El precario vecindario que ha crecido a lo largo de varias cuadras junto a las vías, por calle Marco Avellaneda desde avenida Sarmiento hacia el norte ha sido tratado en la columna “Panorama tucumano” del sábado pasado. El periodista menciona que 60 familias viven allí en casillas y en extrema pobreza al costado de las vías, por las que pasan formaciones ferroviarias, con el consiguiente peligro, sin que nadie haya atinado a encontrar una solución. No la han brindado Desarrollo Social de la Provincia ni la Municipalidad capitalina y tampoco se ha escuchado la voz de algún responsable de Belgrano Cargas para definir alguna estrategia. A todo esto se añade que el Gobierno nacional puso en proceso de privatización la empresa estatal con lo que la incertidumbre sobre ese asentamiento es mayor.
Se trata de la cara visible de problemas habitacionales de los estratos más desvalidos de la sociedad, que se ubican en terrenos bajos, abandonados, descuidados y en algunos casos de difícil acceso, como son los tramos ferroviarios por los que no circulan trenes o son de circulación espaciada. Han crecido al costado de canales como el Norte o en sectores degradados al este, cercanos a la autopista de Circunvalación y al río Salí. Hay asentamientos muy visibles, como en este caso; hay otros no tan notorios, como uno de Villa Muñecas.
En otros problemas urbanos similares, los de Villa Piolín y El Triángulo, enclavados en la zona oeste capitalina, se resolvió el traslado de esas comunidades a nuevas barriadas como el emprendimiento habitacional de Manantial Sur. También hubo en el pasado soluciones habitacionales para ocupantes de asentamientos cercanos a la circunvalación.
En este caso la respuesta es más difícil precisamente porque no se trata de terrenos baldíos fiscales sino de predios que pertenecen al ferrocarril que, más allá del uso básico que se le da al paso del tren -para lo cual el maquinista hace sonar la bocina en los sitios de riesgo- su situación no ha generado inquietud en los funcionarios y por ello el asentamiento ha ido creciendo. También podría ocurrir que se extienda hacia el sur de la avenida Sarmiento, donde el predio de las vías también parece abandonado, con altos pastizales.
Se trata de un tremendo nudo urbano. El asentamiento, además de degradar el lugar generando problemas al paso de los trenes y al tránsito peatonal y vehicular, tiene riesgos potenciales para personas y animales que viven allí. Los mismos habitantes dicen que han ido asistentes de Desarrollo Social a prometerles reubicación pero que no regresaron, acaso por falta de programas oficiales en medio de la crisis recurrente y más ahora que hasta las mismas oficinas nacionales y provinciales están siendo degradadas o eliminadas. Pero correspondería que las áreas sociales tanto de la provincia como de la municipalidad, así como los entes nacionales respectivos, se unan para buscar una salida a este conflictivo nudo en la trama urbana. Si no se hace eso, el problema va a agrandarse.