

Por Federico Lix Klett - Fundador de FALK AI, FALK Impellers y FALK Advertising Matters. Es pensador, hacedor, comunicador, formador e impulsor de innovación y transformación en las organizaciones.
Afilá el oído. Hacé una pausa mental ahora. Respirá 5 veces con inspiraciones profundas y largas. Mientras ponés todos tus sentidos en lo próximo que vas a leer. Pero sobre todo pensar juntos. ¡Meta, no hagás trampa!
¿Ta?
Hoy quiero que hagamos un mapa de situación sobre los apocalípticos y los integrados en la Era de la Humanidad Aumentada. Si bien, rechazo el pensamiento dicotómico: bueno vs malo, negro vs blanco. Creo que realidades que no son absolutas como el ser o no ser. Tienen una amplia gama de grises y matices entre extremos. Y no pretendo tener un pensamiento tibio o mediocre sobre el cambio de era que estamos viviendo. Sino, al final, poder compartirte mi voz. Pero para ello tenemos que escuchar los extremos, ¿ok?
El cantito es el mismo, casi un mantra hipnótico: “Inteligencia Artificial” se repite en todos lados, florecen los expertos, los influencer, se debate en una mesa familiar, en una oficina, en un after. Es un ruido o una música que no debería ser indiferente. Para unos es una orquesta de posibilidades nunca antes escuchada. Una música potente de un neobeethoven. Pero para otros es una amenaza profunda. Es un grito visceral y universal que atenta contra la humanidad entera.
De un lado, te pintan un futuro negro, con robots estilo T-1000 de Terminator sirviendo el café antes de eliminarte; del otro, te ofrecen el pasaje VIP a un nirvana tecnológico donde nadie transpira la camiseta. Una polarización feroz, casi futbolera, que nos deja a muchos sin saber si atrincherarnos con latas de conserva o empezar a practicar la levitación.
Antes de comprar el discurso del fin del mundo o del Zeus digital, ¿qué tal si intentamos cartografiar este territorio sísmico? Ponerle nombre y apellido a las voces que más fuerte resuenan, entender de dónde vienen los gritos de "¡Cuidado!" y los cantos de sirena del progreso ilimitado. Y, fundamental, encontrar una brújula confiable para no terminar dando vueltas como un perro que persigue su propia cola en medio de esta vorágine de datos, promesas y pánicos. Esa brújula, la que yo uso para no perderme, es la Era de la Humanidad Aumentada (EHA).
Cartografía de la IA
Para entender esta polarización, podemos tomar prestadas las etiquetas que acuñó hace décadas el gran pensador italiano Umberto Eco. Él, analizando el impacto de la televisión y la cultura de masas allá por los años 60, habló de 'Apocalípticos' (los que temían que la TV, con su lenguaje simple y masivo, destruyera la 'alta cultura' y nos volviera a todos más tontos) e 'Integrados' (los que, por el contrario, veían en la TV una herramienta fantástica para democratizar el saber y llevar la cultura a todos los rincones).
¿Les suena familiar? Esa misma dinámica, esa tensión entre el miedo a la 'invasión' tecnológica que supuestamente nos degrada y la celebración de las 'nuevas herramientas' que nos prometen un futuro brillante, se repite hoy de forma calcada con la Inteligencia Artificial. Así que, usando las categorías de Eco como guía, podemos distinguir dos grandes tribus en este debate:
Los Casandras del Silicio (Apocalípticos del Miedo)
Casandra, aquella figura trágica de la mitología griega, cuenta el mito que tenía el don de ver el futuro y predecir catástrofes (como la mismísima caída de Troya), pero cargaba con una maldición terrible: nadie jamás le creería. Salvando las enormes distancias, claro, y trayéndolo al mundo tech ("del Silicio"), estos 'Casandras' modernos son esas voces, muchas veces salidas del corazón mismo de la industria tecnológica, que nos advierten sobre los peligros más oscuros de la IA, los que anuncian futuros distópicos.
Acá se agrupan los que ven en cada línea de código una potencial catástrofe. Y no son cuatro gatos locos. Tenés a pesos pesados como Geoffrey Hinton, el Godfather de la IA, ex capo dei capi de Google y reciente ganador del premio nobel. Un tipo que literalmente parió parte de esta criatura y ahora recorre el mundo advirtiendo que se nos puede ir de las manos, que la superinteligencia nos puede pasar por encima. Escucharlo es como oír al mismísimo Oppenheimer reflexionando sobre su creación: te deja pensando, y con un gustito amargo. Se fue de Google para hablar con “libertad” sobre los peligros de la IA y la utilización de los gobiernos para la guerra, las LAWS (lethal autonomous weapons systems). El riesgo de la pérdida del control de las IA y la Inteligencia Artificial General. Comparto con él su visión y coincidimos en que predecir el futuro a no más de 5 años, hoy se ha vuelto imposible.
