La historia de Tucumán en los Juegos Olímpicos: una medalla y algunos diplomas son las huellas que hay

Con Victoria Sauze en París, la provincia tendrá nuevamente un representante en la cita deportiva.

HOCKEY. La Leona, formada en Tucumán Rugby, es la única medallista que Tucumán tiene. HOCKEY. La Leona, formada en Tucumán Rugby, es la única medallista que Tucumán tiene.

El viernes comenzará la edición 33 de los Juegos Olímpicos y más de 10.500 atletas formarán el universo deportivo en París. Los deportistas quieren dejar una huella con el sello de la nación a la que representan luego de una preparación de varios años. Una medalla es lo máximo, el diploma olímpico que se entrega a los mejores ocho de todas las disciplinas es el segundo escalón del mérito olímpico.

En esa línea histórica hay un puñado de tucumanos liderados por Victoria Sauze Valdez. La jugadora de hockey surgida en Tucumán Rugby es la única deportista de la provincia en conquistar una medalla olímpica. Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 (se celebraron un año más tarde por la pandemia de covid-19) son el hito más importante en la carrera de “Vicky” y del deporte olímpico tucumano. En la cita asiática, Argentina se quedó con la medalla de plata luego de perder la final ante Países Bajos por 3-1. El hockey femenino llega a la competencia en Francia con mote de candidato y como ya es habitual a nivel mundial, la mira apunta fijo hacia las neerlandesas que en Río de Janeiro 2016 dejaron afuera a Las Leonas, en cuartos de final, y en Londres 2012 también las vencieron en la lucha por la medalla de oro.

Lo mismo pasa por el lado de las europeas: saben que la Selección que más las pueden complicar es Argentina. Como en cada Juego Olímpico desde Sydney 2000 en el que nacieron Las Leonas, el de París no es la excepción en cuanto al objetivo de ganar la presea dorada. Otra vez Sauze Valdez pondría una vara altísima en el deporte tucumano.

Por el lado de la cosecha histórica de diplomas, el primer puesto es de Firmo Roberti. Más tucumano que cordobés, provincia en la que nació, el tirador especializado en escopeta quedó sexto en las citas de Seúl 1988 y Barcelona 1992. La huella olímpica de Roberti se completa con un total de cinco participaciones  (1972, 1976 y 1984 son las otras) que lo posicionan como uno de los dos tucumanos con más presencias en los Juegos. El otro es Emmanuel Lucenti que también tiene el palmarés de haber obtenido un diploma en Londres 2012. En Inglaterra, el yudoca finalizó séptimo. En 2008 quedó 21°, 9° en Río de Janeiro 2016 y en Tokio 2020 17°. En el arte marcial Eduardo Costa quedó a nada de combatir por una medalla finalizando en el séptimo lugar en Atenas 2004.

EN INGLATERRA. Lucenti finalizó séptimo en Londres. EN INGLATERRA. Lucenti finalizó séptimo en Londres.
POTENCIA. El yudoca Eduardo Costa llegó al séptimo puesto en Atenas 2004. POTENCIA. El yudoca Eduardo Costa llegó al séptimo puesto en Atenas 2004.

En Seúl Daniel “Petete” Hernández se cruzó con Brasil en cuartos de final del torneo de fútbol. Como Argentina, los brasileños también eran candidatos al podio. El tucumano, que jugó en Atlético de Tucumán y en San Martín de Tucumán, tenía apenas 18 años. Para el equipo, Brasil fue demasiado con otros jóvenes que después terminarían marcando una era en el fútbol internacional, como Romario y Bebeto. En esos Juegos, Argentina quedó en el quinto lugar.

En idéntico puesto, pero en Barcelona 1992, se situó Mercedes Paz. A la ex jugadora, que en París estará en el cuerpo técnico nacional, no le fue bien en singles; pero si en dobles, modalidad en la que ganó más títulos durante su carrera. Formando dupla con Patricia Tarabini, “Mecha” llegó hasta los cuartos de final.

Antes, en Los Ángeles 1984, Paz también había hecho historia cuando el tenis fue incorporado como deporte de exhibición y ella se convirtió en la primera tenista mujer nacida en el país en competir en un evento olímpico. También en Estados Unidos, Pedro Décima logró un diploma. En la categoría gallo, el boxeador finalizó quinto. Cuatro años más tarde el oriundo de Burruyacu, ya profesional, se consagraba campeón mundial supergallo del Consejo Mundial de Boxeo en el Forum de Inglewood en  Los Ángeles, California.

