Glamour, dinero y éxtasis, el combo de los afters en Tucumán

Jóvenes que asisten a las fiestas electrónicas contaron los detalles del negocio. Perfiles de las quienes fueron investigados.

DELIRIO Y MOVIMIENTO. Met Producciones publicaba los resultados de su fiesta para promocionarse. DELIRIO Y MOVIMIENTO. Met Producciones publicaba los resultados de su fiesta para promocionarse.

Cuerpos sudorosos que no paran de moverse al ritmo del punchi punchi. Ojos ocultos detrás de anteojos de sol. En las mesas o en cualquier otro elemento, alguna que otra botella de champagne o vodka importado y mucha, pero mucha, agua. Risas y apasionados besos. Esas son algunas de las imágenes que se pueden percibir en los afters, fiestas clandestinas en el que la comercialización de drogas sintéticas parecieran ser su razón de existencia.

Todas las investigaciones que se iniciaron hace ya más de dos décadas tienen un factor común: los sospechados de realizar esta actividad ilícita siempre fueron organizadores o estuvieron involucrados en la realización de este tipo de encuentros. Pero en este expediente superó todo lo que se había conocido.

César Fernández Fazio (30 años) y Mariano Valdez (30) formaban parte de Met Producciones, que organizaba este tipo de encuentros de manera legal e ilegal. Utilizaban las redes sociales para convocar a sus seguidores, que tienen entre 16 y 40 años. En los casos de los afters eran más cuidadosos. Entre dos y tres horas antes comenzaban a difundir dónde lo harían. Después, a los interesados les compartían las ubicaciones.

Los procesados no estaban solos. Sólo formaban parte de una organización más grande. En la investigación, según confiaron fuentes judiciales, se mencionaron los nombres de otras personas. Al menos fueron investigadas otras cuatro, entre ellas, una reconocida relacionista pública. Después de la detención y el procesamiento de Fernández Fazio y de Valdez, los sospechosos desaparecieron. Cerraron sus cuentas en las redes sociales y dejaron de frecuentar los lugares donde normalmente concurren. “Por algo tendrán miedo”, aseguró un pesquisa.

Todos los investigados eran conocidos en el ambiente. Tenían una vida relajada. Se mostraban en las mejores fiestas y en diferentes bares de barrio Norte. Poco se sabe de su vida laboral. Varias versiones indicaban que Fernández Fazio podría ser empleado de la administración pública, pero esa versión no pudo ser confirmada por LA GACETA hasta el cierre de esta edición.

Sí se confirmó que el procesado fue detenido hace menos de tres años. En una causa en la que se investigaba un robo, policías de la provincia allanaron el departamento en el que vivía. Descubrieron que tenía un centro de producción de marihuana. La Justicia considera que la cantidad de sustancia que tenía en su poder no podía ser para consumo personal.

Altos costos

“Siempre la hacían en lugares alejados. Copados, pero lejanos para no levantar polvareda”, dijo María Laura. “Había de todo, pero de buen nivel. Toda gente bien. De chicas tops hasta viejos verdes. Esas fiestas no son para cualquiera”, comentó Sabrina. El valor de la entrada, según confiaron varias, oscilaba entre $12.000 y $20.000. “Eran diferentes por varias razones. Dependía si querías estar en un VIP, una mesa o la bebida que quisieras consumir. Dicen que a veces también porque incluía las ‘pastis’”, agregó la joven estudiante de Arquitectura.

“Pastis” son pastillas de éxtasis, una de las drogas sintéticas que secuestró personal de Drogas Peligrosas de la Policía Federal en el allanamiento que se realizó el domingo en una finca de Tafí Viejo. Un agente revelador, con autorización judicial, concretó tres compras diferentes de esta droga. Los precios de la sustancia iban de los $14.000 a los $18.000.

Otra de las drogas sintéticas secuestradas en el after de Tafí Viejo fue MMA. El valor del gramo de esa sustancia llega a los $35.000. “También hay mucho de caretaje en esta historia. Algunos van directamente a consumir flores de marihuana que es mucho más barato”, comentó Julio, otro fanático de la movida. “El negocio no sólo pasa por las drogas. Ellos también recaudan mucha plata con la venta de agua. La botellita te la venden a entre $2.000 y $4.000. El que consume éxtasis sabe que tiene que tomar grandes cantidades de agua para que no le haga mal. Ellos lo saben y se aprovechan”, añadió.

En el procedimiento del domingo, según se informó en la audiencia, los efectivos secuestraron en el auto de Fernández Fazio más de $800.000. “No hay nada de qué sorprenderse. Los afters son sinónimo de glamour y mucho dinero. No hay ningún tipo de caretaje. Si querés consumir drogas sintéticas, tenés que tener dinero para quedarte afuera”, finalizó María Laura, estudiante de psicología.

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