Se suman filósofos como Yuval Noah Harari, que nos alerta sobre la capacidad de manipulación inédita que estas herramientas ponen en manos de pocos, o el riesgo de una sociedad fracturada. ¿Qué los mueve? El miedo, en todas sus formas: miedo a la desocupación masiva (y los números de impacto laboral, seamos honestos, invitan a la cautela). Miedo a la atrofia intelectual, miedo a que la creatividad humana se vuelva una artesanía obsoleta, miedo a los prejuicios que los algoritmos aprenden y amplifican. Su grito, a veces lúcido, a veces teñido de un dramatismo casi bíblico, es: "¡Pisen el freno, que nos vamos al joraca!". Y logra algo importante: nos obligan a discutir la ética, los límites, el control.
Esa visión de una sociedad fracturada que menciona Harari explota en su libro Homo Deus. Ahí la cosa se pone más densa: nos advierte que en nuestra búsqueda casi divina de la felicidad eterna y la inmortalidad gracias a la biotecnología y la IA, podríamos terminar convirtiéndonos en algo... posthumano. O peor, en simples algoritmos biológicos manejados por sistemas externos, perdiendo nuestra agencia y libre albedrío.
Es una visión potente, casi una profecía autocumplida si no tenemos cuidado. Acá es donde mi idea del Homo Augmentus y la Era de la Humanidad Aumentada (EHA) se diferencia de raíz. Mientras Harari nos alerta sobre el riesgo de 'mejorarnos' hasta dejar de ser humanos o volvernos irrelevantes (el Homo Deus que se autodestruye o se vuelve mascota de la IA), la EHA propone usar la tecnología no para convertirnos en dioses (¡ni en súbditos de dioses digitales!), sino para ser mejores humanos. Potenciar nuestra inteligencia, sí, pero también nuestra ética, nuestra creatividad, nuestra capacidad de decisión consciente. No se trata de 'upgradearnos' hasta perder la esencia, sino de 'aumentarnos' para encontrarla y potenciarla más. Es una apuesta por la evolución humana guiada por la sabiduría, no solo por el poder tecnológico.
Los Arquitectos del Edén Digital (La Fe en el Algoritmo)
En la otra punta del espectro, están los optimistas incorregibles, los que ven la GenAI como la piedra filosofal del siglo XXI. Acá también hay nombres que resuenan. Otro "prócer" de la IA, Yann LeCun (Meta AI), le resta importancia a los fantasmas existenciales y nos dice: "Muchachos, esto es como el motor a vapor o la imprenta: una herramienta para amplificar nuestras capacidades".
Y, por supuesto, están los capitanes de la industria, los que mueven los hilos del capital y la innovación: Marc Andreessen, co-creador del primer navegador web popular (Netscape) y hoy influyente inversor, defiende un optimismo tecnológico casi militante (su ensayo "Por qué la IA salvará al mundo" es lectura obligatoria, aunque sea para discutirle punto por punto); o Sam Altman, productor de hype y la cara visible de OpenAI y el "padre" de ChatGPT, quien pisa el acelerador a fondo convencido de que está construyendo un futuro mejor a golpe de código y que la Inteligencia Artificial General (AGI) es el destino inevitable (y deseable) de la humanidad, aunque admita que hay que manejar los riesgos.
Para ellos, la IA es la solución a (casi) todo: productividad estratosférica (“¡mejoras del 40% en algunas áreas!”), avances médicos revolucionarios, creatividad al alcance de todos, eficiencia máxima. Ven la IA como un socio indispensable. El potencial que describen es innegable, te vuela la cabeza. Pero (siempre hay un pero), a veces da la sensación de que, en su entusiasmo, barren bajo la alfombra las complejidades sociales, éticas y humanas que esta misma revolución desata.
Y en este mapa de opuestos, ¿dónde ponemos al inclasificable Elon Musk? Fiel a su estilo provocador y contradictorio, el tipo juega en todas las canchas. Por un lado, es uno de los que más fuerte ha gritado sobre el "riesgo existencial" de la IA, llegando a decir que estamos "invocando al demonio" y pidiendo pausas en el desarrollo o regulaciones urgentes. Aclaro, amén de haber fundado OpenAI y haberse peleado con su ex amigo Sam. Fue el primero en pedir una pausa al desarrollo de la IA. Mientras él creaba su propia IA, la empresa xAI creadora de Grok.
