Las trompadas de Jaldo

Pegó un puñetazo contra la mesa e hizo saltar toda la vajilla. Algunos legisladores intentaron barajar vasos, platos y cubiertos, pero no lograron evitar que varios cacharros se hicieran añicos en el suelo. Y eso se notó en algunos rostros adustos. Pese a los aplausos, no siempre muy efusivos, ciertos parlamentarios no pudieron disimular sus gestos nerviosos, sus miradas esquivas.

Es que ayer el gobernador Osvaldo Jaldo, durante el discurso de apertura del período 119 de sesiones ordinarias, descolocó a propios y ajenos y golpeó la mesa legislativa en el nervio de la casta política, de la construcción de poder a partir de ahora, del enriquecimiento malhabido, de la corrupción, del clientelismo y del despilfarro electoral y administrativo.

Avisó. Reforma del purulento y costoso sistema electoral; achique de la descomunal, nepótica y clientelar planta estatal; acceso a la oculta y secuestrada información pública; modernización y digitalización de la burocrática, ineficiente y sobornable administración pública; y creación de una Sapem energética frente a una crisis eléctrica sin precedentes.

Con sólo estos cinco cambios la Provincia se pondría patas para arriba. Aunque, en rigor, se pondría de pie, porque hoy está patas para arriba, liderando todos los ránkings de la desgracia y el atraso, o formando parte del primer pelotón de la vergüenza y el oscurantismo.

Tucumán lleva más de un cuarto de siglo encabezando o acompañando a las provincias que encabezan los peores índices nacionales, entre ellos: inversiones privadas, infraestructura, rutas y caminos, generación de trabajo genuino, empleo público, pobreza e indigencia, deserción, vivienda, transparencia, acceso a servicios básicos, red de agua y cloacas, electricidad, transporte público, medio ambiente, residuos, corrupción, independencia de poderes, elecciones clientelares, nepotismo, burocracia, privilegios… y la lista es enorme.

El resto de los anuncios de Jaldo son de manual, políticas de Estado, asuntos neurálgicos que son la base de toda administración que se pretenda competente: educación, salud, seguridad y narcotráfico, obra pública y desarrollo industrial y económico.

Bases y puntos de partida

1.La reforma del sistema electoral acabaría con el entramado de una casta atornillada al poder mediante subterfugios que rayan con el delito, impiden la alternancia democrática, invalidan los premios y castigos en las urnas, propician la impunidad y someten al sistema republicano a la injusta arbitrariedad de un grupo de patrones de estancia, cada vez más ricos.

Jaldo eligió arrancar su oratoria con este anuncio y algunas caras largas fueron indisimulables. Los mismos rostros que, no caben dudas, intentarán boicotear cualquier reforma que haga tambalear sus ancestrales privilegios. No es pesimismo el nuestro, es harta experiencia de lo ya vivido desde la última reforma constitucional, cuando José Alperovich inauguró el sistema de acoples, hasta el presente cáustico.

“El voto popular conforma una de las bases del sistema democrático de gobierno. Tengo la certeza de que, entre todos, podremos encontrar una fórmula adecuada para que la elección de representantes exprese y garantice las preferencias del voto popular”, declaró.

2.“No se puede gastar más de lo que ingresa”. Suena libertario y, si se quiere, oportunista en un contexto nacional donde el 60% de los argentinos exige terminar con el quebranto populista, pero en estricto apego a la verdad Jaldo blanqueó públicamente este objetivo días después de ganar las elecciones provinciales en junio de 2023, y cuatro meses antes de siquiera saber quién sería el próximo presidente. Podrían haber sido Sergio Massa o Patricia Bullrich.

“Solicitamos a las autoridades de la Legislatura la vuelta al Poder Ejecutivo del proyecto de presupuesto 2024 presentado por el gobierno anterior para su reformulación, con la premisa de que no se puede gastar más de lo que ingresa”, peticionó Jaldo, en lo que fue una trompada directa y sin disimulo a la abultada panza de la empleomanía de Juan Manzur. Y anunció que presentará un proyecto de retiro voluntario y anticipado para ajustar la descontrolada planta estatal.

3.“He tomado la decisión de enviarles un proyecto de acceso a la información pública, para su debate y tratamiento. Ello responde de manera directa al derecho de las personas a la información transparente y constituye uno de los pilares del sistema democrático. Un ciudadano informado es un ciudadano libre e independiente…”. “En estos momentos de dificultad y restricción económica, la responsabilidad del Estado y el cumplimiento de sus servicios esenciales cobran una mayor urgencia”, manifestó Jaldo.

Fue una de las banderas de campaña de Manzur. De las dos campañas. Que hoy forma parte de una extensa lista de engaños electorales, que no deben confundirse con promesas incumplidas, porque sólo se puede incumplir aquello que parte de un compromiso auténtico.

En este punto se observaron los rostros más angustiosos. El libre acceso a la información pública no sólo se ciñe a los tres poderes del Estado, sino que avanza sobre riquezas personales, financiamientos electorales, sindicatos, mutuales y obras sociales, municipios y comunas, entes autárquicos, empresas públicas y privadas con negocios con el Estado, entre muchas otras áreas sensibles que preferirían seguir agazapadas.

