden dijo que la cumbre logró “importantes progresos” y que fue uno de los encuentros más productivos que había tenido hasta el momento con Xi. Más tarde, sin embargo, volvió a decir, ante una pregunta de la prensa, que Xi es un “dictador”, lo que arriesga desatar un nuevo foco de tensión en el crítico vínculo.
“Miren, lo es. Es un dictador en el sentido de que es un tipo que dirige un país comunista basado en una forma de gobierno totalmente diferente a la nuestra”, dijo Biden en una rueda de prensa en solitario tras cuatro horas de conversaciones con Xi en las afueras de San Francisco.
En respuesta, el Ministerio de Asuntos Exteriores de China dijo que “se opone firmemente” a estas declaraciones, sin mencionar a Biden por su nombre. “Esta declaración es extremadamente errónea y una manipulación política irresponsable”, dijo el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores Mao Ning a los periodistas en una reunión informativa. “Hay que señalar que siempre habrá algunas personas con segundas intenciones que intenten incitar y dañar las relaciones entre Estados Unidos y China, están condenadas al fracaso”.
Entre los progresos a los que se había referido Biden está la restauración de la comunicación entre los militares norteamericanos y chinos, y avances en el combate al tráfico de fentanilo.
La sorpresiva declaración de Biden sobre un tema sumamente sensible para Pekín dejó un manto de incertidumbre sobre el futuro de los avances tejidos en la reunión bilateral, que había comenzado con Biden y Xi intercambiando señales de distensión.
Ambos habían dejado en claro que quieren evitar un nuevo conflicto. Biden le dijo a Xi que debían “gestionar responsablemente” la competencia, y tenían la responsabilidad de trabajar juntos, y Xi le respondió que darse la espalda “no es una opción”, y “el planeta Tierra es lo suficientemente grande” para el éxito de ambas superpotencias.
Biden recibió a Xi Jinping en San Francisco, donde se celebra la cumbre de líderes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, según sus siglas en inglés), para una reunión bilateral -no se veían desde hacía un año y un día- crítica para descomprimir la tensión acumulada en la relación bilateral más importante del planeta.
Antes de la cumbre privada, ambos líderes brindaron declaraciones que marcaron la intención de evitar una escalada catastrófica, sin dejar de reconocer, sobre todo Xi, las profundas diferencias entre ambas naciones.