Atlético Tucumán: de decepción en decepción

El "decano" cayó con gol del ex San Martín Milton Céliz, el "malevo" se impuso por 1-0 en Buenos Aires.

DERROTADOS. El decano no pudo contra Riestra. DERROTADOS. El "decano" no pudo contra Riestra. Matias Nápoli Escalero - Enviado especial para LA GACETA.

Atlético lo hizo. Logró quedar en la historia grande de Riestra, como el oponente que posibilitó su primer triunfo en la elite del fútbol argentino. Un hito negativo más para un equipo que bajo la batuta de Sergio Gómez y Favio Orsi va de decepción en decepción y que, peor aún, no parece encontrar su piso de rendimiento.

La leve mejoría demostrada ante River duró un suspiro. El insípido “Decano” de este arranque de la Copa de la Liga ni siquiera pudo rescatar un punto en su visita al recién ascendido Riestra, uno de los equipos más débiles del certamen, con apenas un gol y un punto en su haber antes del choque de este lunes en el Guillermo Laza.

Para mayor morbo, el gol que dejó a Atlético con las manos vacías fue obra de un ex San Martín, Milton Céliz, una buena definición tras precisa asistencia de José Méndez, algo así como una joyita en medio del “barro”. Porque fue un partido tan aburrido que solo los mosquitos que se ensañan por estos días con la ciudad de Buenos Aires se divirtieron en la calurosa tarde de Villa Soldati.

Es verdad, en desventaja, Atlético aceleró, mejoró su cara con los cambios, debió haber empatado. Pero despertar tan tarde -desperdició más de un tiempo- tiene estos riesgos, de que el tiempo y la lucidez no alcancen, sobre todo cuando los espacios escasean.

De fútbol, nada por aquí, nada por allá. Y de emociones ídem. En este sentido, mejor la pasaron los bañistas que saltaban desde el trampolín a la pileta del Círculo de Suboficiales de la Policía aledaño a la cancha.

De Riestra, no se esperaba más. Del equipo de Orsi y Gómez sí. Al menos una enjundia similar a la mostrada el miércoles pasado ante River. Pero no, el “Decano” se entregó al “modo Barracas Central” en especial durante la primera etapa.

Ya se sabía, sería un partido incómodo para Atlético. Por las dimensiones de la cancha y porque Riestra juega a no dejar jugar y hace una religión del corte permanente, con recursos lícitos y otros no tanto.

Los partidos del Malevo de Pompeya suelen ser un dolor de ojos. Para evitarlo, Atlético necesitaba alcanzar precisión en velocidad, hacer diferencia con la jerarquía individual, tal como les dio resultado a River y a Vélez en las fechas precedentes. O intentar con remates desde fuera del área, algo que la visita recién se intentó en el complemento. Entonces, para mayor morbo aún, se erigió como figura un “viejo conocido”, el exarquero de San Martín Ignacio Arce, quien también se quedó con la última bola, un cabezazo de Renzo Tesuri.

A los hinchas de Atlético se le habrá caído una lágrima de nostalgia el domingo, viendo cómo Lanús, bajo el mando de Ricardo Zielinski, venció a Boca con un gran aporte “made in Decano” (Ramiro Carrera, Augusto Lotti y Leandro “Loco” Díaz).

Y habrán derramado alguna otra observando cómo su equipo 24 horas después prolongó su racha sin triunfos e hizo posible que el modesto Riestra de Cristian “Ogro” Fabbiani consiguiera una inédita victoria en primera división.

Todo mal. 

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