“Vamos a ir todos presos”, reconoció un empleado legislativo a este columnista hace unos años, cuando se presentó uno de los primeros proyectos de acceso a la información pública, luego cajoneado.

Burocracia y energía

4.“Quiero anunciarles un hecho trascendente en la historia de nuestra administración. Este mes daremos inicio al sistema de expediente digital, realizado por nuestro propio equipo de informáticos y sin costo adicional para el Estado, los trámites de la provincia tendrán formato virtual. De esta manera no sólo daremos mayor eficiencia, seguridad y transparencia a nuestros procedimientos administrativos, sino que realizaremos un ahorro importante en material e insumos que ocasiona el actual sistema de papel”, anunció Jaldo.

Parece menor, pero uno de los cánceres del Estado argentino, y de Tucumán en particular, es el exceso de burocracia. No se trata sólo de trámites eternos, de gente que debe perder meses con un expediente, con un reembolso de salud, con un reconocimiento por un servicio mal prestado o mal liquidado, o en la habilitación de un comercio o un permiso, o de viajar desde lejos hacia oficinas hípercentralizadas y colapsadas, sino de carpetas que saltan de un escritorio a otro, con posibles cobros de “peajes” mediante, sujetas al buen o mal humor de un empleado diletante. Digitalización es fluidez, velocidad y sobre todo transparencia, bases de datos ordenadas y accesibles que no dependen de una sola persona. Sería el principio del fin de miles de “quioscos” estatales.

5.La creación de una Sapem energética (Sociedad Anónima con Participación Estatal Mayoritaria) no garantiza por sí sola una solución a uno de los principales cuellos de botella territoriales, que es la generación, el transporte y la distribución energética. La prueba más irrefutable es Sociedad Aguas del Tucumán (SAT), la peor empresa de servicios de la provincia, y una de las más deficientes del país, una Sapem que no ha cesado de defraudar a los vecinos desde su creación, en 2004.

Tucumán tiene un potencial gigante como productora de energías renovables a partir de biomasa, hidroelectricidad y energía solar, pero en cambio la mayor parte de la energía hoy se produce en centrales térmicas quemando combustibles fósiles, principalmente gas y gasoil.

Las energías renovables le aportan sustentabilidad a las actividades productivas agrícolas y agroindustriales y a la preservación del medio ambiente. Con el Cadillal con sus días contados, se busca el aprovechamiento hidroeléctrico en las cuencas de los ríos Gastona, Medina, Pueblo Viejo, Angostura, Los Sosa y Lules, con inversiones públicas y privadas, que además regulen los ríos y aprovechen el agua.

También hay planes directores para producir energía a partir del sol y de la biomasa (alcohol o gas de la caña).

EDET es la cara visible de la electricidad y por eso sufre los mayores embates de la sociedad, amplificados por la política que la usa de chivo para expiar sus propios pecados. Pese a ello es el eslabón más eficiente de la cadena. El mayor déficit es del Estado, tanto en generación como en transporte de energía -Jaldo lo sabe- y allí radica la centralidad de este anuncio.

Del gesto a la carne

Los gestos son importantes, de un padre a un hijo, de un profesor a un alumno, o de un político a sus votantes. Sin embargo, la gestualidad es apenas el mostrador de la empresa. De nada sirve aconsejar a un hijo que no fume si tenemos un cigarrillo en la mano, o exigir silencio a los gritos.

Para el caso, Manzur exhibió una inagotable colección de gestos políticamente correctos, proseguidos de acciones nulas o contrarias, o de inacciones obstinadas. Manzur fue la corporización de la gestualidad en sí misma y, como gesto andante, fue un amague constante, un amague persistente.

En esta nueva gestualidad de Jaldo, genuina o postiza, ya sabremos, por primera vez en muchos años el peronismo no movilizó familias enteras a Muñecas y avenida Sarmiento, con niños y bebés colgados de la teta, bajo el sol o la lluvia, con hambre y sueño, cargando carteles con nombres de gente que no conocían, viajando ensardinados en colectivos flojos de papeles, desde parajes inhóspitos y apacibles, o desde barriadas tan poco legislativas. Eran asambleas parlamentarias en un entorno surrealista. Dentro de la Cámara refrigerada, los encorbatados se sumergían en la ficción de James Cameron y un Tucumán próspero y maravilloso, según relataba el orador de turno, mientras afuera ebullía el realismo mágico, entre desorientados que se empujaban por un pedazo de sombra o por un apretado de mortadela.

El gobernador arrancó fuerte en octubre, decapitando medio centenar de reparticiones improductivas, fusionando otras, y mandando a la casa a miles de ñoquis. Ayer elevó mucho más alto la vara, tan alto que la alejó bastante de algunas bases que lo militaron. Bastarán unos meses para saber si le alcanza con la institucionalidad y la transparencia para gobernar, con el respaldo de una sociedad asqueada, si los gestos se convertirán en acciones, se transformarán en carne, o si, una vez más, se corporizará en un gesto andante, en un amague persistente y constante. En otro fraude.

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