Nora Köppel se fue a Buenos Aires siendo muy pequeña. Se la puede poner en la condición de Roberti, pero sólo por tiempo de permanencia porque en lo sentimental se siente tucumana a pleno. “Empecé primer grado acá en Buenos Aires, pero Tucumán es mi casa”, aseguró durante un reportaje en noviembre de 2023 publicado en LA GACETA. La pesista, en Sydney 2000, logró quedar en la octava ubicación. Además, fue la primera mujer argentina en participar en levantamiento de pesas.

FUERTE. Por levantar 182,5 kilos Nora Köppel obtuvo un diploma olímpico en Sydney 2000. FUERTE. Por levantar 182,5 kilos Nora Köppel obtuvo un diploma olímpico en Sydney 2000.

Con unos nuevos Juegos Olímpicos a punto de comenzar presagiar qué puede suceder con el historial de logros tucumanos se reduce solamente a la Leona tucumana. Sauze Valdez es la única nacida en nuestra provincia que competirá en París. Si la situación a nivel nacional es crítica, por qué no lo sería en el ámbito provincial; apenas habrá representación. La delegación argentina de 136 es menor en cuanto a cantidad comparada al último Juego en el que Argentina se presentó con 177 atletas.

Buscar responsables de un mal que, sin ser exigentes al menos debería encontrársele un equilibrio, es fácil: todos lo somos. Pero habría que analizarse como es el derrame del problema y quién tiene lo necesario para dar un paso casi fundacional hacia una política deportiva que permita que carreras como las de Agustina Miranda, por ejemplo, sean más llevaderas.

Fernado Daniel Miranda, papá de la Leoncita que recientemente se consagró campeona en la Copa Panamericana Junior que se jugó en Canadá, contaba que otra de sus hijas, unos años más grande que Agustina, había tenido la oportunidad de jugar al hockey en Geba.

Ella también se formó y sigue en Natación y Gimnasia como su hermana que sí tomó la opción en enero pasado de seguir su carrera deportiva en el club de Buenos Aires.

Cuestión de gustos y de personalidad fueron las diferencias en las decisiones opuestas de las hermanas. Una decidió quedarse y darle más prioridad a otros proyectos de vida no tan vinculados al deporte; la otra apostó (y le está saliendo muy bien) al desarrollo de su carrera de deportista al alto rendimiento, con más posibilidades de ser tenida en cuenta por los staffs de las Selecciones, pero resignando el estar cerca de sus afectos.

El caso muestra que el desarraigo es casi una máxima para evolucionar siendo del interior. No suena muy justo que por querer vivir en el lugar donde uno nació, una carrera de atleta se vea disminuida por lo menos, o si no truncada. Pasa en el hockey, en el tenis, vóley, básquet, fútbol, rugby. Tampoco es de ahora, pasó históricamente. Es un hecho que es muy difícil potenciar el nivel de los deportes en las provincias.

Gestión tras gestión, en algunos casos sin reconocer pero sí insinuando, los motivos hacia el no desarrollo de las políticas deportivas estuvo basado en el mismo argumento de la escasez de dinero para un área en que gran parte de los integrantes de la sociedad considera no prioritaria en comparación a otros sectores con situaciones más críticas. Las gestiones precedentes a la actual, usando el relato que emplea la administración encabezada por Javier Milei, esgrimían que había “poca plata” en el presupuesto para el deporte. Ahora, directamente, “no hay plata”.

Claramente no hay mucho apoyo deportivo estatal desde hace décadas y aparentemente eso no cambiará. No hay salvedad, es la realidad que hay que aceptar. Entonces ¿y si se dejan de lado los relatos y las posiciones en las que los gobernantes están anclados, más concentrados en señalar culpables y tapar huecos, antes que planificar y llenar de una buena vez los vacíos? El interrogante se responderá luego de París. Siendo optimistas y posicionando a las gestiones tanto nacionales como provinciales en la línea de buena voluntad, si no hay ya un plan, urge diagramarlo. Hay que resignarse y trabajar mucho, muchísimo porque el éxito en el caso del deporte argentino depende más que nada de construir una planificación sin tantos recursos económicos. Será dificilísimo, pero posible.

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