Fundó Neuralink para desarrollar las BCI (Brain Computer Interface), para mí una de las empresas con mayor futuro. En parte, como una forma de que los humanos podamos "competir" o fusionarnos con la superinteligencia. Pura cepa apocalíptica, ¿no? Pero, por otro lado, el mismo Musk funda xAI para meterse de lleno en la carrera y no quedarse atrás de OpenAI, integra IA hasta en la sopa en sus autos autónomos Tesla y busca activamente desarrollar AGI.
Entonces, ¿integrado o apocalíptico? Quizás Musk sea el mejor reflejo de la esquizofrenia colectiva que nos genera este tema: una mezcla de fascinación por el poder tecnológico y pánico visceral a sus posibles consecuencias. Un jugador clave en el mapa, sí, pero uno que se mueve por todo el tablero, desconcertando a propios y extraños. Mis sentimientos con Elon son cuánticos: lo amo, lo odio y ambos al mismo tiempo como el estado de la materia cuántica. Crack total o demonio demente. Esta misma ambigüedad y complejidad que encarna Musk es la que nos obliga a buscar una brújula más allá de los extremos, una que nos guíe en la acción práctica.
Más allá del Boca-River tecnológico
Ahora, si nos quedamos solo con esta foto polarizada, con los que tiran bombas de miedo y los que reparten caramelos de optimismo, nos perdemos la película completa. Caemos en la trampa del reduccionismo. ¿Y si la clave no fuera elegir un bando, sino encontrar una perspectiva más elevada, una forma de navegar estas aguas turbulentas con inteligencia y propósito?
Ahí es donde mi propuesta de la Era de la Humanidad Aumentada (EHA) entra a jugar fuerte. Y que quede claro: esto no es buscar un gris insulso, un "ni chicha ni limonada". Es una filosofía activa, una postura ante la tecnología. La EHA no se enrosca preguntando si la IA es intrínsecamente "buena" o "mala". Eso es tan inútil como discutir la moralidad de un destornillador.
La EHA nos propone un cambio de eje radical: la tecnología no es el centro, el centro somos nosotros. Ya es parte de nuestro ecosistema vital, como el aire que respiramos. La cuestión no es cómo frenarla o cómo rendirle pleitesía, sino cómo integrarla para que nos haga más capaces, más creativos, más profundos, más éticos. Dejamos atrás la neurosis del reemplazo (el fantasma apocalíptico) y la obsesión por la eficiencia descarnada (la utopía integrada), y abrazamos la POTENCIACIÓN humana.
¿Qué quiere decir esto en criollo? Que la IA es un medio, no un fin en sí mismo. Que no vivimos en la “Era de la Inteligencia Artificial”. Sino en la era del Homo Augmentus gracias, entre otras cosas, al avance científico en múltiples campos. Es un exoesqueleto para nuestro cerebro, un telescopio para nuestra visión, un megáfono para nuestra creatividad. Pero el guionista, el director y el protagonista de esta película seguimos siendo nosotros: los humanos, con nuestra complejidad, nuestras contradicciones, nuestra búsqueda de sentido. La EHA es usar la IA para amplificar nuestra humanidad, no para tercerizarla.
No es "Inteligencia", es "Razonamiento Computacional" (Entenderlo lo cambia todo)
Para que la brújula de la EHA funcione, necesitamos entender qué clase de "bestia" es realmente la IA actual. Y acá me la juego: seguir llamándola "Inteligencia" Artificial es alimentar el mito y la confusión. Es como llamar "chef" a una multiprocesadora ultra avanzada.
Lo que estas máquinas hacen, y lo hacen espectacularmente bien, es "razonamiento computacional". Son atletas olímpicos del procesamiento de datos, detectives infalibles de patrones, calculadoras cuánticas de probabilidades. Pero no piensan en el sentido humano. No comprenden la ironía, el doble sentido, la belleza de un atardecer. No sienten empatía ni remordimiento. No tienen conciencia de sí mismas ni propósito existencial. Son, si querés, como ese pianista virtuoso capaz de tocar Rachmaninoff con los ojos cerrados, pero que jamás se emocionó con una melodía ni sintió la necesidad de componer la suya.
