Luego de dos años de haberse iniciado la obra del Complejo Penitenciario de Benjamín Paz, ayer se inauguraron los primeros cuatro pabellones del Centro. El mismo se alistó para recibir a 740 detenidos en dependencias policiales, con el fin de aliviar la crisis carcelaria que persigue a la provincia hace algunos años.
Con una escolta conformada por alrededor de 1.000 nuevos empleados del Servicio Penitenciario, que juraron su lealtad el pasado miércoles en la plaza Independencia, ayer Benjamín Paz abrió sus instalaciones para oficializar su acto de inauguración, que estuvo encabezado por el gobernador Osvaldo Jaldo y el ministro de Seguridad Eugenio Agüero Gamboa.
El nuevo penal está ubicado en Trancas, a la vera de la ruta 9, queda a 54 kilómetros de ciudad de San Miguel de Tucumán y cuenta con un predio de 130 hectáreas. Su obra se inició a finales de 2022, cuando Jaldo estaba a cargo del Poder Ejecutivo. A mediados de 2024 ya se había anticipado su próxima inauguración. Ayer dicha promesa se cumplió al haber habilitado el primer módulo, que cuenta con cuatro pabellones listos para recibir a los primeros reclusos alojados en diferentes comisarías de la provincia.
“Dentro de lo que es materia de seguridad es una obra emblemática, que está haciendo historia en Tucumán porque no tiene precedentes. Es lo que se necesita para esta época, que sea evolutiva y con capacidad para seguir creciendo en caso de que se necesite”, dijo Agüero Gamboa, quien también señaló que sería la construcción penitenciaria más grande del noroeste argentino en las últimas décadas.
El jefe de Seguridad comparó el nuevo complejo con el penal de Villa Urquiza, edificado en 1927, y afirmó que si bien aquella fue una gran obra, esta tiene una capacidad mayor. “Es un honor poder estar inaugurando algo de semejante magnitud luego de casi 100 años, teniendo en cuenta la urgencia de la provincia”, manifestó mientras recorría las instalaciones junto a Jorge Garber, titular de la empresa que lleva adelante el proyecto.
Crisis carcelaria
Según las estimaciones oficiales, hasta comienzos de diciembre había aproximadamente 2.300 personas privadas de la libertad alojadas en dependencias policiales. Sumando los traslados de reclusas que empezaron a concretarse la semana pasada hacia el Centro Penitenciario de Delfín Gallo (que tiene capacidad para albergar a 180 mujeres), y los 740 hombres que serán trasladados a Benjamín Paz, Agüero Gamboa afirmó que se reduciría el 50% del total de la población detenida en comisarías.
“Con este Servicio Penitenciario no sólo van a tener condiciones más dignas aquellos que están privados de la libertad, sino que beneficiará a los tucumanos porque los policías que estaban afectados al cuidado de los detenidos en comisarías, a partir de hoy quedarán descomprimidos y habrá más policías en las calles al servicio de todos”, sostuvo el vicegobernador Miguel Acevedo.
La obra se caracteriza por tener un sistema de seguridad cerrado. Los cuatro pabellones inaugurados contienen 64 celdas para dos o cuatro internos, que cuentan con camas cuchetas, sanitarios, una mesa y banco de cemento y habitáculos empotrados para que guarden sus pertenencias. Además hay un patio que los internos podrán usar durante una o dos horas al día para recreación y que tiene un baño a cielo abierto para evitar que entren y salgan de las unidades.
Ya alcanzó un 63 % de avance en su primera etapa. Según informó Jaldo, los cuatro pabellones restantes ya están listos en su infraestructura, únicamente restan sus respectivas instalaciones eléctricas, de agua, cloacas y gas y pulir detalles. “Es un proyecto que pasó por momentos difíciles institucionales y económicos. La obra no se para, seguiremos trabajando en los cuatro pabellones que faltan porque la problemática carcelaria es grande”, dijo el gobernador
Además el mandatario de la cartera de seguridad aseguró que están finalizando las tratativas para que una empresa de transporte público de pasajeros se encargue de brindar el servicio para las visitas de los reos. “La idea sería que la empresa que viene hacia Trancas los días de visita aumente los ómnibus, y que también ingresen hacia el penal ya que desde su entrada hacia el lugar de requisa hay dos kilómetros de distancia. Para los empleados del Servicio Penitenciario ya aseguramos su traslado”, explicó.
El uso de armas menos agresivas, la novedad
“Estas armas tienen la característica de disparar proyectiles químicos y sólidos para incapacitar temporalmente a las amenazas que se presentan, eso significa que todos estos dispositivos están diseñados para salvar vidas”, aseguró Guillermo Iglesias, el especialista que capacitó al personal del Servicio Penitenciario en el uso de estos elementos que se utilizarán en las cárceles de Delfín Gallo y Benjamín Paz. El instructor aclaró que estas armas generan la posibilidad de neutralizar a alguien hasta más de 50 metros de distancia. “Todo esto ocasiona que no se tenga que llegar a un contacto cuerpo a cuerpo con la persona privada de la libertad, hasta que no sea estrictamente necesario. Hay muchas amenazas que no se puede resolver con un arma de fuego, es por esto que utilizamos este sistema”, finalizó Iglesias