Los Habitantes de la EHA: ¿Quiénes mueven las fichas?
Si superamos la visión binaria, ¿quiénes son los que ya están jugando en la cancha de la Era de la Humanidad Aumentada?
- Los Profesionales "Aumentados": Son los que ya entendieron el juego. El médico que usa IA para detectar anomalías en una resonancia y así puede dedicarle 15 minutos más a escuchar las angustias de su paciente. La diseñadora que usa Midjourney para generar opciones visuales pero confía en su ojo experto para elegir y refinar. El abogado que deja que un algoritmo revise montañas de documentos para poder concentrarse en armar el argumento perfecto. El gerente que cruza los datos de la IA con la intuición de su equipo para tomar decisiones más robustas. Somos todos nosotros cuando dejamos de ver la IA como un enemigo o un jefe, y empezamos a usarla como un socio estratégico.
- Los Líderes "Traductores": Son los que tienen la visión para ir más allá de la implementación tecnológica. Los que se preguntan: "¿Cómo rediseñamos el trabajo para que la IA potencie lo mejor de nuestra gente?". Los que invierten no solo en software, sino en desarrollar las habilidades humanas críticas (pensamiento analítico y crítico, creatividad, colaboración, ética). Los que construyen culturas donde la tecnología está al servicio de un propósito humano, no al revés.
- Los Navegantes Filosóficos: Los que (como intento humildemente cada domingo en LA GACETA) tratamos de ponerle cabeza y corazón a este torbellino. Los que conectamos los puntos entre la tecnología, la ética, la sociedad, la historia. Los que buscamos generar conversaciones importantes para que esta transición sea lo más humana y justa posible.
La Responsabilidad es Nuestra
La EHA nos saca del palco y nos mete de lleno en el campo de juego. Ya no vale ser hincha de los Apocalípticos o de los Integrados. Nos dice: "La responsabilidad es tuya. ¿Cómo vas a jugar?".
Nos exige pulir nuestras armas más humanas: el pensamiento crítico para no comprar espejitos de colores algorítmicos, la creatividad para encontrar soluciones inesperadas, la inteligencia emocional para liderar(nos) en la incertidumbre, y una ética a prueba de balas para usar este nuevo poder con sabiduría.
La tecnología nos puede quitar el lastre de lo aburrido, lo repetitivo. Pero nos desafía a ser brillantes en lo insustituible: la estrategia, la visión, la conexión humana, la decisión valiente. Ahí está la verdadera "magia", la que ninguna máquina podrá replicar.
Así que, volviendo al inicio, olvidate de elegir entre el miedo paralizante y el optimismo ingenuo. La verdadera pregunta, la que te define como profesional y como persona en este siglo XXI vertiginoso, es:
Con la brújula de la Aumentación Humana marcando el norte, ¿cómo vas a trazar tu propia ruta en este mapa? ¿Cómo vas a domar el poder del razonamiento computacional para amplificar tu talento, el de tu equipo, el de tu entorno?
El desafío es monumental. Fascinante. Y la pelota está picando en nuestro campo. Te leo, porque este partido lo jugamos (y lo definimos) entre todos.
Fuentes para seguir explorando:
- Umberto Eco - Apocalípticos e Integrados: Un clásico para entender la dinámica cultural ante los nuevos medios. Wikipedia: Apocalípticos e integrados
- Geoffrey Hinton: Sobre sus preocupaciones acerca de la IA.| Wikipedia (Español)
- Yuval Noah Harari: Su visión sobre IA y humanidad. Sitio Oficial (Español) | Wikipedia (Español) | Libro Homo Deus (Info)
- Yann LeCun: Su perspectiva sobre IA como herramienta. [Entrevistas o Charlas (Buscar en YouTube/Google)] | Wikipedia (Español)
- Andrew Ng: Enfoque en aplicaciones y democratización. Landing AI | Coursera | Wikipedia (Español)
- Marc Andreessen: Su visión tecno-optimista. Ensayo "Why AI Will Save the World" (Inglés) | Wikipedia (Español)
- Sam Altman: Líder de OpenAI. OpenAI Blog | Wikipedia (Español)
- Elon Musk: Sus posturas sobre IA. Wikipedia (Español) | xAI | Neuralink
- Impacto de IA en Productividad y Empleo: WEF - Futuro del Trabajo (Informes periódicos)
- Era de la Humanidad Aumentada / Razonamiento Computacional: Blog de Federico Lix Klett (FALK)
- FALKAM Advertising Matters: Sitio Web